La convocatoria semanal de la Coalición Caballas ha versado
en esta ocasión sobre política educativa, comparecientes
Mohamed Alí y Concha Bernet que llevaba bien hechos los
deberes, demostrando de nuevo que en esta Coalición el
elemento femenino es infinitamente más válido que el
masculino.
Ausencia de crispación en las veladas críticas para con el
tema educativo en Ceuta, se habló de “incumplimiento en
materia educativa” pero en tono ligth porque cada vez
subyace con mayor fuerza la evidencia de que todo en esta
ciudad funciona infinitamente mejor que en la Península.
Apuntaron a la necesidad de guarderías para niños de 0 a 3
años, lógico, en toda España se necesitan más plazas sobre
todo para las familias donde trabajan ambos cónyuges, pero
el presupuesto nacional para educación es limitado. No así
en esta ciudad donde, los fondos bien gestionados se
materializan con el hecho de que la oferta de plazas
públicas de infantil superará en 2012 la demanda, con
novecientas ochenta plazas por el “Plan Estratégico de
Centros de Educación Infantil”, algo que no tiene
precedentes en la Península, donde existen y se ha visto en
reportajes en televisión incluso “guarderías pirata” pisos
ilegales donde las madres que trabajan tienen que dejar a
sus hijos. Deficiencias y carencias flagrantes en toda la
geografía no acontecen en esta ciudad.
En esta ciudad la realidad aparece más cívica e
infinitamente más pacífica, pero de ahí a una “ratio” de
quince alumnos por aula como demanda Caballas existe la
distancia que puede haber entre Mónaco y Torremolinos, no se
encuentran quince alumnos por aula ni en los exquisitos
centros privados madrileños como pueden ser el Pino Sierra
en Tres Cantos, el abolengoso King´s College, los liceos
franceses o el severo Monfort. Es decir, ni pagando. Pero en
verdad a nadie ofende el que la Coalición diserte y apunte a
una educación idílica y apropiada para “Un mundo feliz”, el
problema es que no resulta factible en la realidad de una
endeudada España donde Cáritas ya contabiliza diez millones
de pobres.
En realidad la Coalición “se conformaría” con veinte alumnos
por clase, un maestro y “un auxiliar”. No he conocido ningún
centro ni público ni concertado donde exista la figura del
“auxiliar” obligatorio a pie de clase, si acaso las
cuidadoras en los preescolares, pero en conjunto el sistema
educativo que desea (y con razón) esta Coalición es el que
desearíamos todos los españoles, por pedir que no quede,
pero cuando tenemos encima más ruinas que Mérida todo
aparece muy poco realista, bienintencionado pero irreal.
“Ratios” inviables, construcción de centros como
reivindicación cuando esos centros ya se están construyendo
y sobrarán plazas y el fantasma del “fracaso escolar”
tratado de pasada sin que parezca que hayan investigado a
fondo las razones de este fracaso. Buenos propósitos, pero
algo anticuados, idílicos, pero sin la utilización de los
novísimos métodos educativos, eso sí, agradecer que hayan
adoptado la petición largamente defendida por esta
escribidora de que exista una evaluación psiquiátrica del
alumnado sospechoso de padecer alguna patología, salud
mental en las escuelas y diagnóstico precoz para poder
curar. Aunque solicitar eso en una ciudad tan patéticamente
abandonada por el Ministerio de Sanidad en cuanto al
funcionamiento del área de Salud Mental, con dos psiquiatras
para toda la ciudad (igualito que en la capital de
Guinea-Conakry) con una sección de agudos, por y para
agudos, pero sin ninguna residencia-hospital psiquiátrico
donde atender a los crónicos, esa solicitud es poco menos
que inviable.
Dejación del Gobierno Central, normal dada su proverbial
ignorancia, impotencia en el Gobierno de la Ciudad que ha de
gastar cantidades millonarias en hacer que atiendan a los
enfermos en Málaga cuando en el novísimo y desaprovechado
hospital universitario hay espacio de sobra para un ala de
residencia de psiquiatría y ausencia casi absoluta en toda
la Nación de una psiquiatría infantil y juvenil como
especialidad específica. Las instituciones se nos
descostillan.
Y la Coalición Caballas apuesta por el Mundo Feliz con
peticiones casi utópicas y un poco crueles, repito, cuando
en lugares de Andalucía y de Extremadura (y en más) la
primera comida del día de algunos niños es la leche que les
dan en la escuela y miles de pequeños tienen que atravesar
caminos y senderos cubiertos por la nieve (Asturias y
Galicia) hasta llegar a la carretera central por donde pasa
el autobús escolar, mojados y ateridos. Señores de Caballas,
lo siento inmensamente, me duele en el alma, pero hoy por
hoy no es factible ese “Mundo feliz” primero hay que
intentar que ningún niño de España pase hambre, ningún niño
y de “toda” España. La dura realidad existe.
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