A sus 53 años, el actual presidente del pp andaluz, tiene
una vinculación muy estrecha con Ceuta. Su mujer, Macarena
Olivencia lleva sangre caballa, pero más allá de ese dato,
Arenas siempre ha favorecido, trabajado y logrado objetivos
para esta hoy Ciudad Autónoma desde todos los ámbitos en que
su amplia trayectoria política le ha llevado: secretario
general del PP, ministro de Administraciones Públicas,
ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Vicepresidente
Segundo del Gobierno y ministro de la Presidencia, todo ello
en la época Aznar. Hoy, de nuevo, presidente del PP-A, se
erige como el líder capaz de derrocar al PSOE, sumido en una
profunda crisis con más de treinta años al frente del
gobierno andaluz.
Pregunta.- Es usted uno de los líderes políticos al que
no le duele en prendas hablar de Ceuta como de tierra propia
andaluza. Se ve difícil volver a ser lo que se fue. Un buen
día los ceutíes, allá por el 78, se levantaron con la
noticia de que iban a dejar de ser andaluces. Mucho se luchó
para impedirlo, pero fue en vano. ¿Cómo se plantea su
formación desagraviar lo que agravió en su momento la unidad
de partidos de la izquierda andaluza en los albores de los
80?
Respuesta.- El PP andaluz, y en concreto yo, impulsamos
desde entonces el mantenimiento y reforzamiento de los lazos
de Andalucía con Ceuta y también con Melilla. La no
integración de ambas ciudades en la autonomía andaluza tuvo
una clara intencionalidad política de corto y largo
recorrido: con Ceuta y Melilla, los socialistas se hubieran
quedado en minoría en la etapa preautonómica y quizás,
derivado de ese hecho y a la larga, la historia de Andalucía
no hubiera sido la que es y ha sido. Pero no hay que mirar
al pasado, a lo que pudo ser y no fue. Gracias al PP, en el
Estatuto andaluz se reconoce la especial relación de
Andalucía con Ceuta y Melilla, aspecto que yo desarrollaré
cuado acceda a la Presidencia de la Junta de Andalucía si
los ciudadanos así lo desean. Y, desde luego, una de mis
primeras visitas será a las ciudades hermanas de Ceuta y
Melilla como un gesto de reconocimiento a los vínculos que
nos unen.
P.- Aproximadamente más del 12 por ciento de la actual
población residente en Ceuta son originarios de las
provincias de Andalucía y unos 8.000 ceutíes han ido
estableciendo su residencia definitiva, a lo largo de la
última década, en la comunidad autónoma. ¿Puede analizarse
esta situación como la respuesta sentimental de los
ciudadanos frente a lo que no ha podido tumbar la política?
R.- Esos datos revelan dos cosas. La primera, la realidad
“cosanguínea” de los lazos que nos unen: muchos ceutíes de
hoy lo son en su calidad de andaluces originarios. Y la
segunda cuestión también es muy reveladora de la profundidad
de esos lazos: cuando un ceutí se plantea mudarse a la
Península piensa en Andalucía como destino. Hay uniones y
vínculos que los papeles oficiales, por muy oficiales que
sean, no pueden romper.
P.- Ya son treinta años de orfandad andaluza en Ceuta, los
mismos que el PSOE gobierna la comunidad autónoma. ¿Después
de casi tres décadas bajo mandato socialista, el gobierno en
Andalucía podría cobrar tintes de Régimen?, más que nada por
las últimas noticias en las que se vislumbran asuntos poco
edificantes.
R.- Esa orfandad es más oficial que real. No hay que
achacarla a la sociedad andaluza sino a los gobiernos
socialistas de la Junta de Andalucía que, tras 30 años de
poder , se han ido alejando de los andaluces y de sus
intereses con comportamientos y modos de gobernar,
efectivamente, poco edificantes. Una cosa es gobernar y otra
ocupar el poder. Ganar elecciones no le da derecho a uno a
hacer lo que le da la gana. Eso es, precisamente, lo que
distingue a un gobierno democrático de lo que llamamos
“régimen”. El actual gobierno socialista ganó las elecciones
sí, pero está haciendo lo que le da la gana, como si
Andalucía y la Junta de Andalucía fueran de su propiedad.
Por eso ocurren cosas como el escándalo de los EREs
fraudulentos, la utilización ilegal del dinero público
saltándose todas los procedimientos y controles, con el fin
de favorecer a amigos del poder y a intrusos que nunca han
trabajado en las empresas afectadas por los EREs. Es de una
inmoralidad bochornosa que en la tierra de más paro de toda
España su gobierno ampare, tape y consienta este saqueo del
dinero público y es inconcebible, además, que desde ese
Gobierno se haga todo lo posible por obstruir la labor de la
Justicia en la persecución de delitos y del Parlamento en su
labor investigadora. Juzgue usted mismo si esto es o no un
régimen.
P.- Nunca antes el PP, con usted a la cabeza, ha estado más
cerca del gobierno andaluz -si hacemos caso a las encuestas
de intención de voto-. ¿Los andaluces empiezan a recibir
mejor el mensaje popular o es también la inercia por el
desgaste socialista en la crisis?
R.- El PP va a ganar las elecciones autonómicas por sus
propios méritos. El demérito de otros es consecuencia
directa de una política, la socialista, basada en la mentira
-negaron la crisis y los recortes sociales- y en el fracaso
de sus recetas contra la crisis. Mentiras y fracaso han
generado paro y desconfianza en los andaluces, a lo que hay
que unir la deficitaria respuesta del gobierno andaluz al
escándalo de los EREs, un caso que ha despertado en
Andalucía una gran alarma social. El PP está aglutinando una
nueva mayoría social, la del cambio político, basada en la
confianza que nuestro proyecto despierta, en la esperanza de
nuestras recetas contra la crisis y en la necesidad de
regeneración democrática de las instituciones de nuestra
autonomía, que no pueden estar al servicio de ningún poder
político.
P.- Usted se encuentra entre esos líderes políticos que
conocen perfectamente Ceuta, su idiosincrasia, sus
fortalezas y debilidades. Con todo lo ya realizado desde su
etapa ministerial, ¿qué más puede hacerse por esta ciudad
autónoma?
R.- Mucho. Ya en nuestra etapa al frente del Gobierno de
España, avanzamos en el Régimen Económico Especial de Ceuta
y Melilla. En la convención nacional del PP, celebrada en
enero de este año, aprobamos un documento-compromiso en ese
sentido. Trabajamos para Ceuta y Melilla tengan “estatus”
especial, parecido al de otras regiones ultraperiféricas de
la UE y quiero que la Oficina de Andalucía en Bruselas se
abra a Ceuta y Melilla para compartir representación ante la
UE . Si los andaluces y el resto de españoles nos dan su
confianza, Ceuta tendrá dos grandes aliados en los gobiernos
de Andalucía y de la Nación.
P.- ¿Considera como reto el que el Tribunal Constitucional
llegue a considerar a Ceuta como autonomía?. Hasta la fecha
son sólo las instituciones las que la toman como tal y le
otorgan unas capacidades excepcionales como Ayuntamiento,
pero sigue siendo un ente creado con apariencia, incluso con
ciertas dotes ejecutivas y de representación cuya ilusión
culmina en el techo del Alto Tribunal cuando se pretende
igualdad entre iguales. No han sido pocas las ocasiones en
que el Estado, por ejemplo, se ha escudado en esa condición
-de no ser comunidad autónoma- para que Ceuta, o Melilla, no
hayan estado representadas en las últimas RAN con Marruecos.
R.- Yo creo que lo importante para Ceuta, como para
Andalucía, es que estén bien representadas por el Gobierno
de España en todas aquellas instancias en las que se decidan
cosas de su interés. No por tener más autonomía, más o menos
competencias, los ciudadanos reciben mejores servicios.
Andalucía, por ejemplo, tiene una autonomía de primera, pero
el bienestar de los andaluces no es, precisamente, de
primera. Lo importante para Ceuta y, repito, para Andalucía,
es que no haya en España ciudadanos de primera o segunda
dependiendo del lugar donde se viva. Los gobiernos
socialistas han logrado que la desigualdad y la asimetría
presidan el Estado Autonómico. Con un Gobierno del PP, eso
se acabará y todos los españoles tendrán los mismos derechos
y los mismos deberes allá donde vivan. Nosotros no tenemos,
como el PSOE, 17 discursos territoriales. Somos un partido
nacional con un único discurso. Y hemos demostrado nuestra
apuesta por el Estado autonómico como uno de los grandes
éxitos de la transición. Sin ir más lejos, el Estatuto
andaluz se reformó y se aprobó en 2007 con el consenso del
PP.
P.- Singularidad, solidaridad... expresiones utilizadas por
el gobierno de Ceuta habitualmente para lograr de las
administraciones, estatal y europea un estatus de
estabilidad económica, fiscal y financiera que le permita un
porvenir de garantías. ¿Considera que el hecho fronterizo,
la escasez de territorio, la alta densidad de población, la
dificultad de un tejido productivo competitivo, la
extrapeninsularidad son elementos suficientes como para que
se otorgue a la Ciudad Autónoma de aquellos elementos que le
suponga esa estabilidad demandada y ajustada a los
parámetros de desarrollo y autosuficiencia?
R.- Hay que tender hacia ello. Ya he hablado del estatus
especial para Ceuta y Melilla similar al de otras regiones
periféricas de la UE. La singularidad de un territorio nunca
puede conllevar desigualdad.
P.- En poco más de un mes, los españoles acudiremos a las
urnas. Se pretende separar conceptos entre la administración
local-regional y estatal, ¿pero no cree que hay cierto olor
a primarias?
R.- Bueno, más que olor, atufa: la huida de Zapatero pesará
indudablemente en las elecciones del 22 de mayo en el
electorado socialista. Para la mayoría de los españoles es
irrelevante que Zapatero se vaya o se quede porque lo que
España necesita es otro proyecto. Resulta contradictorio que
los socialistas se liberen de Zapatero ya, cara a las
elecciones del 22 de mayo, y que condenen a los españoles a
seguir gobernada por un presidente “interino”, al que
rechaza y ha desacreditado el partido que, en teoría, lo
sostiene. Los socialistas no quieren a Zapatero como
referente del PSOE el 22 de mayo, pero lo mantiene como
referente del Gobierno de España. Esto, además de un fraude
político, es una mascarada.
P.- Llega usted a Ceuta, de nuevo, mañana. Las encuestas de
intención de voto reflejan, a priori, una nueva mayoría
absoluta para el PP con Vivas al frente y diez años después.
Usted que sigue de cerca la evolución de la ciudad, ¿cómo
valora esta situación?
R.- Como un hecho normal. Que Vivas siga gobernando con
mayoría absoluta significa que lo está haciendo muy bien y
que los ceutíes valoran su trabajo, su honestidad y su
proyecto. Vivas genera lo mismo que el PP: confianza y eso
hoy está muy valorado por los españoles
P.- Insiste en que se adelanten las elecciones en Andalucía.
Persiste usted en la idea de que los comicios generales y
autonómicos no coincidan, como prácticamente ha sido norma.
¿Cree usted que las elecciones de mayo pueden propiciar que
se entre en un escenario electoral autonómico y estatal?
R.- La primera medida para regenerar democráticamente
Andalucía es que tenga debate propio. O sea, elecciones
separadas de cualquier otra convocatoria. Las elecciones del
22 de mayo avalarán la mayoría social del cambio en
Andalucía y en España. En el contexto andaluz, no veo al
señor Griñán de candidato a la Junta, como prueba sus
continuas remodelaciones del gobierno en clave interna del
PSOE. Desde las elecciones hemos tenido en Andalucía dos
presidentes y seis gobiernos. El socialismo andaluz se
desmorona por la inercia de su división interna, a lo que
hay que añadir el estrépito de su fracaso en la gestión de
la Junta, que cuando no está paralizada por los continuos
relevos, se equivoca con sus decisiones.
El PSOE ha prescindido de un seguro perdedor, el señor
Zapatero. Muchas barbas en Andalucía ya se han puesto a
remojar. Respecto al Gobierno de España, cuanto antes se
convoquen las elecciones antes empezaremos a sentar las
bases de la salida de la crisis. Prolongar la agonía del
socialismo en el Gobierno es prolongar la vida de la crisis,
del paro y del descrédito de nuestra nación.
P.- En breve. ¿Qué le dice el nombre de Manuel Chaves?
R.- Pasado y abusos.
P.- ¿José Antonio Griñán?
R.- Pasado y abusos.
P.- ¿Mariano Rajoy?
R.- Presidente del Gobierno de España
P.- ¿Y Javier Arenas?
R.- Pasión por Andalucía.
|