Ahora toca los viernes

Nuria de Madariaga
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Antes era todos los jueves hasta que empezó el pitorreo, ahora han cambiado la comparecencia al viernes, pero el caso es comparecer, lo que me parece una buena estrategia de marketing que otros tendrían que copiar. Lógicamente “todas” las semanas no hay motivo de tipo alguno que explique la perentoria necesidad de dar “una rueda de prensa”.

De hecho las convocatorias suelen estar motivadas por algo de importancia que comunicar o una noticia que despierte el interés de la ciudadanía, por ello, porque lo que allí se va a decir es trascendental o “noticiable” acuden todos los medios, para no perdérselo. Este no es el caso y ahí está la astucia: contratar publicidad en los medios para “ser y estar” resulta bastante gravoso, vamos, que vale un pastón, pero “convocar una rueda de prensa” no tiene coste económico y se consigue idéntico objetivo que es aparecer en negro sobre blanco y letrado redondilla y eso es política es “existir”.

Inteligente estratagema para aparecer y al paso recortar gastos. Nada que alegar menos una salvedad: las críticas reiterativas contra el Gobierno de esta ciudad que vienen a constituir la piedra angular del discurso de la Coalición Caballas cansan y llegan a producir tedio. Porque, por lógica, no puede existir nadie tan extraordinariamente malvado como Vivas y su equipo, se puede equivocar una vez, pero no estar siempre equivocado; puede tener una postura con la que discrepe la oposición, pero no una continuada postura que despierte una continuada discrepancia. Nadie, con excepción del mismísimo Lucifer, puede ser siempre “tan malo”. Y la crítica mantenida en tiempo y espacio llega a agotar, por supuesto que a Caballas no les conviene el que les califiquen de “vampiros emocionales” ni que les acusen de “chupar la energía” del contrario a fuerza de negatividad.

Ahora toca los viernes y con el cambio de día esperamos un cambio de postura. De hecho la parte primera de la exposición de Mohamed Alí se ha centrado en propuestas que él cree realizables y si es su creencia, la respetamos, cada cual es muy dueño de plantear su oferta como apetezca y más le complazca. La pequeña discrepancia surgió esta vez a raíz de una pregunta sobre la figura del Defensor del Ciudadano o Defensor del Pueblo. Algo que nos comunicó haber planteado hace cuatro años a la Asamblea, pero planteado ‘de aquella manera’ ya que su partido UDCE no propuso la terna de notables, ni llevó adelante la iniciativa. Alí alega que fue ignorado porque, la idea no salió “del baúl del PP” y yo contesto que desde hace unos quince años los Defensores han proliferado en los gobiernos populares y existen en la mayoría de las ciudades. Pero no asumiendo el extravagante papel que les atribuye el sr. Aróstegui de “pedir papeles al Gobierno que el Gobierno no quiere dar por falta de transparencia” sino realizando una continuada intermediación entre la oficina del Defensor, la ciudadanía y las diferentes administraciones, sin que esta parte haya tenido noticia jamás de que ningún Defensor del Pueblo exija “documentación” a nadie. El trámite es solicitar información al ente correspondiente, transmitir la respuesta del ente al reclamante e interceder para solucionar los problemas que plantean los ciudadanos. El Defensor del Pueblo es un tercero de buena fe que canaliza quejas y trata de mediar como un mero “árbitro testimonial” ya que sus decisiones jamás son vinculantes por ley.

Si el planteamiento de UDCE a la hora de solicitar la figura del Defensor ha tenido tantas lagunas y ellos han estado tan desinformados sobre el papel institucional de este órgano, es natural que no les hayan hecho ni caso, porque estos confunden a un Defensor del Ciudadano con un mix de Udyco, inspector, auditor, interventor y apretando un poco, controlador aéreo.

La figura es relevante para la ciudadanía pero su no nombramiento puede responder y sin duda responde, a que no se ha encontrado a la persona adecuada para llevar a cabo la tarea. Y para su nombramiento ni hay consenso ni intervienen ni han intervenido jamás en la historia los agentes sociales, ni la oposición, ni nadie más que el puro Gobierno que en virtud de estar ahí por voluntad popular, designa a quien estima conveniente. Es libre designación. Como el Fiscal general del Estado, con la diferencia de que el Fiscal General puede dañar y ser utilizado como un instrumento por los gobernantes y el Defensor del Pueblo no daña sino que ayuda y no es instrumento de nadie, sino independiente: él, su moral y su ética.

Pero, instituciones aparte, haría bien la Coalición de no prodigarse en exceso y convocar puntualmente para hechos relevantes y puntuales y no para “explicar” su programa, la explicación de un programa no es noticia sino que pertenece al apartado de contenidos a enunciar en un mitin o de ideas a defender en un debate. Pero a la prensa hay que respetarla un poco y tener con ella cierto miramiento en el sentido de no usar y abusar de la utilización de los profesionales. Máxime cuando al menos otros dos partidos han amenazado ya con “hacer lo mismo” y convocar también semanalmente e inasequibles al desaliento, a todos los medios para que les hagamos gratis la publicidad de la campaña a fuerza de ruedas de prensa semanales.

Y el problema es que, los especialistas en marketing y publicidad pueden intervenir y tratar de buscar las cosquillas a prensa, radio y televisiones por un acercamiento a la competencia desleal. Y nos encontraríamos no ya con convocatorias periódicas, una por día de la semana, sino con un problema con las diferentes agencias ansiosas de rascar beneficios y que ya contaban con esta campaña electoral para capear la crisis. Así que rogamos que no nos busquen estropicios.