Desde la asociación vecinal de Loma Colmenar alertan de la
difícil situación con la que se encuentran la mayoría de sus
vecinos, que no pueden hacer frente a las facturas de luz
que reciben tras el incremento de precios de los últimos
meses. A ello se le une el aumento del coste del agua y de
la tasa de recogida de basuras.
Desde hace seis meses, los vecinos de Loma Colmenar apenas
pueden llegar a fin de mes a causa de facturas de la luz
“desorbitadas”. Desde que se asignó a otra empresa la misión
de revisar los contadores de la luz, las familias del barrio
han pasado de pagar importes de unos 60 euros de media, a
abonar hasta 200 euros, según explica el presidente de su
asociación de vecinos, Rafael Garcia, quien califica esta
subida como “un atraco a mano armada”, además de una
situación inexplicable para casos de “personas que viven
solas y tienen que afrontar recibos de más de 100 euros”.
Todo ello, en un barrio donde la mayoría de vecinos son
personas jubiladas o familias numerosas, con unos ingresos
medios de 420 euros al mes. El presidente de la asociación
reclama a los diputados que dejen de “tirarse los trastos a
la cabeza los unos a los otros y se acuerden de los
ciudadanos tomando medidas para ayudarles”. “Los vecinos
están asfixiados y no se cómo pueden llegar a fin de mes”,
lamenta Rafael García, quien se queja de que los políticos
sólo se acerquen a escuchar a los ciudadanos durante la
campaña electoral.
“Son los representantes políticos los que deben denunciar
estas subidas”, señala el presidente, quien avisa de que con
incrementos como este “se incita a la gente a no pagar sus
facturas, ya que si lo hacen no tendrán para dar de comer a
sus hijos”.
Además de la subida de la luz, en Loma Colmenar también han
notado un incremento considerable del precio del agua, así
como el aumento del número de recibos de la recogida de
residuos, que s ya que los vecinos del barrio “han pasado de
pagar la tasa de basuras una vez al año a tener que hacerlo
cada dos meses”, un gasto que se une a los 120 euros de
letra de las viviendas de protección oficial que los
propietarios tienen que afrontar.
A estos problemas económicos, se le suma la falta de
seguridad que alegan los vecinos. “Otra vez falla la
‘Operación Guadiana’, pues en el barrio se vuelven a quemar
coches”, explica Garcia.
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