Si tuviera que calificar la Mesa
Sectorial que en esta ocasión ha tratado sobre Patrimonio
Histórico-Artístico con el plus de cultural, antropológico y
ecológico, solo podría hacerlo desde una perspectiva
puramente academicista. Falsa modestia la de Juan Vivas al
aseverar que estas “mesas” que tratan sobre los más diversos
aspectos de la realidad ceutí se ciñen a una
exposición-recreación de logros pasados y presentes y de
objetivos y proyectos futuros.
“No es un mitin” aclaró Juan Vivas. Y la afluencia masiva de
público curioso e interesado parecía desdecir las palabras
del Presidente, pero el ritmo de la intervención retrotraía,
en verdad, a una “puesta en común” o al espíritu de
exposición-diálogo de las mesas redondas temáticas.
No obstante el aire y el ambiente resultaban mitineros, sin
existir el “si nos votáis” al revés, de lo que se trataba
era de exponer de manera concisa y clarificadora una visión
global de quienes han venido siendo los ciudadanos de Ceuta
a lo largo de la Historia. Un discurso de “toma de posesión”
de la Real Academia de la lengua en toda regla, buena
métrica, Historia Antigua y Moderna trillada hasta la
extenuación, conocida de memorieta pero con tono apasionado
y hasta “enamorado”. Repaso desde las raíces de la
Prehistoria con repaso a los fenicios, con parada y fonda en
Roma que nos ha dejado en el paseo de las Palmeras la huella
de sus ciudadanos ilustres y ante todo del primer
“periodista” de la Historia de la Iberia Vieja, nuestro
Estrabón que se dedicó a plasmar chismes y hechos en
pergamino y a “contarnos” Hispania con esa cualidad de
sorpresa que siempre caracterizó al genial romano o Gran
Cotilla del Imperio. Romano pero con habla y métrica casi,
casi andaluzas, llena de gracejo y de humor negro.
Ceuta romana, nuestra Iberia transformada en Hispania
aportando los héroes de su mitología “sisados” a los
griegos, Zeus y su patulea celestial frente a los cultos a
la “Madre Tierra” infinitamente más austeros, lugares de
culto siempre mirando al poniente, como siempre ha sido y
siguió siendo primero en templos y más tarde, sobre sus
cimientos, en rosetones sobre los arcos de las iglesias
románicas, siempre al poniente para atrapar los últimos
rayos del sol.
Juan Vivas nos balanceó por la Historia, con pinceladas
fuertes, más a espátula que a pincel, más colores al aceite
que “aguachirle” de los frescos pintados sobre los muros
sagrados. Emoción con Enrique el Navegante, el que nos trajo
a la Virgen Templaria camuflada bajo el anagrama de otra
orden sacra bajo cuya cruz latían aquellos nobilísimos
caballeros, los de las Vírgenes Negras místicas y los
guardianes de la sabiduría esotérica. Ceuta lugar de acogida
de los del Temple y ellos, los caballeros, siempre
funcionaron y funcionan con impulsos espirituales y de aquí
les llamó la energía telúrica de la piedra pura. La que está
y nos impregna.
Al Presidente le acometió la “Patrimoniomanía” que es la
patología del arte y de la belleza, de los arquetipos
históricos y de remover a los ancestros. Culto al patrimonio
en la restauración minuciosa del legado de los antepasados,
no olviden que “cuando un anciano muere, arde una
biblioteca” y la huella del ayer hay que tenerla cerca,
viva, latente. Los monumentos están vivos, la piedra, desde
la física cuántica, es pura energía en constante movimiento,
átomo va, átomo viene. Patrimonio histórico, artístico,
cultural, antropológico, ecológico...
De la riqueza paisajística. ¿Amaneceres y atardeceres
entremares? No, mejor la hora violeta. A la vibrante
naturaleza ceutí, flora y fauna, turismo “cultureta”,
turismo espiritual, turismo “submarino”, las grutas mágicas
de El Sarchal, el proyecto de homenajear a las almas de la
antigua prisión, los edificios singulares, prodigios de buen
gusto cromático en la restauración llenando las calles de
arte, edificios, árboles y especies protegidas, esculturas,
jardines, la acústica de las fuentes y los pájaros... Ya se
sabe que, de las malas ciudades huyen las aves. Y de aquí no
huyen sino que hacen “camarilla” gorriones, gaviotas,
palomas, disputándose territorio.
¡Que bella y académica exposición la que nos ofertó el
Presidente!. Eso sí, faltaba espacio, faltaban sillas,
faltaban rincones donde acoplarse, como siempre y eso que no
dan dulces ni refrescos para incentivar al personal y que se
quede hasta el final, sino que dan palabras y palabras,
frases y más frases, parrafadas y textos completos y sabe a
poco, porque este Vivas es muy buen narrador y cuenta la
Historia como si perteneciera el “mester de Juglaría” y
quisiera transmitirnos sus conocimientos como manda la
tradición oral: contándolos.
Buena iniciativa la de estas “puestas en común” o “mesa
redonda” sin mesa (y casi sin sillas), el lenguaje de nuevo
trovador in line es televisivo, la amenidad está asegurada y
el personal sale encantado, satisfecho y ahito de
información ¿Alguien da más?
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