Un café con ella es no sólo divertido sino también
interesante. Su trayectoria es lo suficientemente amplia
como para que atesore conocimientos informativos y multitud
de anécdotas dentro de una profesión que le apasiona. Sin
embargo sus ojos brillan cuando habla de esa radio, que más
que un trabajo, resulta una pasión. De subdirectora del
programa ‘de costa a costa’, en la emisora Punto Radio, pasó
a dirigirlo hace dos temporadas. Cada noche atrae la
atención de miles de oyentes como ayer lo hizo con los
asistentes a su ponencia ‘La radio como pasión’. Tras
conocerla se sufre, de forma instantánea, una inyección de
entusiasmo por una profesión no siempre fácil pero sí,
frecuentemente, apasionante.
Pregunta.- ¿Qué impresión se lleva de Ceuta?
Respuesta.- No la conocía y creo que es una ciudad mucho más
bonita de lo que me imaginaba. Creía que era mucho más
oscura y me ha sorprendido su luminosidad en todos los
aspectos. Me gustan los edificios que he visto, las Murallas
Reales, las vistas desde el mirador de Isabel II. Me voy
encantada.
P.- La ponencia no podía haber ido mejor...
R.- ¿Sabes qué pasa? Que me gusta tanto la radio que cuando
me propusieron hacer una ponencia decidí que el tema sería
mi pasión por este medio. Y si hablas de algo que te
apasiona tanto la gente lo capta. Además, he encontrado al
público muy receptivo, les gusta la radio. Cuando yo empecé,
en primer lugar, nos enseñaban a hacer radio. Ese periodo
primero de aprendizaje lo terminé en Radio Galicia, en
Santiago de Compostela. Lo que aprendí allí me sirvió para
dar el salto a Radio Madrid. No podría cambiarla por ningún
otro medio.
P.- Pasar de la subdirección de ‘De costa a costa’ a
dirigirlo tuvo que ser un reto pero también ¿sintió vértigo?
R.- Cuando Félix Madero aceptó la propuesta de realizar el
primer tramo de ‘Protagonistas’ y abandonó el programa, la
dirección barajó varios nombres y llegaron a la conclusión
de que para qué buscar a alguien fuera si me tenían a mí. Yo
dije: “¡ahora mismo!”. Pero siempre hay vértigo, pensar si
estaré a la altura y ahí estamos...
P.- Dijo en una ocasión que la radio daba la posibilidad de
escuchar, ¿hasta qué punto es fundamental ese aspecto?
R.- Lo que aprendes de los oyentes es impresionante. Cuando
abres los teléfonos y ofreces a la gente que te expliquen
sus vivencias, te quedas pasmada de cómo razonan y de las
historias tan interesantes que cuentan. Lo único que no
toleraría al oyente es que sea irrespetuoso o que insulte a
alguien.
P.- ¿Han empeorado los contenidos de la radio? ¿Influye
también la guerra de audiencias?
R.- Creo que no. La radio está a salvo de eso que llaman
basura y que en la tele tiene su máxima expresión. La radio
no está en ese juego y es bueno que no lo esté porque el
ruido que hace la basura a mí no me gusta, quiero una radio
reflexiva y que contemple todos los argumentos.
P.- Desde su cargo, ¿como se gestiona ese equilibrio entre
información y opinión que hay en su programa?
R.- Cada vez nos implicamos más y no hay que tener miedo a
eso. Antes información y opinión estaban muy separadas. Pero
no existe objetividad, en realidad. Yo explico las cosas
según las entiendo y el oyente ya sabe sobre lo que yo
pienso. No puede haber cinco millones de parados, no es
normal que nos suban todo, menos los sueldos... Un
periodista tiene que tomar partido y puedes ser honesto y
decirle al oyente lo que piensas.
P.- Por lo tanto, un análisis suyo de la situación actual de
España tiene que ser muy negativo...
R.- El panorama es muy complicado, me preocupa mucho la
gente que no tiene perspectivas, que está en paro y que se
les acaban los subsidios. Qué le dices a la gente que te
llama para decirte cómo va a poder darle de comer a sus
hijos. Desde la radio lo que podemos hacer es exigir que se
atrevan a hacer cosas para que la gente tenga, al menos, una
esperanza. De esta crisis salimos entre todos o no salimos.
P.- Pero, ¿por qué a España le está costando tanto esfuerzo
ver un poco la luz?
R.- La crisis empezó en 2007 y aquí hasta 2008 no nos
coscamos. En las elecciones de ese año el PSOE decía que era
antipatriota hablar de crisis, se hablaba de una
desaceleración suave. Tardamos en reconocerla y mucho más en
tomar las medidas necesarias para suavizar sus efectos.
Otros países hicieron sus deberes. Y, además, Alemania se ha
recuperado muy bien porque tienen una industria muy pontente.
Nuestro crecimiento se basaba en la construcción así que, o
una de dos, o nos inventamos cómo crecer con algo que no sea
la construcción o vamos mal, muy mal.
P.- ¿Qué trato debe tener un periodista con el poder?
R.- Siempre muy crítico. Cuando uno está en el poder tiende
a pensar que está en posesión de la verdad absoluta. A todos
los presidentes del Gobierno les ha pasado, pierden el
contacto con la calle y con la realidad. Es misión de los
periodistas traerlos a la realidad.
P.- ¿Qué opina de esa reunión entre Zapatero y los
empresarios?
R.- (Ríe) Era como una reunión del Comité Federal del PSOE
pero sin el PSOE. Me resulta raro aunque veo bien que
Zapatero se reuna con los empresarios. Mientras hablen de
economía y los empresarios no se metan en política. Aunque
Zapatero tendría que mantener encuentros con todos los
sectores.
P.- Al margen de ese panorama, ¿qué tiene el periodismo para
que haya cada vez más profesionales y que, además, aguanten
los horarios y las malas condiciones laborales?
R.- Es un veneno, una vocación total. Sale una contenta,
aunque sea tarde, porque te sientes orgullosa de lo que has
dejado escrito, porque has hecho una entrevista con la que
has disfrutado y porque al día siguiente cuando veas la
firma, la sensación será de que he dejado lo mejor en esto.
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