La vida ofrece un sinfín de
ocasiones que se pueden o tienen que aprovechar. Se
aprovecha la ocasión de dar el piro cuando se acaba de
llegar la carta comunicando que toca el 85% de jubilación,
tras cumplir con el 15%.
Me he pirado, pitando, de mis condicionantes sociales para
liberarme un tiempo en el reino de los “tao”, buscando el
camino que me relaje en exceso de la fuerte tensión que he
venido padeciendo estos días y que llegó a alcanzar los 22
puntos.
Para colmo llega el borrador de la declaración del IRPF
(Intención Robatoria a las Personas Física) con un cúmulo de
desajustes en referencia al de la declaración anterior.
Endosan una cuota a todas luces codiciosa, quitando de paso
una serie de deducciones a las que se tiene derecho legal,
creyéndolas como derecho de pernada.
Tratamos de hacerla a través de la página web de Hacienda (
HYPERLINK “http://www.aeat.es” www.aeat.es) y por mucho que
se insista en hacer la declaración conjunta el programa te
mete, por cojones, al final como declarante individual.
No pasaría nada si no fuera porque el resultado final es
totalmente inesperado y todo lo contrario a lo que se ha
calculado “a mano”. Siempre sale ‘a pagar’ cuando hasta
ahora siempre ha salido ‘a devolver’.
Más quisiéramos asemejarnos a Islandia, en temas
financieros, donde los ciudadanos deciden si ayudan a la
banca. Como era de esperar, la respuesta es NO en mayúsculas
altas y claras.
Estamos en un país donde sus políticos, sin importar el
credo político, raza, sexo o religión de los mismos), pagan
el 4,5 % de IRPF, por lo que éste resulta ser “Impuesto
Reanimador de Políticos Financiados”, a pesar de que cobran
tanto como para hacerles el mencionado IRPF al 45%.. No
hablemos de los llamados eurodiputados.
Estamos en un país donde los trabajadores, aparte de cobrar
poco, tienen toda la presión fiscal que antaño utilizaba la
Inquisición contra los herejes.
¿Por qué no hacen público el porcentaje que retienen a las
grandes fortunas?
Tan sufridos están los ciudadanos con la presión fiscal que
no faltará el día en que esta explote de manera incontrolada
como viene haciendo el Poder de la Banca, al camelar a
ciudadanos con el espejismo de un mundo mejor, vivienda, y
abusar después del tema recaudatorio usurero.
Menos mal que una jueza de Navarra ha dictaminado que la
Banca no tiene razón, en referencia a una hipoteca del BBVA
sobre un ciudadano. Primer punto que se obtiene en beneficio
del ciudadano denostado.
Volviendo a lo de la renta, no es justo que aprovechen el
derroche financiero de la banca para hacer pagar a los
ciudadanos el cúmulo de errores cometidos sistemáticamente y
el total descontrol que hacen sobre el tema financiero la
gente del Gobierno.
No nos daremos por vencidos y con esto intentaremos remediar
la sangría que nos están haciendo quienes tienen en sus
manos trampear con la renta. Pregunto: a los funcionarios
que trabajan en la cosa esa del impuesto… ¿quién los
controla? ¿Declaran sin trampa ni cartón o están exentos de
declarar como ciertos personajes vividores?
Está claro que consideran a los ciudadanos como “el pueblo”
y ello redunda que hay que aplicarle abusos sistemáticos que
para eso es el pueblo. Los charlatanes que viajan en
carromatos con supuestos elixires mágicos, hoy en día en
aviones supersónicos, siguen vivitos y coleando pero con
elixires “putégicos”.
Putear al pueblo no es bueno y si no, al tiempo.
El Gobierno puede muy bien vender el dinero de la Fábrica de
la Moneda a los bancos y empresas… con ello tiene asegurado
unos ingresos que cubran, mayoritariamente, sus fastos (los
gastos generales ya van incluidos en los fastos) y no forzar
la máquina de la tortura inquisidora-financiera sobre los
ciudadanos que ganan menos de 30.000 euros anuales.
Porque con ese sueldo, abonando el piso y sus obligados
gastos, no le quedaría nada para pagar la diferencia
positiva del actual e imperfecto impuesto IRPF.
Mientras tanto, a lo lejos en el tiempo y en el espacio,
Cleopatra está haciendo el amor con César, el emperador
romano creador de los tributos mensuales.
Bueno, esto último es que estoy visionando por la tele
“Asterix y Obelix en Egipto”. Cosas de niños.
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