Pocos acontecimientos
culturales han levantado tanta expectación en Ceuta como ‘El
lago de los cisnes’. Una de las obras más universales tiene,
además, el atractivo añadido de ser representada por una
compañía de la calidad del ‘Corella Ballet’. El éxito
acompaña, casi siempre, al trabajo bien hecho y ese parece
ser el secreto para conseguir llenar todos los teatros desde
su creación hace cuatro años. Más allá de esta última etapa,
Corella ha sido reconocido como uno de los bailarines de
mayor talento en España. No obstante, le sigue sobrando
humildad para preferir una retirada discreta y también para
reconocer la responsabilidad máxima del director tanto en
los éxitos como en los fracasos.
Pregunta.- Todas las entradas vendidas en cuestión de horas,
¿sabe que su compañía ha generado grandes expectativas en
Ceuta?
Respuesta.- No había una compañía de danza clásica desde
hace 22 años en España, la gente no sabía cómo eramos y el
trabajo que íbamos a realizar. Desde que se han dado cuenta
los teatros no han dejado de estar llenos. Hemos estado en
Barcelona dos semanas y estaba abarrotado. Vino a vernos la
princesa Letizia, es muy fan de nuestra compañía y también
acudió a la representación de ‘El lago de los cisnes’ en
Madrid. Estamos muy satisfechos con la reacción del público.
P.- Cuatro años han pasado desde la creación de la
compañía, el balance parece ser bastante bueno...
R.- Así es. Hemos afrontado la crisis sin tener ninguna baja
en los espectáculos ni en afluencia de personas, por eso
hemos sobrevivido, porque apoyos institucionales tenemos muy
poquitos. Estamos haciendo grandes cosas con un montaje
impresionante y nos sentimos satisfechos por la afición que
hay por la danza clásica. Hay mucha gente que esperaba una
compañía así para poder ir a verla. Quien quiera ver una
obra como ‘El lago de los cisnes’ no tiene que esperar ya a
que se haga una película o que venga una compañía de fuera.
P.- Este ‘El lago de los cisnes’ ha sido reconocido como
una de las mejores piezas de la compañía, ¿qué tiene de
especial?
R.- Por su música y su historia ya es una de las obras más
reconocidas por el público que, quizás, no es tan erudito de
la danza. Todo el mundo la conoce y más ahora con la
película protagonizada por Natalie Portman. Este espectáculo
en concreto trae mucha innovación, hay explosiones... Lo
hemos tratado de actualizar para que la gente joven sienta
que está viendo un ballet antiguo, sino uno más moderno. La
historia va más rápida que la original, que duraba cuatro
horas. He realizado cortes en la música pero sin perder la
esencia.
P.- Modernidad y clasicismo, incluyendo elementos
audiovisuales...
R.- Tenemos un gran diseñador gráfico. En el momento en que
se abre el telón aparece la bandera de la Familia Real
alemana de la época. Entre el primer y segundo acto hay una
escena de bosque que sirve de antesala para otra en la que
el príncipe se va de caza. Luego, en el tercer acto, la
explosión famosa en el momento en que el cisne negro engaña
al príncipe y se ve la visión del cisne blanco atrapado.
Además de la escenografía y el vestuario hay una parte
visual que hace que la gente joven quede impactada.
P.- Hablaba antes de los apoyos institucionales, ¿hay
expectativas de que el Ministerio de Cultura contribuya de
forma más activa en la compañía?
R.- Muy pocas, la verdad. El Ministerio está más pendiente
del cine. Al poner a una directora como ministra ella ha
terminado preocupándose más de eso. En general, tenemos una
cultura muy rica por lo que no es justo que tengamos una
compañía tan maravillosa y que el apoyo sea tan escaso.
Rellenamos un hueco importante en la sociedad y
representamos a España. Después de actuar en Ceuta nos
marcharemos a EE.UU, Italia, Japón...
P.- ¿Por qué siempre ha dado la sensación de que los
bailarines debían marcharse de España para triunfar?
R.- Hasta que llegamos nosotros. Gracias a Dios esto ha
cambiado, hay casi 300 bailarines censados y nos gustaría
tenerlos a todos en la compañía. Yo siempre cogería a un
bailarín español antes que uno de fuera, siempre y cuando
fueran de la misma calidad. Estoy orgulloso de mi equipo y
de la calidad humana. En el barco todos estaban fuera
charlando, suena un poco a topicazo pero somos como una gran
familia.
P.- Tranquiliza saber que el ballet no es como en las
películas tipo ‘Cisne Negro’, dando una visión tan
sacrificada del oficio...
R.- Es sacrificado pero no hasta ese punto de locura,
nuestra vida es más normal. Están los tópicos de las
zapatillas de punta, la obsesión por la perfección que sí
tenemos pero no hasta la locura. Lo único creíble de esa
película es el grado de implicación con un determinado rol.
El resto está anticuado porque, por ejemplo, las llagas de
las bailarinas. Si salieran después de tantos años de
entrenamiento, mal iríamos. Eso ocurre sólo al principio. Sí
es una vida que necesita dedicación pero, al mismo tiempo,
es muy bonita, especialmente con el aplauso del público.
P.- ¿Qué cualidades debe poseer un buen bailarín?
¿Cuántas de ellas cree usted que tiene?
R.- Yo muy pocas (risas). Creo que tengo sinceridad y que me
doy al 200%, no me dejo nada en casa, lo doy todo. Pero lo
principal es la inteligencia, las cualidades físicas son muy
importantes pero prima más lo primero. Y, especialmente, que
haya pasión en todo lo que hace.
P.- Usted dijo que Víctor Ullate imponía desde el temor,
¿se considera un buen jefe?
R.- Bailo con ellos así que en este momento no soy jefe. Sin
nombrar a nadie, quizás otro vendría en helicóptero,en lugar
del barco, y se quedarían en un hotel diferente. A mí me
gusta ir con ellos y que ellos vean que si alguien se tiene
que sacrificar el primero, ese debe ser el director. La
humildad siempre es el mejor camino.
P.- ¿Tiene referentes en el panorama femenino? Sin contar
a su hermana, claro...
R.- (Risas) En realidad no he tenido un referente concreto,
sí personas que me han ayudado en este mundo aunque casi
siempre personas que no han sido bailarines.
P.- ¿Se ha planteado una retirada a corto o medio plazo?
¿Se imagina cómo sería?
R.- No creo que haga una por todo lo alto realizando
actuaciones por el mundo entero. Supongo que me levantaré un
día y diré: “ya no voy a bailar más”, y así se acabará.
P.- Para terminar, no resisto a preguntarle por esos
inicios a lo ‘Billy Elliot’...
R.- No sé en realidad por qué empece a bailar. Cuando tenía
dos años, con el chupete en la boca, mi madre decía que
bailaba como John Travolta a lo ‘Fiebre del sábado noche’
que andaba muy de moda en esa época. La danza siempre ha
sido una forma de expresar mi alegría y mi tristeza. Mis
hermanas comenzaron a dar clases de ballet y yo de kárate, a
diferencia de ‘Billy Elliot’ que era boxeo. Entonces a un
compañero de clase le rompieron la nariz y comenzó a
sangrar. Me asusté bastante y le dije a mi madre que que no
quería volver. Iba a ver a mis hermanas y, un buen día,
comencé a dar giros y saltos, el profesor se quedó extrañado
porque no los habían enseñado aún en las clases. Así
empecé...
P.- Y ahora llega a Ceuta...
R.- No la conocía y tenía ilusión de poder visitarla en
estos días que estaremos con la representación. |