Cuando se convoca formalmente una
asamblea para llevar a cabo cualquier tipo de votación hay
que cumplir unos mínimos requisitos legales para no correr
el riesgo de ver el acto impugnado por vulneraciones. Mal
ambiente de entrada en la convocatoria de los miembros de la
Protectora de Animales con dos grupos abiertamente
enfrentados, por una parte la actual directiva y factotum de
las mejoras realizadas en las instalaciones de la asociación
y por otra miembros de la Protectora que presentaban una
candidatura alternativa.
La hostilidad existente entre ambas facciones era evidente y
el ambiente empezó a caldearse al momento de presentar los
folios con los votos delegados. ¿De dónde habían sacado los
discrepantes las listas de socios de la Protectora?. Al
parecer no tenían posibilidad de acceso a la misma y de una
entidad bancaria no podían obtenerla sin vulnerar la Ley de
Protección de Datos lo que supondría gravísimos problemas
para el banco en cuestión. Miembros asistentes prometieron
investigar el asunto aunque personalmente opino que la lista
pudo ser fotocopiada por algún miembro desleal de la raza
canina y facilitada a los opositores como acto de venganza
contra la actual Directiva ya que, al no haber cobrado aún
la subvención de la Ciudad Autónoma, no pueden dar pienso de
primera calidad y también racanean a la hora de las
chucherías llamadas “premios caninos” .
Deslealtades aparte resultó un espectáculo sorprendente que
contemplé con interés hasta que una muchacha miembro del
grupo opositor comenzó a increparme por “mirar”. ¿Y que iba
a hacer?. ¿Cerrar los ojos a la cruda realidad?. El recuento
de votos delegados duró horas sin que nadie reparara en el
pequeño detalle de que, ningún folio de voto delegado es
válido si no va acompañado de una fotocopia grapada del DNI
del firmante a fin de cotejar las firmas y como garantía
para los propios votantes. Nada, allí había menos legalismos
que en la partida de bautismo de una liebre. La cosa se
alargaba y como me miraban “mal” decidí responder
alargándome yo también pero a merendar con una pareja del
grupo de “los buenos”. Quienes parecían mirar a esta parte
con cierto recelo por mi pertenencia a El Pueblo de Ceuta
eran los opositores sin caer en la cuenta de que, esta
escribidora es persona de paz y muy virtuosa.
Al avanzar la tarde y caer la noche del recuento se pasó a
jugar con el volumen de las discusiones. ¿Y por qué tanto
interés en hacerse con el mando de una Asociación donde se
trabaja de manera incansable, no se gana nada más que el
cariño de los animales (que no es poco) y hay que bregar con
todo tipo de vicisitudes?. En el caso de los miembros a los
que conozco es innegable e irrebatible su entrega a los
animales. A los otros no les conozco más que por sus
insulsos ataques desde otro diario al que se encuentran muy
unidos y extraordinariamente cercanos. Allá cada cual con
sus querencias.
Horas de discusiones, folios que no cumplían los requisitos,
impugnaciones de la asamblea por parte de varios asociados
por falta de formalismos legales y solicitud de la
convocatoria de una nueva reunión que cumpla con las
garantías. Inquina extraordinaria entre las partes y al
final un intento de arreglo y apaciguamiento orquestada por
Juan Tuset que es, antes que nada, un hombre de concordia.
Se otea algún tipo de acuerdo en el horizonte, una
candidatura conjunta, algún apaño en evitación de una nueva
convocatoria. Por cierto los opositores rechazaron mi voto
en calidad de miembro pese a haber satisfecho la cuota en el
banco en el mes de marzo, desventajas de ser periodista,
lógico que uniera mi firma a las impugnaciones. Pero la
experiencia distó mucho de ser amable, pese a que allí se
encontraban personas encantadoras como mi amiguísima
Gabriela la veterinaria, Vicky, el contable inglés que es un
pitagorín, Vicente el pintor que destila sabiduría, la
preciosa esposa de Juan Carlos Trujillo y un contingente
entrañable de amigos de las mascotas. ¿Que llegan por fin a
un acuerdo y se puede trabajar en paz sin recibir
abominaciones por parte del otro diario?. Pues que bien,
porque Juan Tuset, Gabriela, Vicky y los voluntarios son
personas maravillosas y cualquier maldad les afecta. Sea lo
que sea espero que sea lo mejor.
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