No debiera ser lógico que poco
tiempo después de conmemorarse la celebración del primer
aniversario de la inauguración del flamante Hospital
Universitario de Ceuta se sucedan problemas derivados de la
capacidad de los ‘aparatos’ adquiridos para dar servicio a
los usuarios en la instalación del clínico. Las críticas se
fundamentan en la inexistencia -por avería- del medidor de
la densidad ósea, pero se incide en que el de la Resonancia
Nuclear Magnética no aporta toda la información que sí
ofrece el de la clínica privada. Se añade, desde el sector
de los profesionales sanitarios, que las incubadoras son de
menores prestaciones que las antiguas. Y esa es la misma
circunstancia que ocurriría en los aparatos de análisis
sanguíneos. Una reacción a tiempo que mejore estas adversas
condiciones devolvería esa excelencia a una instalación que
tiene, al menos, pinta de parecerlo.
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