Algunos ciudadanos de Ceuta no están conformes con que hoy,
durante la procesión del Encuentro, los legionarios no
puedan tocar el himno nacional ni levantar armas en muestra
de respeto a Jesús Nazareno y a la Virgen de la Esperanza,
en conformidad al Real Decreto aprobado por el Ministerio de
Defensa el pasado 20 de mayo, según el cual los militares no
pueden rendir honores a la imágenes sagradas.
Juan dice que “se le ponen los pelos de punta” cuando
escucha a La Legión tocar el himno nacional. Le cuesta
mantenerse en su papel de espectador cuando en su alma aún
lleva el haber sido legionario. No puede imaginar que hoy
los compañeros de su antigua unidad se queden “aguantándose
las ganas de levantar armas y saludar al Cristo con los
honores que se merece”.
“A alguno se le escapará el saludo”, añade Javier Chellaram,
colaborador de este diario, experto en temas militares y
Legionario de Honor, “porque los militares tienen ese
espíritu inculcado”.
“España tiene sus patronos, como Santiago Apóstol, aunque
sea un Estado aconfesional, y los legionarios que acompañan
a la procesión son voluntarios”, continúa Chelleram. Por eso
está convencido de que esta ley, aprobada en Real Decreto
por el Ministerio de Defensa, el pasado 20 de mayo, según la
cual las unidades militares no pueden rendir honores a las
imágenes sagradas, será derogada si en las próximas
elecciones nacionales cambia el gobierno.
Lo mismo opina Francisco Reposo, aunque matiza que “mientras
tanto, debe ser el pueblo el que pida que esa ley no se
aplique”. “En lugar de poner esa ley, que los políticos se
dediquen a quitarse sus privilegios”, continúa. “El Estado
lo que está haciendo es dividir al pueblo español y atacar a
la religión católica, mientras que con otras confesiones no
se mete”, finaliza.
Igual de indignadas están Ana Vega y Verónica Muñoz, que
saldrán hoy de penitentes con la Virgen de la Esperanza.
Están convencidas de que cuando la gente vea que la
procesión sale y que los militares no están rindiendo
honores, “se van a sorprender y van a protestar”. Carlos
Piñero, un amigo de ellas, les da la razón: “Es que la
Semana Santa es ya una fiesta cultural más que religiosa,
por eso se debería respetar”. Ese es, precisamente, el
argumento más utilizado por los ceutíes preguntados: “No es
cuestión de ser laicos o religiosos, sino de que la
participación de los militares en nuestras procesiones es
una tradición, que canten el himno y rindan honores, y si es
una tradición del pueblo, debería seguir siendo así”, opina
José, y añade: “Sucede igual que con los crucifijos en los
colegios, ¿por qué los quitaron? Era una cuestión de
tradición más que de religión”.
No es cuestión de edad. También su hija, María Jesús, de
catorce años, piensa lo mismo: “A mí me gustan y no me hace
gracia que ahora vaya a cambiar”.
“Sin que se rindan honores se pierde todo el folclore”,
añade Antonio Rodríguez.
Del mismo modo piensan los que sólo están en Ceuta de paso.
Es el caso de María y Alberto, cubanos que, de vacaciones en
Ceuta, ven tambalearse los valores en España: “Los españoles
deberíais cuidar vuestras tradiciones porque si no las vais
a perder”, auguran. O como Victoria lo resume: “La legión y
el Encuentro juntos, como siempre, yo no sé de política,
pero a mí me gustan, me emocionan”.
Aunque entre los ciudadanos de Ceuta también están los que
opinan que la aplicación de esta nueva ley es sólo un modo
de “desviar la atención”. Como Alberto Parra, que piensa:
“Ni el PP ni el PSOE nos van a sacar de donde estamos, y
menos aún si, como es el caso, se dedican a prohibir estas
cosas en lugar de prohibir, por ejemplo, la venta de bombas
de racimo en Libia”.
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“¿Qué más da quién toque el himno nacional con tal de
que se toque?”
Al secretario general del Partido
Socialista en Ceuta, José Antonio Carracao, lo paran por la
calle para preguntarle: ¿Es verdad que este año no sale La
Legión en la cofradía del Encuentro? A lo que él responde
que no es eso, que salir, sale, pero que los legionarios no
le rendirán honores al Cristo. El candidato al gobierno por
el PSOE considera que la ley adoptada por el Ministerio de
Defensa, que lidera Carme Chacón, “no tiene más importancia”
y que “si el himno va a sonar, ¿qué más da quién lo toque,
con tal de que se toque?”. Además, añade: “¿Qué diferencia
hay en que los legionarios saluden o no?”.
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