Ya sé que para los marroquíes la
pequeña y ahora populosa villa fundada por los españoles se
llama Martil, pero por aquello de la memoria histórica a mí
me place nombrarla por su antiguo nombre. Más de alguno
sonreirá, pero por consiguiente: sumo y sigo, no sin antes
matizarles que al final la concentración del pasado domingo
tuvo finalmente lugar a las 17.00 locales en Río Martín,
digo, al pie de la remozada plaza delante de la elegante
mezquita aljama, entre la Baladía y la Escuela Normal
Superior. Muy curiosa la movida, que transcurrió
pacíficamente agrupando en sus mejores momentos a unas
ciento veinte personas, no más. Curiosa por muchos motivos,
principalmente por la coreografía… y por las ausencias, dado
que no participaban las fuerzas más representativas del
movimiento del 20 de febrero ni, mucho menos, militantes
socialistas o del campo islamista, tanto parlamentario (PJD)
como alegal (Justicia y Espiritualidad y otros…), que se
cuidaron muy mucho de asistir. También la empresa francesa
Amendis, encargada de cobrar las facturas de luz y agua a la
sufrida población, fue diana de buena parte de las
diatribas, interesante forma de desviar la atención y todo
un ensayo para eventuales “contra manifestaciones”, como la
prevista hoy en Casablanca.
Desde luego, este domingo su escribano servidor se va a ir
bien de mañana con su pequeña y paciente familia a disfrutar
un rato de playa (aun no sé si a perrear por las arenas de
Cabo Negro o entre las piedras de Oued Laou), volviendo no
muy tarde a la Blanca Paloma de la Yebala porque parece ser
que hoy “toca” ocupar las calles al movimiento asociativo
que reivindica la libertad para los presos políticos en
Marruecos. Tal cual. Pero… ¿hay todavía presos políticos en
el país?. Pues exactamente… les contesto “a la marroquí”: sí
y no, depende como se mire. Los que están encarcelados son
activistas vinculados al islamismo extremista con, parece
ser, probadas conexiones en la corriente del salafismo
yihadista, sin olvidarnos de los detenidos incursos en el
oscuro proceso “Belliraj” actualmente presos en la prisión
de Salé. No debe descartarse una gracia real que indulte a
buena parte de los encarcelados tras los extraños atentados
de Casablanca del 16 de mayo de 2003 (pienso entre otros en
el conocido predicador Hassan Kettani, Fizazi o el mismo Abu
Hafs), pero los que parece primero podrían beneficiarse de
un hipotético indulto real serían algunos de los seis
cuadros políticos condenados, junto a Abdelkader Belliraj,
por formar una célula terrorista de 35 individuos, con
particulares ramificaciones en el Rif, desmantelada en
febrero de 2008. Porque esa es otra: el Rif… En cualquier
caso y en la oportunidad de la medida coinciden analistas y
politólogos como Said Lakhal o Mohamed Darif, para quien “La
gracia real es el mejor medio de cerrar un dossier que ha
dado la vuelta a todo el mundo”. Sin contar que para
reputados abogados como Mustafa Ramid, figura prominente y
me atrevería a decir que emergente en el futuro del Partido
de la Justicia y el Desarrollo (PJD), en el peculiar proceso
de la “saga Belliraj” concurriría toda una “mascarada
jurídica”.
¿Hacia dónde va Marruecos…? ¿Controlará finalmente el
régimen el movimiento emergente… o éste envolverá al
Majzén?. Veremos que ocurre en junio con la revisión de la
Constitución. En todo caso y como certeramente advierte
Khalid El Hariry, destacado miembro de la USFP (Unión
Socialista de Fuerzas Populares), “El peligro es que la
situación perdure, con los mismos problemas económicos y de
gobierno, acentuados por la decepción”. Coraje pues
Majestad, ¡coraje!. Y cuídese muy mucho de los cortesanos…
|