La representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó
ayer la pena de un año de prisión, por un delito de
receptación, y 3.000 euros de multa, por un delito
continuado de denuncia falsa, para un joven al que imputaba
ambos actos ilícitos y que este negó, señalando que él había
sido víctima de la sustracción de su moto, que luego
recuperaría en Marruecos aunque sus piezas aparecían como
robadas.
Un joven ocupó ayer el banquillo de los acusados del Juzgado
de lo Penal por los delitos de receptación y denuncia falsa
continuada que le imputaba la representante del Ministerio
Fiscal en la ciudad, por los que solicitó una pena de un año
de prisión y 3.000 euros de multa ante la magistrada. Sin
embargo, la defensa pidió la absolución de su cliente
argumentando que las diligencias policiales se basaban en
hipótesis y que no había ningún documento que reflejase la
”realidad” de lo sucedido.
Los hechos comenzaron el 24 de octubre de 2010, cuando el
acusado denunció la sustracción de varias piezas de su moto,
que repuso en un “taller oficial” de Marruecos y que compró
por 500 euros, presentando la factura. Días más tarde, le
robarían el turismo completo que recuperó en el país vecino.
“El 15 de diciembre salí de fiesta por allí y me la
encontré. Le pagué 50 euros a un policía, me la traje y
retiré la denuncia”, explicó ante el tribunal.
Sin embargo, un “conocido” del imputado y denunciante
declaró como testigo en el juicio y manifestó que también le
habían robado su moto “justo al día siguiente de que él
perdió las piezas” y que al ver el turismo del procesado
identificó su vehículo. “Mi moto era nueva pero tenía
pequeños arañazos en tres zonas concretas, por eso
identifiqué que la piezas de su moto eran las mías al verla
en la calle cerca de mi casa porque todos vivimos por
Parques de Ceuta”, alegó. Versión que los policías
corroboraron cuando del registro realizado en el garaje del
acusado intervinieron varias piezas que comprobaron eran
robadas pero, “sin ningún documento ni diligencia que lo
mostrase”, apuntó el letrado de la defensa.
Dos jóvenes también acudieron al juicio en calidad de
testigos. Uno de ellos aseguró haber acompañado al acusado a
interponer la denuncia tras haber visto que le habían robado
las piezas. Y el otro mantuvo, en casi todas las preguntas,
no recordar ni saber nada de ambos delitos. Será la jueza la
que resuelva el suceso.
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