Estuve tan ocupado escribiendo la crítica que nunca pude
sentarme a leer el libro”, ironizaba Groucho Marx. Con los
políticos de Ceuta sucede algo similar a juzgar por las
‘librerías’ de las sedes de sus partidos. Quizás ayer,
aprovechando la festividad del ‘Día del Libro’ y que por tal
motivo, el precio de los ejemplares estaban a un 10% de
descuento, alguno de nuestros políticos aprovechó para
llenar la ‘despensa’. Hasta el momento, el panorama de las
librerías de partido resulta un poco desolador. Los
políticos de Ceuta están tan ocupados haciendo política que,
aseguran, no tienen tiempo para abrir un libro.
Esta vez, al menos, casi todos los políticos parecen haberse
puesto de acuerdo y, sin que sirva de precedencia, tienen la
misma respuesta: “No tengo tiempo de leer, y menos en
campaña”. Por eso les cuesta tanto recordar cuál fue el
último libro que leyeron, o cuál es su autor de cabecera.
El Partido Popular aún no ha encontrado un momento para
reubicar sus libros. Hace unos meses hicieron obras en su
sede y aprovecharon para donar muchos de ellos. Los en torno
a 300 ejemplares con los que se quedaron, según explican los
trabajadores del partido, terminaron metidos en cajas. Tras
las obras, pasaron a apilarlos en estanterías y en montones
por el suelo. Si soplas y quitas el polvo puedes encontrar
El Buscón de Quevedo, una Antología de Marx recopilada por
Tierno Galván o algún atlas; aunque lo que predominan son
documentos, ensayos y monografías sobre temas diversos:
aspectos médicos, planes sobre drogadicción, conclusiones de
congresos... Comprar dicen que no compran nunca, sino que ha
sido una biblioteca hecha a base de donaciones de afiliados.
Los integrantes del Partido Socialista sí que compran. De
hecho, quieren hacer de la librería del partido un espacio
para todos los afiliados, con carnet de biblioteca incluido.
Una Historia de la II República o las Obras completas de
Manuel Azaña son algunos de los ejemplares que podrán tomar
prestados los afiliados. La librería ocupa una estantería y,
al menos estos, no tienen polvo. Manuales varios, el
diccionario de la RAE o un monográfico sobre La prensa y la
guerra de Cuba. PSOE y mundo cristiano o ¿Dónde está la
izquierda? son otros de los libros para que los afiliados
que quieran reflexionen. El hobbit, de Tolkien, el libro de
cabecera de José Antonio Carracao, líder socialista.
El perfume, de Patrick Suskind, y La soledad de los números
primos, de Paolo Giordano, están, por su parte, entre las
últimas lecturas de los líderes de Caballas, Mohamed Alí y
Juan Luis Aróstegui, respectivamente. Coinciden con los
socialistas en querer potenciar su librería, la cual, de
momento, usan para estudiar los hijos de los afiliados,
según comentan desde el partido. La integran El Quijote, un
diccionario oceanográfico, un estudio sobre la música de los
60 y la colección completa de literatura universal realizada
por el periódico El Mundo, entre algún libro más.
Los partidos minoritarios coinciden en señalar que en sus
sedes apenas hay espacio para libros. Varios ejemplares de
Política razonable -una recopilación de textos editados por
el partido-, es casi toda la literatura que uno encuentra en
la sede de UPyD. Por su parte, los integrantes de PDSC y Los
Verdes comparten gustos literarios: los libros de
gastronomía.
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