Más allá de su capacidad de gestión y de su trabajo dentro
de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer, la número 10
de la candidatura del Partido Popular, Susana Román,
transmite cercanía y mucho carisma. A pesar de que no
atraviesa buenos momentos, Román valoró la confianza que el
presidente Juan Vivas ha depositado en ella al término que
reconocía que la única vía para conseguir los objetivos
fijados es el trabajo: “es lo único que puedo prometer”,
admite. Muestra mucha ilusión por la etapa que se abre y
confía plenamente con el proyecto puesto en marcha por el
Partido Popular, con vivas como principal valedor. Resalta,
además, que la crispación entre partidos termina afectando
al ciudadano.
Pregunta.- ¿Cómo se encuentra?
Respuesta.- En estos días tengo una mezcla de sensaciones.
Pocos días después de la presentación de la candidatura
falleció mi abuela y eso se junta con la satisfacción de
saber que cuentan con una. Entiendo que es ley de vida pero
siempre son momentos complicados. Supongo que con el paso de
los días y con la cantidad de trabajo que, afortunadamente,
siempre tenemos en esta consejería pues esa amargura se irá
diluyendo y quedará la emoción y las ganas de trabajar.
P.- ¿Qué se le pasó por la cabeza en el momento en que supo
que entraba en la lista del Partido Popular para las
próximas elecciones?
R.- No tuve constancia que iba en la lista hasta que el
presidente me llamó a su despacho un sábado por la mañana
para comunicarme que quería contar conmigo para el proyecto
de la próxima legislatura. Él mismo fue quien me comunicó el
número que tendría en esa lista y, además, lo hizo con mucha
gracia porque como le encanta el fútbol se refirió al dorsal
10, que es el de Messi (risas).
P.- ¿Le ha sorprendido estar en una posición tan alta?
R.- Me causa sorpresa pero no demasiada. Entiendo
perfectamente que los primeros números son muy marcados, en
el sentido de que es gente muy implicada y comprometida. Es
el equipo en que el presidente se ha apoyado siempre y son
posiciones normales y lógicas. A partir de ese número, y
aunque estoy orgullosísima de ir en el lugar que voy, me
hubiera dado igual ir en el 10 que en el 20. Lo importante
es que el presidente cuente conmigo, de verdad lo digo.
P.- ¿Es una lista lo suficientemente atractiva para el
electorado?
R.- Me gusta porque es una lista de gente joven pero muy
preparada y con experiencia. Casi todo el mundo tiene una
dilatada experiencia en gestión privada y pública. En mi
caso trabajé 10 años en el ámbito privado y arrastro 8 años
en una línea de gestión pública. Mabel Deu, por ejemplo, es
una institución en el equipo del presidente. Sin embargo,
también va gente jovencísima como Ana Cohen y hace ilusión
que personas de corta edad se impliquen como lo hacen. No
olvidemos que la política está devaluada y más aún entre los
jóvenes. Yo tengo contacto con la gente joven y cuesta
transmitir esa ilusión, reconozco que es un valor que está
ausente y se entiende. Tenemos la obligación de transmitir
que hay oportunidades si se trabaja, es el único camino
posible.
P.- ¿El Partido Popular es más que Juan Vivas?
R.- El presidente, desde luego, es nuestro mayor valor. Es
algo que sería absurdo negar. Su capacidad, carisma y forma
de trabajar es arrolladora. Dicho lo cual, yo creo que hay
un futuro esperanzador y de herencia de Juan Vivas. Nos ha
transmitido muchos valores: efectividad, la sensación de que
todo se puede hacer mejor...Por muy bien que le lleves un
proyecto al presidente, él siempre va a intentar mejorarlo.
Esa búsqueda constante de la perfección es la idea que hay
que seguir.
P.- ¿Falta un dosis mayor de autocrítica en el mundo
político?
R.- Sin duda. Aunque en mi caso, yo estoy cerca de una
persona muy autoexigente como es Mabel Deu. Con ella estamos
continuamente sometidos a un examen por lo que debemos estar
siempre en guardia. De la consejería en estos últimos cuatro
años, lo mejor que me llevo es el trabajo. Desde el primer
compañero hasta el último he aprendido algo, todos tienen
una gran experiencia y eso enriquece.
P.- Desde su opinión, ¿cómo ve las relaciones entre los
partidos políticos en Ceuta? ¿Por qué esa sensación de
crispación?
R.- Las relaciones entre personas deben mantenerse y todo se
puede reconducir. Y no me gustan algunas cosas que veo. Creo
que deberíamos ir más por la línea de sentarnos y definir el
camino a seguir entre todos que dedicarnos a denunciarnos
unos a otros. José Antonio Carracao, por ejemplo, es un
excelente amigo, hacemos deporte juntos y para nada hablamos
de política. Debemos transmitir confianza y aplomo y no
meternos unos con otros. Quiero escuchar propuestas y
soluciones, únicamente eso. En los modos algunos se están
equivocando.
P.- ¿Está orgullosa de los logros conseguidos en el aspecto
cultural? ¿Cuántas cosas se han quedado en el tintero?
R.- Creo que en lo cultural hemos avanzado bastante. La
apertura del Teatro Auditorio del Revellín era para nosotros
un reto y se ha logrado por fin. Se está definiendo un
programa por temporadas así como un abono. No sólo se ha
construido mucho sino que estamos siguiendo una línea muy
interesante.
P.- Sin embargo, Ceuta sigue a la cola en vida cultural...
R.- Considero que la oferta es interesante y no creo que no
se hayan producido avances.
P.- La educación continúa siendo un tema preocupante. A
pesar de los límites que tiene la Ciudad, ¿considera que se
hace lo suficiente?
R.- Creo que tenemos una buena relación con el Ministerio.
Mabel es una excelente embajadora a la hora de negociar
temas porque pone todo el corazón en ello. El convenio
MEC-Ciudad ha sido todo un avance y sería impensable
prescindir de él ahora mismo. El hecho de incluir en la
consejería el ámbito de la Mujer también ha servido para
detectar problemas en el ámbito familiar. Con los
trabajadores sociales se ha avanzado mucho en ese terreno y
en el tema de becas estamos a la cabeza de España, sin
ninguna duda. El Campus genera mucha ilusión y, hoy por hoy,
es ya una realidad.
P.- Pero cuando llega un informe tan demoledor como fue el
PISA parece que cualquier avance en el ámbito educativo
queda ensombrecido...
R.- Eso está claro. En el paro tampoco tenemos competencia
pero el problema está ahí. En la educación pasa igual.
Entiendo que es un tema muy complejo, sería corto de miras
decir que es un problema sólo relacionado con el idioma o
con la falta de medios. No creo que sea sólo una situación
que afecte a Ceuta únicamente, es un problema que afecta a
muchas comunidades. Exige un análisis de la situación muy
exhaustivo y se está trabajando en ello. Ahora mismo es uno
de los problemas más graves y en el que las administraciones
deben ir de la mano. El Foro de la Educación está dando ya
muestras de la importancia que puede llegar a tener este
órgano.
P.- ¿Cómo afronta los próximos cuatro años?
R.- Con mucha ilusión y con ganas de trabajar. Esté donde
esté, intentaré seguir aprendiendo. Lo único que puedo
prometer es trabajo, trabajo y más trabajo. Me gusta el
contacto con la gente y la gestión pública.
P.- ¿Ha habido alguien entre sus allegados que le haya dicho
que está loca?
R.- Mucha gente. Para empezar, mi cardióloga. Tengo un
problema de arritmias en el corazón y en una de las
revisiones me dijo “esa es la tranquilidad que tú ibas a
buscar, estás loca”.
P.- ¿Las obligaciones laborales le dejan tiempo para
practicar deporte?
R.- Mi tiempo se ha reducido. A la hora que come todo el
mundo, yo aprovecho para hacer algo de deporte. Del trabajo,
realmente, no me quita tiempo pero sí de mi vida personal.
Sin embargo, es un ratito en el que resuelvo muchos
problemas. Si en el despacho no ves la solución, con la
mente relajada se te ocurren más cosas. Conozco al
preparador físico de José María Aznar quien cuenta que se
dio cuenta de la importancia del deporte cuando entablaba
algún tipo de negociación. Quien físicamente más aguanta, se
lleva el gato al agua.
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