Cruz del Año Santo, Cruz peregrina, Cruz de los jóvenes...
El símbolo confiado por el Papa Juan Pablo II inició su
peregrinaje en el año 1984 a la ciudad alemana de Munich.
Sin embargo, fue en 1987 cuando su presencia se hizo
relevante en la II Jornada Mundial de la Juventud,
representada con la frase, “Nosotros hemos conocido el amor
que Dios nos tiene y hemos creído en él”.
Santiago de Compostela fue la primera ciudad española en
recibir la Cruz. De esas jornadas se recuerda un lema
imperecedero, “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. El
símbolo de la juventud también ha recorrido ciudades tan
diversas como Polonia, Denver, Filipinas, París, Roma,
Toronto. No obstante, jamás había pisado el continente
africano por lo que la llegada de ayer a Ceuta tiene, por
tanto, un doble significado.
El próximo mes de agosto la Cruz del Papa y el Icono de
María acompañarán a los miles de jóvenes que se prevén
participen en la Jornada Mundial de la Juventud que se va a
celebrar en Madrid. Antes de eso, a comienzos del mes que
viene, la ciudad autónoma de Melilla también tendrá el
privilegio de recibir estos dos emblemas.
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