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OPINIÓN - VIERNES, 29 DE ABRIL DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Vengas de donde vengas, centrados en tí


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Luz Elena Sanín, senadora ceutí de origen colombiano, protagoniza el excelente despliegue de marketing-real en el vídeo del Partido Popular donde aparecen los cargos de la formación de origen extranjero.

Excelente despliegue de marketing-real en el vídeo del Partido Popular donde aparecen los cargos de la formación de origen extranjero. Y hablamos de “cargos políticos” que no de afiliados extranjeros y de votantes extranjeros que suman miles. Desde “nuestra” Luz Elena al Obama español, alcalde de un pueblo madrileño, infinidad de cargos de origen sudamericano y prácticamente de todas las nacionalidades que integran la Unión Europea.

La implantación del modelo en los Partidos Populares de Europa, con sus homólogos como es el Conservador Británico o el partido de Sarkozy y así mismo las apuestas conservadores, liberales y democristianas de los países hispanos hacen que, quienes siguen los principios ideológicos y los valores que nos identifican, se integren a la perfección en un Partido Popular que jamás ha reparado en orígenes ni nacionalidades, ya que al derivar nuestra cultura del Humanismo la persona “per se” constituye un todo y en la formación que preside el próximo inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy lo que puntúa es la valía, es la excelencia, es el factor humano y las cualidades intrínsecas de individuo, proceda de donde proceda con absoluta independencia de caracteres extrínsecos.

El origen geográfico de los cargos, afiliados y votantes nada puede significar en una España de la que una vez se dijo que “en sus confines nunca se ponía el sol” y de ese sentimiento de pertenencia a todos los lugares, por ese “ser cosmopolita”, por lo internacional de la ideología del PP, este partido ha constituido siempre el espectro político en el que nadie es extranjero, ni extraño, ni distinto. Aquellos que comparten valores tales como la capacidad de esfuerzo, el amor al trabajo, la capacidad de sacrificio, la lealtad, el patriotismo, el amor a la familia, el respeto a los Derechos Humanos y cuantos extremos identifiquen la ideología que sustenta el partido se sienten automáticamente cercanos a él y bien representados.

La muestra es clara, el voto rumano, el hispano, el pakistaní, el hindú, el judío, el voto mayoritario que viene del Este, el voto musulmán y la abrumadora mayoría del voto europeo. Cuando predominan principios que tienden a la exaltación del individuo y de sus capacidades, cuando prima la capacidad de compromiso para con la sociedad, la exaltación de la excelencia en todos los campos y la moral del trabajo bien hecho cualquier persona íntegra, proceda de Guinéa, de Ecuador, de Colombia como Luz Elena o de Rumanía o Inglaterra se sienten realizados en el proyecto conjunto, dinámico, moderno y evolutivo del Partido Popular.

“Venga de donde vengas”, ahí están los cargos públicos de un amplio abanico de nacionalidades, que nunca jamás han sido “floreros” para exhibir en los mítines y dar “el toque étnico” sino profesionales que ocupan cargos de gran responsabilidad y que tienen que asumir el compromiso diario de demostrar que cumplen promesas, aceptan retos de futuro, saben gestionar y responden de los resultados de su gestión y a quienes se exige mucho, exactamente igual que aquellos cuyos orígenes se remontan a Atapuerca. El PP siempre ha implicado capacidad de entrega. No es un partido fácil, en absoluto. Tampoco es una formación cómoda ni un outlet ideológico amañado de mala manera a fuerza de pactos antinaturales para sumar votos y arañar escaños.

Y tal vez esas cualidades íntegras y de innegable rectitud son las que atraen a tantas excelentes personas a quienes jamás se las interroga sobre “de donde vienen” porque lo importante es que están aquí, con nosotros, nosotros somos “los suyos” y ellos son “los nuestros”.
 

Fulminados por Sigma dos, Caballas quiere “debatir”


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

No aprenden, pero es porque ni ponen interés ni se aplican, de ahí que padezcan no fracaso escolar sino “fracaso electoral”, porque votarles no les votarán, pero cabezones son para dar y repartir cuando si fueran listos comprenderían que, calladitos, están mucho mejor.

Se muestran recalcitrantes, no aprenden con los errores que, según el pensamiento espiritual son oportunidades de crecimiento, se obstinan y obcecan, se muestran intransigentes ante las calamitosas valoraciones que sobre ellos arrojan los sondeos y son de un optimismo rayano en lo obsesivo. Y por esta tendencia casi patológica se han empeñado ahora en celebrar un “debate” televisado entre el cabizbajo Mohamed Alí y el héroe de las encuestas que es el Presidente Juan Vivas.

De hecho no consiguen “calar” ni en el electorado musulman en cuya supuesta credulidad reside la esperanza de votos de la Coalición, porque parte de ese segmento de población se siente más cercano a los herederos políticos del respetado Mizzian y estos herederos del notable detestan sin paliativos a los Caballas y les acusan de tratar de “utilizar” a los musulmanes a base de contar más mentiras que el almanaque Zaragozano.

En una palabra, postulan por un enfrentamiento televisado en la Televisión Pública de Ceuta. ¡Que curioso!, hace bien poco acusaban a este medio y a su directora de estar realizando unas supuestas encuestas telefónicas con el objeto de “confundir” a los ceutíes, ya que se hacían los equivocados en cuento a Mohamed Alí y al alicaído Aróstegui (todavía no ha superado el desdén de los trabajadores del ICD cuando se amotinaron ante la evidencia de que iba a soltar uno de “sus” discursos).

Acusación en toda regla pero sin pruebas concretas contra la Televisión y ahora los acusadores quieren “chupar cámara” de los agraviados porque el debate en la Cadena Ser a las nueve de la mañana entre Vivas y Alí puede no “llegar” a mucha gente. Pienso que los de Caballas deberían leer con atención los últimos datos del Estudio General de Medios y los resultados de la Ser.

En una palabra: la opinión y las propuestas de la Coalición en general y de Alí y el sindicalista Aróstegui en particular, interesan a nadie. Tiempo ha tenido Alí de haber llevado a cabo iniciativas novedosas y llenas de creatividad y les garantizo que, la leche del Partido Popular es la de apoyar y potenciar cualquier iniciativa que favorezca a todos, venga de donde venga, a nivel nacional ahí está el Pacto Antiterrorista. El Gobierno de Vivas tiene buen estilo y es capaz de llevar adelante cualquier idea que suponga innovación, desarrollo, progreso y crecimiento, pero jamás apoyará por respeto a los electores que le premian con la mayoría absoluta, ni demagogias de cara a la galería ni propuestas que rayan en el absurdo por mucho tono “buenista” que las acompañe.

Pero Caballas no aprende ni se enmienda. Los peor valorados. Incluso Domínguez el de UPyD es mejor valorado y eso que, el hombre, no hace más que perseguir fantasmas, escarbar en frases y poner denuncias. Le encanta denunciar y eso que le van archivando las denuncias, pero los denunciados no arremeten contra él por deferencia, a cada cual le da por una cosa y la patología de Domínguez es “la denuncia” y si él se siente así feliz y realizado le dejan. Pues con todo y con eso el de UPyD con sus correndijas para “ir a denunciar”, actividad para él satisfactoria y placentera, está mejor valorado en las encuestas que Alí y Aróstegui que, a pesar de haber moderado el tono en parte, no pueden evitar en el caso del sindicalista, arremeter contra todos en general y contra el PP en particular con las más terribles fulminaciones usando para ello su diario “amigo” el que le proporciona la “lanzadera espacial” que no es la de Cabo Cañaveral sino la de un medio que tiene de baja a varios trabajadores por depresiones, agobios, acosos o similares, sin que el sindicalista se interese por el estado de estos pobres currantes.

¿Y se responde a las invectivas de Aróstegui cuando llama a este medio “panfleto del PP”?. Pues no, puestos a ser realistas sería denunciable el que nos calificara de “panfleto de Caballas” pero nosotros no somos Domínguez el Cid Denunciador sino que, como creyentes, nos dignificamos con el ejercicio de las virtudes lacrimosas, es decir, de la compasión y de la caridad y no hacemos leña del árbol caído, ni tampoco nos ensañamos. Para ensañarse están los sondeos de Sigma dos y juramos que de “eso” no somos culpables. ¿O si?

El caso y resumiendo, es que no aprenden, pero es porque ni ponen interés, ni se aplican lo bastante, de ahí que padezcan no fracaso escolar sino “fracaso electoral”. Y encima, para hundirse aun más en los sondeos, piden y reclaman debates. Porque votarles no les votarán, pero cabezones son para dar y repartir cuando si fueran listos comprenderían que, calladitos, están mucho mejor.
 

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