PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - JUEVES, 28 DE
ABRIL DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
El vertedero y el ‘Club de
los bomberos pirómanos’ |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Los vecinos que hoy tienen que
soportar estoicamente las pestes del traslado de la basura
obtendrán grandes ventajas ya que pasarán a residir en las
cercanías de un espacio de paisaje singular lo que
revalorizará sus propiedades.
Utilizar periodística o políticamente “el ventajismo” es un
recurso muy manido y que deja en muy mal lugar intelectual
al usuario de esta dialéctica. Así tratar de sacar “rédito o
ventaja” de las molestias que están sufriendo los vecinos
que son víctimas de los hedores circunstanciales de las
obras del vertedero de Santa Catalina, es claro síntoma de
indigencia mental.
El futuro Grand Park ceutí que algunos quieren moderno,
otros estilo arábigo andalousí, emulando al Generalife y
otros clasicista con reminiscencias históricas al estilo de
el Retiro madrileño, va a constituir un aliciente estético
para el conjunto de los ciudadanos, se convertirá en punto
de referencia paisajística y más aún si se torna aún más
abolengoso a base de esculturas de Serrán Pagán y será en
una palabra “el gran parque del sur del Mediterráneo”. De
esta manera, cualquier tentativa de boicotear las obras,
azuzar a los perjudicados temporales, incendiar los ánimos
para luego denunciar que “los ánimos están incendiados”,
intoxicar y pinchar al vecindario para poder comentar que
“los vecinos se quejan”, todos estos comportamientos
incívicos llevados a cabo como tentativa de meter el palo en
los ejes de la rueda del progreso y del embellecimiento de
Ceuta nos perjudican a todos al igual que del futuro espacio
verde todos nos beneficiaremos.
Y también los vecinos que hoy tienen que soportar
estoicamente las pestes del traslado de la basura, labor que
se está llevando a cabo con toda la rapidez que es factible,
obtendrán grandes ventajas que paliarán en parte al menos
los hedores sufridos por un tiempo ya que pasarán a residir
en las cercanías de los grandes jardines y a poder presumir
de vivir a tiro de piedra de un espacio de paisaje singular
lo que revalorizará sus propiedades. Mañana todo serán
ventajas para compensar los incordios de hoy y lo que
extraña es que, aquellos que se dedican a azuzar y a recabar
críticas y quejas para más tarde manifestar que “hay
críticas y quejas” muestren tamaña insolidaridad para con el
bien de la colectividad.
El apego a la ciudad y a los ciudadanos se demuestra como el
movimiento: andando. Y “andar” lor Ceuta es ejercer de
árbitros de buena fe, pacificar los ánimos, dar
explicaciones de los trabajos que van a marchas forzadas,
congratularse de lo afortunado que será el vecindario cuando
pueda disfrutar de las alamedas, las fuentes, las rosaledas,
los magnolios y los setos de arrayanes. ¿Y como se va a
estar de “agustito” en ese parque mediterráneo en las noches
de primavera y de verano?. ¡Afortunados quienes vivan cerca
de él!.
Pero esa es la dialéctica provechosa y en positivo de cara
al ciudadano, la que trata de construir y de enriquecer con
independencia de ideologías o de colores, radicalmente
discrepante con la dinámica del “Club de los bomberos
pirómanos” que azuzan las quejas y los agravios para contar
que hay quejas y agravios; son quienes empeoran situaciones
artificiosamente para luego soltar la moralina de que
“tratarán de encontrar una solución” y a estos dinamiteros
del progreso se les unen de cuando en cuando otros
ventajistas espaventados que tratan de sacar “cacho”
electoral con reflexiones mentales absolutamente brillantes:
“Los vecinos perjudicados están enfadados y si se les da la
razón nos votarán”. Pues no, el cabreo no implica tontuna y
las víctimas de las pestilencias saben perfectamente que
existe un proyecto espectacular y no van a poner su
confianza en el que aparece el último para engatusarles y
darles la razón con la boca pequeña.
Eso sí, si el ventajista llegara cargado de purificadores de
aire, dispensadores de ozono y cientos de “Ambipur” con
fragancias para regalar de manera generosa y paliar en parte
las molestias, se le contemplaría con un cierto agrado y se
aceptarían los regalos y detalles, alabando el altruistmo
del tipo que reparte obsequios cuando sabe perfectamente que
no le van a votar, porque los Ambipures se agotan y hay que
comprar recambios, pero los rosales fragantes, los alhelíes,
el azahar de los árboles frutales y los jazmines y damas de
noche que treparán por las románticas pérgolas, esos ni se
terminan ni necesitan recambio porque la Madre Naturaleza
acostumbra a regalar perfumes y belleza, gratis total.
Evidentemente nuestra simpatía está con quienes padecen los
tufos por el bien de todos los ciudadanos y les aconsejamos
que, cuando lleguen los bomberos pirómanos a azuzar les
exijan como muestra de buena fe y como requisito para hablar
con ellos para luego contarlo, que al menos tengan la
deferencia de hacer uso de la elegancia social del regalo y
lleguen cargados de velas perfumadas de vainilla,
dispensadores de ozono, purificadores y el informe
fotocopiado de los técnicos medioambientales que acreditan
de manera fehaciente la corrección absoluta del tratamiento
de los residuos, la inexistencia de factores tóxicos y la
carencia total de riesgos para la salud de las labores de
traslado. Entonces esos bomberos serían pirómanos, pero con
buena fe, lo que no es el caso.
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Mujeres en Igualdad: luchar
por un objetivo |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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A más cultura, crecimiento y
progreso mayor igualdad. De ahí la insistencia de Mercedes
de la Merced y de Rabea por incidir en el factor educativo.
Todo en la visita de Mercedes de la Merced ha sido un puro
acicate para que jamás, por muy difíciles que sean las
circunstancias, cunda el desánimo entre las mujeres a la
hora de seguir luchando por la igualdad y contra la temible
discriminación de género.
La prosperidad, el progreso, las libertades y los valores de
la Humanidad siempre ha dependido de forma subrepticia de
esa “mano que mueve la cuna” porque es “la mano que mueve al
mundo”. A más cultura, crecimiento y progreso mayor
igualdad. De ahí la insistencia de Mercedes de la Merced y
de la carismática Rabea por incidir en el factor educativo,
enaltecer la educación que reciben niños y niñas en las
aulas, primar la educación en igualdad como condición
irrenunciable de una sociedad de progreso, apostar por la
educación integral, porque tan solo la educación y la
cultura hacen libre al individuo.
La Consejera Rabea comentó los muchos logros que se van
alcanzando de manera paulatina, yo diría que con cuentagotas
ya que hay que formar a las féminas pero también cambiar las
mentalidades de muchos varones que aún hoy en día se ciñen a
antiguos parámetros que resultan inviables en una sociedad
donde la mujer aparece plenamente incorporada al mercado
laboral pero que, al tiempo, es quien más sufre la
precariedad que conllevan los tiempos de crisis. Y del
sacrificio de las madres en los momentos de debilidad
económica podemos mostrar numerosos ejemplos concretos y
reales, como los de cientos de temporeras de los Países del
Este que acuden cada año a las campañas agrícolas,
contingentes exclusivamente de mujeres jornaleras que tienen
que dejar a su familia para emigrar para trabajar. O los
cientos de mujeres ucranianas inmigrantes llegadas a España
por la demanda de trabajo doméstico, también ellas tienen
que sufrir el desarraigo de verse sin sus maridos y sus
hijos. La inmigración en la UE tiene un marcado acento
femenino representado por la valiente mano que mueve la
cuna.
Y no obstante la capacidad de sacrificio intrínseca al
factor femenino y la cualidad de crecerse ante las
dificultades, la igualdad sigue teniendo un alto componente
de meta no lograda. Máxime en tiempos de dificultades
económicas y máxime en una sociedad convulsa donde rara es
la semana que no aparecen dos o tres mujeres asesinadas por
sus parejas en nuevos episodios de violencia doméstica. Se
puede llegar a plantear si los hombres han enloquecido
porque nunca antes habían existido tantas víctimas mortales,
pero no es esa la pregunta correcta capaz de llevar
implícita la respuesta adecuada. No se trata de una escalada
de violencia machista sino de una respuesta machista ante
mujeres bien informadas y capaces de poner fin a los malos
tratos denunciando. La ruptura de la vergonzante y secular
“ley del silencio” por la que la violencia no excedía jamás
las cuatro paredes del hogar y se llevaba a cuestas como un
oprobioso secreto, esa reacción colectiva de la sociedad
apoyando a la víctima para que denuncie, acompañando a la
víctima durante la denuncia y amparando a la víctima después
de la denuncia, ha supuesto para muchos varones hasta ahora
impunes, un resquebrajamiento de conceptos.
El logro consiste en formar a las generaciones venideras
para hacer desaparecer los arquetipos odiosos. Lógico que en
casos de trastornos psiquiátricos o de patologías poco puede
hacer la educación, pero donde no llega la formación ha de
llegar el diagnóstico por lo que, una especial atención a la
salud mental de la sociedad “a la americana” al tratar las
patologías desde un principio evitaría resultados trágicos.
Sí, existe una multiplicidad de factores cuando se aborda el
tema de la igualdad. Educación, formación y conocimiento
para saber ser en libertad, concienciación plena de los
derechos de la mujer y de qué conductas atentan contra
ellos, política preventiva en lo referente a salud mental
para evitar que patologías diagnosticables puedan desembocar
en reacciones terribles y un trabajo en equipo, hombres y
mujeres para seguir avanzando y creciendo al mismo tiempo
superando sin traumas y por convencimiento los modelos
obsoletos.
Mercedes de la Merced con sus “Mujeres en Igualdad” ha
aterrizado en una realidad social en la que no existen ni
juzgados específicos de violencia de género, donde estamos
colectivamente embarcados en el reto de la formación laboral
y profesional mantenida y continua de todas las mujeres para
que, en crisis como la que sufrimos, se encuentren con
mayores expectativas dimanantes de haber adquirido una buena
preparación. La Asociación puede constituir un revulsivo
necesario y trascendente para la consecución de logros y el
definitivo aprobado de la asignatura pendiente de la
igualdad total.
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