Treinta profesionales sanitarios, entre enfermeros y
matronas, han recibido, durante esta semana, formación sobre
cooperación internacional en un curso llamado ‘Enfermedades
tropicales desatendidas’. El encargado de impartir parte del
curso ha sido José Manuel Díaz-Olalla, médico del Instituto
de Salud Pública de Madrid. El doctor les explicó cuáles son
las enfermedades que tienen más incidencia en el tercer
mundo.
“Cuando uno llega a cierta edad piensa que lo que realmente
merece la pena es todo lo que ha aprendido, y enseñarlo para
que a los demás no les pase lo que nos ha ocurrido a
nosotros”, expresaba José Manuel Díaz-Olalla, médico del
Instituto de Salud Pública de Madrid, en una entrevista a EL
PUEBLO. El doctor explicó en que ha consistido el curso que,
bajo el título ‘Enfermedades Tropicales Desatendidas’, ha
impartido esta semana en el Hospital Universitario de Ceuta.
Díaz recordó que él fue de una generación de cooperantes que
salieron al terreno a principios de los 90, época del ‘boom’
de la cooperación, “con muchas ganas e interés, siendo muy
buenos profesionales, cada uno en su campo, pero sin una
formación específica en la realidad” a la que se
desplazaban. En ese sentido, el doctor reconoce que la
formación que ahora se imparte sobre cooperación
internacional “es un gran avance”. “Con cursos como éste se
muestra a los profesionales qué problemas se van a encontrar
sobre terreno y de qué mecanismos van a disponer para
mejorar la calidad de la vida de la gente en esos países”,
añade.
Este curso, impartido a través del sindicato de Enfermería a
treinta profesionales, entre enfermeros y matronas, ha
estado organizado por ‘Fuden Cooperación Enfermera’ y por la
‘Agencia Española de Cooperacion Internacional’, dentro de
las campañas enfocadas a la sensibilización y a la educación
para el desarrollo. Se ha impartido entre el lunes y el
viernes, con un total de 25 horas lectivas, y uno de los
asistentes será becado para una estancia en un país en vías
de desarrollo.
El objetivo de la formación ha sido “preparar a los
profesionales asistentes en el entendimiento de los mundos
subdesarrollados”, así como “explicarles cuáles son las
enfermedades que tienen más incidencia, y qué se puede hacer
para evitarlas, de qué dependen, qué es el desarrollo
humano, o qué herramientas nos ofrece la cooperación
internacional para intervenir y mejorar la salud”, explicó
el médico.
Díaz denunció que en esta sociedad existe “mucho desinterés
hacia los problemas de salud de los países del tercer mundo,
sobre todo por parte de las industrias farmacéuticas a la
hora de investigar nuevas fórmulas para intentar
combatirlos, ya que el desarrollo de productos farmacéuticos
de este área es un mercado que no es rentable para las
grandes compañías”.
Cooperante ceutí
Todos los asistentes a este curso mostraban un gran interés
por conocer este mundo, aunque no todos tenían las
expectativas de irse a algún país subdesarrollado. Para los
que sí las tienen, el doctor Díaz explicó “cómo uno puede
hacerse agradable de cara a organizaciones no
gubernamentales que establezcan estos programas o a agencias
de cooperación internacional”.
El perfil del profesional sanitario que esté interesado en
salir a terreno debe, además de ser un profesional de la
salud, “tener conocimientos de idiomas e interés por los
problemas del tercer mundo, se valora mucho la formación
específica en este campo”. En ese sentido, el doctor destacó
que un buen modo de iniciarse es acercarse a estas
organizaciones desde el punto de vista del voluntario,
también desde las sedes en España.
Por último, el médico Díaz destacó el papel de la
sensibilización de la sociedad. “No sólo es importante el
trabajo allí sobre el terreno, también lo es el que se puede
realizar desde aquí, el que está enfocado a cambiar la
mentalidad de la gente, enseñándoles a entender y a ser
sensibles con los problemas de allí”.
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