PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - JUEVES, 14 DE
ABRIL DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
A vueltas con la Comisaría-BIC |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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¡Eso no es un BIC sino una
afrenta!. Queda la esperanza de que algún grupo político se
movilice, exija, reclame, denuncie, y se interese en serio
por ese proyecto que hoy parece inalcanzable.
Cuántas Comisarías del Cuerpo Superior de Policía son Bien
de Interes Cultural?. Pues la de Ceuta sin ir más lejos y
para que nos llamen “abolengosos” con todo fundamento cuando
contemplan el exterior del recoleto y encantador edificio.
En efecto, un dulce arquitectónico para emplazar la
futurible “Escuela de Español para Extranjeros” o algún tipo
de actividad museística, pero a todas luces inapropiado para
albergar una comisaría. Por más que, desde Madrid, para
conformar al pueblo ceutí enviaran al espectacularmente
operativo Jose Luis Torres dispuesto a bregar con unas
instalaciones decimonónicas e imposibles de modernizar y
adecentar ya que el BIC impide cualquier intervención sin
autorización de Patrimonio. BIC-BIC arquitectura
privilegiada que tienen que soportar estóicamente los
policías obligados a realizar sus funciones y “a destacar”
para mantener la honrilla a nivel nacional y demostrar que
los elogios de la Dirección General son merecidos.
No obstante mi polémica con los calabozos persiste aunque
mis modestas investigaciones me han llevado a constatar que
en esta comisaría no existe el factor-horror de la de tantos
otros enclaves, que es “la bandeja” de la que los detenidos
abominan. ¡Se habrán escrito historietas sobre las célebres
“bandejas”!. Sí, de ese catering contratado tipo comida de
avión pero en nauseabundo que sirven una vez al día a los
inquilinos de los calabozos, una bandeja conteniendo una
especie de mejunje caldoso que nadie ha sabido jamás lo que
es y que pocos se atreven a catar por lo que se pasan las
setenta y dos horas rabiandito de hambre. Aquí no, aquí
están como marqueses porque comen bocadillos de pan tierno,
de tortilla o de queso, zumo y por la mañana un desayuno
consistente. ¡Si oyen la historia y el trato discriminatorio
en la Península los detenidos rabiarían!.
Aquí dan agua. En Málaga no. Es decir que, pese a la pobreza
extrema de esos calabozos al menos andan bien alimentados. Y
encima no se suelen “chupar” las setenta y dos horas sino
que les conducen rápido a los Juzgados, lo que demuestra que
son miajita garantistas. ¿La construcción de la necesaria,
indispensable y esperada nueva comisaría?. “Sine die”. Lo
que motiva que los partidos políticos que van a concurrir a
las elecciones tengan que usar la reclamación de cualquier
apaño perentorio con tal de dotar a los policías de unas
instalaciones dignas, donde puedan trabajar dignamente.
Ahora pues toca vociferar pidiendo “¡Comisaría Ya!”, porque
nuestras cultísimas y patrimoniales dependencias en edificio
BIC no pueden ser víctimas de la piqueta y han de permanecer
inalterablemente decimonónicas como exaltación de la riqueza
arquitectónica local mientras que, en su interior, policías,
público y detenidos, pasan las de Caín como pago a ocupar un
lugar tan culto (y tan cutre). Y las carencias no las palian
los bocadillos de pan tierno, ni el agua y los zumos en
abundancia, porque siguen sin poderse instalar tazas de
water en las celdas y los servicios comunes desaguan en un
fétido pozo negro que no en la red central de
alcantarillado.
¡Y luego queremos ser enclave del turismo de crucero como la
Costa del Sol!. ¡Pues como un crucerista delinca va a
alucinar con las instalaciones cortesía del pasotismo
consustancial al Ministerio!. Eso sí, muy buen trato humano,
exquisita amabilidad por parte de los policías, eficacia y
rapidez de los inspectores, garantismo, constitucionalismo y
todos los “ismos” que puedan caber en el BIC, pero si mean,
sus meadas de cruceristas irán a un pozo negro apestoso. Y
si les toca como vecino de celda un yonki, como en el gran y
moderno hospital son tan prácticos e inteligentes que no han
previsto zona de detenidos y de agudos detenidos, hay que
aguantar en vivo y en directo el síndrome de abstinencia
porque, al drogata, no tienen adonde derivarle. ¿A que
parece un malvado puzzle de pequeños desaciertos que derivan
en un perjuicio colectivo?.
Como el Ministerio no se decide, nuestra Policía sigue
condenada a penar en un BIC que no puede reformar. Pero como
los del hospital son poco prácticos no adecuan zona para
presos, por lo que los agudos y los violentos en lugar de
ser derivados tienen que ser soportados por el resto de los
ocupantes de los calabozos que se asustan. Supongo que esta
será una de las escasas ciudades relevantes de España que no
tenga en un hospital moderno una zona especial para
detenidos. La situación es calamitosa y no puede resolverse
porque no hay espacio para maniobrar, eso sí, el pan de los
bocadillos muy tierno, el desayuno apetitoso, mucha agua y
mucho zumo, trato impecable, esfuerzo colectivo de los
profesionales que allí andan currando. Pero de donde no hay
no se puede sacar. A ese BIC no hay por donde meterle mano y
la futura nueva comisaría no es más que una promesa
incumplida para oprobio de los ciudadanos de Ceuta que no
merecen esa traición por parte del Ministerio ni ver
amargamente defraudadas sus expectativas de contar con unas
instalaciones acordes con la buena imagen de la ciudad. ¡Eso
no es un BIC sino una afrenta!. Queda la esperanza de que
algún grupo político se movilice, exija, reclame, denuncie,
proclame, publicite y se interese en serio por ese proyecto
que hoy parece inalcanzable. ¡A ver quien se pone las
pilas!. Mientras tanto agradecer al jefe Torres que, en
medio de la escasez, siempre queden los bocadillos sabrosos
y el trato humano, algo es algo y es de ser bien nacido el
ser agradecido.
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Jaime Mayor Oreja ¡Cuánto arte! |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Ha sido el Ministro del Interior
mejor valorado de la historia. Es el político que más sabe
de terrorismo y de cómo tratar a los terroristas para que
dejen de serlo. Y ¿qué quieren que les cuente que ustedes no
sepan? Siempre le consideramos “el cielo protector” y nos
hacía sentir seguros. Pero a veces no es aconsejable ser tan
artista ni derrochar tanto carisma del bueno, sobre todo en
esta Iberia vieja de nuestras entretelas donde, desde los
tiempos de Atapuerca, el deporte nacional ha sido la
envidia.
Nunca como en esta ocasión, me ha costado tanto mi deber de
lealtad y contencion por mor de los valores que sigo y
persigo, hoy es el momento de ir todos a una, sin fisuras ni
vacilaciones, porque nos va en ello España. Pero, como a
nada político aspiro, porque mi mundo está en las ideas y en
el pensamiento, puedo proclamar y proclamo (que no prometer
y prometo porque los católicos no prometemos sino que
juramos) que pertenezco al club de los amargamentes
decepcionados, al clan de los desfenestrados, porque nos
dejaron sin cabeza, que en el caso de Mayor Oreja, ese lider
nato. Porque este político, tan firme, tan cercano, tan
inmensamente bueno fue y es un ejemplo. Entonces, cuando era
el Ministro de logros espectaculares, de valor, cojones y
constancia, luego de discreción, de brillo fulgurante e
inapagable lleno de contención, de esperanza latente de
tantos que anhelamos su regreso. Él era el mejor. La
evidencia es la evidencia y no podemos mentir porque pecamos
y eso nos haria menos virtuosos. Siempre creímos en él, hoy
seguimos creyendo y sería malvado el que no atendiera a las
expectativas de millones de votantes del Partido Popular que
le queremos de vuelta del limbo europeo porque aquí es
necesario y porque cada vez que habla sube el pan.
Mayor Oreja habla sin pontificar, expone realidades y nunca
ha pretendido ser apaciguador con los asesinos, sino justo
con los decentes. Alimenta oirle, porque, a veces, el
interior de los grandes partidos a gran nivel es un lugar de
silencios y priman el sentido del deber y el deber de la
lealtad. Nosotros, “los nuestros” representamos valores
antiguos, que no añejos sino ennoblecidos por la pátina que
otorgan la tradición y la memoria espiritual.
Cierto es que nadie es indispensable y que cualquiera, en un
“apretón” puede ser sustituible, pero existen personas
“principales” de las que se prefiere no tener que prescindir
jamás. Para muchos Mayor Oreja en Europa es como tener a
Barbacid, el oncólogo, metido a médico de atención primaria
en un ambulatorio: un desperdicio intelectual de primera
magnitud. Máxime cuando aquí “estamos como estamos” (es
decir, jodidos) y tenemos que abrir las tragaderas para
ingerir “anécdotas” como el nuevo centro penitenciario
extra-lujo de cinco estrellas de Álava especialmente
diseñado para goce y refocile de los “señoritos” de ETA;
apencar con “Ballenas Blancas” convertidas en jurelillos y
con el espanto de vulneración sistemática de derechos de la
oprobiosa Malaya o el último tiparraco etarra excarcelado
justo a la mitad de la condena cuando en las cárceles se
hace sudar sangre a los internos para obtener un mísero
permiso. “Esto” que padecemos es malvado y tendrá un alto
coste en “sangre, sudor y lágrimas” el superar tanta
abyección.
Nos esperan tiempos difíciles, si es que Zapatero no acaba
de venderle España a los chinos y nos invaden y nos echan. Y
en la nueva etapa, en la de la regeneración, Mayor Oreja
tiene que estar en primera línea de combate, bien porque el
dedo mágico le señale, bien porque el pueblo le reclame,
pero tiene que estar. Porque los españoles le queremos y
confiamos en él, porque lo que tenía que demostrar lo ha
demostrado y no es un “experimento”, porque tiene una
responsabilidad para con nosotros que le planteamos un reto:
vuelva. ¿Qué siempre ha estado?. Sí, lo sabemos, pero tiene
que estar en “más cantidad”, infinitamente más presente,
comprometido con el pueblo, pendiente de nuestros pesares y
sentires, aquí a nuestra vera donde queremos que esté.
Mayor Oreja, que gran español, que hombre de Dios y ¡cuánto
arte!.
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