El problema que tiene en estos
momentos el PSOE, con la decisión tomada por Zapatero, es
saber quién será el sucesor o la sucesora de Zapatero al
frente del partido socialista.
Ante ello todos los analistas políticos hacen quinielas
sobre el asunto, barajando los nombres que a priori parecen
los mejores situados en la línea de salida de esa carrera
camino de la sucesión de Zapatero.
Rubalcaba partía, según todos los analistas políticos, como
el que más ventajas tenía para ganar la carrera de la
sucesión, teniendo en cuenta de que no habría primarias,
cosa que sería clave para las aspiraciones de todos los que
apoyaban al vicepresidente y, por supuesto, para las
aspiraciones de éste.
Pero en esa salida de la carrera, para suceder al
presidente, se encontraba también Carmen Chacón, que a igual
que Rubalcaba cuenta con ciertos apoyos pues, Chacón, no es
sólo una persona clave del Gobierno sino que ha formado
parte del equipo duro de Zapatero.
El presidente tenía que elegir en no hacer primarias y darle
el pode a Rubalcaba, apoyado por gran parte del Comité
Federal, de las bases y un gran apoyo mediático o ser
consecuente con sus principios, apostando por el futuro, sin
ligaduras con el pasado, y la solución más democrática, unas
primarias en igualdad de condiciones, para todos los que
aspiren a presentar su candidatura. Al decidir lo de las
primarias el vicepresidente, Rubalcaba, no sale ya como tan
favorito. Así lo dicen las encuestas que se llevan
realizadas desde la decisión de Zapatero, donde Chacón
aventaja, no por mucho porcentaje, pero aventaja a Rubalcaba
en la decisión de los encuestados.
A pesar de las primarias al PSOE, le esperan tiempos
complicados precisamente por abrir el asunto de la sucesión
antes de que se lleven a cabo las elecciones municipales y
Autonómicas, pues ellas pueden perjudicar las opciones que
tengan los candidatos a sustituir a Zapatero.
Por mucho que se quiera marear la perdiz, sin duda alguna
estas elecciones, tanto municipales como Autonómicas, el
debate va a girar sobre la situación de España y la falta de
liderazgo, puesto que las primarias se van a celebrar
después de estas elecciones.
Pues aún cuando, Zapatero, diga que va a seguir al frente
del timón, todo el mundo sabe que no será el candidato a las
próximas elecciones generales del 2012.
A partir de que se conozca el vencedor de las elecciones
primarias, Zapatero no tendrá más remedio que pactar con el
elegido como candidato del PSOE a las elecciones generales
del 2012, todas las decisiones que tome.
Con lo cual todo ello conllevará, a que la clase política y
empresarial, prefieran saber y conocer lo que piensa el
nuevo candidato sobre todos los grandes asuntos a debatir. Y
la clase empresarial incluida la gran banca, ya sólo se
preocuparan de lo que piense y las decisiones, que en
política económica va a tomar el nuevo candidato. Y ello,
sin duda alguna, puede llevar a una falta de liderazgo que
perjudicará al nuevo candidato.
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