Empezaré diciendo que el fin de
semana lo he pasado fatal. El sábado fue derrotado el Madrid
por el Gijón. El domingo perdió Nadal la final de
Miami frente a Novak Djokovic. Y, por si fuera poco,
la Asociación Deportiva Ceuta empató con el Almería B.
Demasiado castigo para mi body en tan corto espacio de
tiempo.
Dado que el domingo yo me quedé viendo por televisión la
final del Master 1000 entre el tenista mallorquín y el
serbio, que está en un estado de forma insuperable, me
resulta imposible opinar sobre lo ocurrido en el Alfonso
Murube. Aunque, según me cuentan personas de mi confianza y
también por lo leído, el árbitro, un tal Gálvez Rascón,
perteneciente al colegio madrileño, se ensañó con el equipo
local.
La Asociación Deportiva Ceuta viene jugando mal y recibiendo
castigos inmerecidos por parte de los árbitros. De manera
que ambas cosas se bastan y se sobran para que los
resultados no sean los que se esperaban de una plantilla
hecha para obtener éxitos frecuentes.
El mal comportamiento de los árbitros con la ADC ha hecho
posible que su presidente piense en que hay alguien en Ceuta
que mueve los hilos en contra del club. Y, lógicamente,
tiene el demonio metido en el cuerpo. Y, en cualquier
momento, puede cantarle sus verdades al lucero del alba.
El presidente de la ADC sigue fiándose de la Federación
Territorial de Fútbol de Ceuta. Y, concretamente, de su
presidente: Antonio García Gaona. A pesar de los
pesares. Pesares que me van a permitir que en estos momentos
no saque a relucir para no prender fuego a un ambiente que
me consta está a punto de caramelo para que las llamas tiren
hacia arriba.
Antonio García Gaona, que sabe hasta lo que no debe, no
acaba de enterarse de que él, por mal que le caiga José
Antonio Muñoz, ha de dedicar todos sus esfuerzos a que
en Madrid no se atente contra los intereses del club de su
tierra. Por más que no estén sus amigos, del alma, formando
parte de la directiva. De lo contrario, día llegará en el
cual haya que pedirle responsabilidades por no ejercer la
influencia que tiene en los despachos madrileños.
La Federación Territorial de Fútbol de Ceuta, por si ustedes
no lo saben, está muy bien subvencionada por el gobierno
local, y bien haría su presidente en trabajar a favor de la
causa futbolística de su tierra. Y una de las causas
principales, me parece a mí, es que la ADC no sufra ningún
tipo de persecución arbitral. La que, sin duda alguna, viene
padeciendo un equipo que, carente de dureza en las acciones
de sus jugadores, está batiendo el récord de expulsiones en
la categoría.
Antonio García Gaona, tan estimado por Juan Vivas,
parece ser que no le sentó muy bien el que José Antonio
Muñoz saliera elegido presidente de la ADC. Ya que él, amén
de ser el que manda y ordena en la Federación Territorial de
Fútbol de Ceuta, tiene metido entre ceja y ceja que también
debe dirigir los destinos del club. Y no acaba de entender
que inmiscuirse en esa tarea no es posible.
Por lo tanto, o García Gaona cambia de manera de pensar o
seguramente, si alguien del gobierno no le echa un cable,
puede comenzar a sufrir las inclemencias de un seguimiento
ajustado a las necesidades del momento.
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