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OPINIÓN - DOMINGO, 3 DE abril DE 2011

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

El libro electrónico
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

De momento, el “libro electrónico” (e-book), en nuestro país, está paralizado. Se habla mucho de él y, desde hace tres años, casi nadie posee uno. El mercado prácticamente es nulo. Apenas existen en español.

Es conveniente poseer un lector de libros electrónicos (e-reader o tableta), dispositivo que permiten comprar, descargar, almacenar y leer libros digitalizados. Cuestan alrededor de 200 euros.

Ventajas del “e-book”: a) La pantalla es opaca y no cansa la vista; b) Es mucho más ligero que un libro; c) Permite cargar cientos de títulos; d) Es muy apropiado para llevarse varias lecturas a un viaje; e) La batería dura mucho tiempo; f) Tiene salidas de audio, por lo que permite escuchar música mientras se lee.

Desventajas: a) Es más impersonal que un libro impreso; b) Apenas existe catálogo en español, ni mercado de compra de “e-books”; c) Como hay poca oferta, los precios son excesivos; d) Es imprescindible saber (y querer) leer en inglés; e) Es difícil encontrar buenas novedades de escritores hispanoamericanos y españoles.

El mayor portal español de búsqueda y venta de “e-book” es Libranda, fundada por siete de los grandes grupos editoriales de nuestro país, entre los que se encuentran Planeta, Santillana, SM… No venden directamente al público, sino que actúan de intermediarios entre las editoriales y las tiendas online, ofreciendo servicios de gestión.

“Entre tabletas y e-readers, en España tenemos unos 250.000, cuando en EE UU ya se han vendido 13 millones”, explica la Directora General de Libranda, quien de nuevo informa que “el año pasado vivimos la fase de negociar los derechos, hablar con agentes literarios, empezar a digitalizar, pasar los textos al formato estándar... Ahora la oferta empezará a crecer”, subraya. Y deja un dato para la esperanza: “En dos meses, enero y febrero, hemos vendido más que en todo el año pasado junto”.

Todos critican, además, que el sistema para comprar, descargar e instalar libros electrónicos es complicado, sobre todo para las personas mayores y los que no tienen unos ciertos conocimientos de informática.

Una encuesta realizada en Febrero –que demuestra que España no es una excepción- por la Asociación Internacional de Editores y publicada por la web Future Booth, muestra que el impacto del libro electrónico en Europa es mínimo: el mercado del “e-book” supone un 0,5% de las ventas totales en Francia; un 1% en Alemania; un 0,2% en Italia y un 1,6% en España (en Libranda rebajan este porcentaje al 0,1%).

Los editores están haciendo su trabajo: según una encuesta, una de cada cuatro editoriales españolas espera comercializar en versión digital más de la mitad de sus catálogos en 2012. “Lo más positivo es que los editores han decidido andar este camino y lo están haciendo con firmeza, realizando todo el trabajo de catalogación y digitalización, que no es barato. Dentro de poco habrá un gran incremento de la oferta”.

Los libreros están de acuerdo en que de todos modos, el camino será lento: “En España hay todavía una serie de cuestiones sin resolver de diversidad de formatos, asuntos legales, etc. Pero todo lo que sea ampliar el espectro lector nos parece bien”.

En la actualidad, el “e-book” es un producto estadounidense. Allí representa el 8% de las ventas totales de libros, según datos de la Asociación de Editores Americanos, y ha experimentado un crecimiento muy rápido desde 2009, cuando sólo suponía un 3%.

Al frente, Amazon.com, la librería online más grande del mundo y su Kindle (lector), con cerca de 8 millones de unidades vendidas, según la consultora IDC. A finales del año pasado, esta compañía comunicó que ya vende más libros electrónicos que de tapa dura. Sin embargo, el volumen de negocio –el precio del ebook es bastante más bajo– era todavía muy inferior.

Amazon tiene previsto desembarcar en España este mismo año. Muchos consumidores piensan que será la panacea que impulsará al e-book. Otros creen que será un operador más que no aportará un cambio cualitativo. Su marketing es magnífico, pero la realidad de los datos desmiente su importancia. En algo sí coinciden los expertos: “pase lo que pase, el libro de papel no desaparecerá”.

Conviene tener en cuenta que en EE.UU. el libro electrónico cuesta entre un 50% y un 70% menos que el de papel. En España esta reducción es de apenas el 30%. Además, el precio está muy condicionado por el IVA, mientras que el libro de papel es de un 4%, el electrónico está sujeto a un 18%. Una diferencia que muchos consideran absurda. La razón es que la legislación europea incluye la compra de libros digitales dentro del comercio electrónico, al que no puede aplicarse el tipo “súper reducido” del que gozan los libros de papel. Es una incoherencia que haya tipos de IVA distintos para un mismo producto, aunque se vendan en distintos soportes. Una rebaja ayudaría muchísimo a fijar precios más baratos y dinamizar el mercado. Llegará el momento que se pueda hacer. Habrá que esperar.

Comentaba las excelencias del libro electrónico con un amigo en mi misma situación de retirado de la docencia, y mostraba su poco entusiasmo por el “e-book”. Tendrá que transcurrir mucho tiempo para que pueda competir con nuestros clásicos libros. Y apuntaba: “Su introducción en la escuela sería de gran éxito, ya que los estudiantes los llevarían en los bolsillos. Y en el caso de los alumnos del primer tramo, se verían liberados de la pesada carga para transportarlos”.
 

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