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Dicen que la unión hace la fuerza
y, en este sentido, la unidad de acción que en los últimos
diez años han llevado a cabo los gobiernos de Ceuta y
Melilla, ha servido para avanzar notablemente en las
capacidades de ambas Ciudades Autónoma en la prestación de
los servicios a su ciudadanía. Con el respaldo absoluto del
Gobierno Aznar, se otorgaron una seria de competencias en
materia fiscal y financiera que han dado continuidad y
estabilidad a lo largo de una década. Ahora, y en función
del panorama que se avecina con un pujante hinterland a la
vista, se hace vital y de suma trascendencia la
revitalización de esta estructura, que se ha convertido en
un pulmón para las dos ciudades, con el objetivo de dotarlas
de competitividad durante las próximas décadas.
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OPINIÓN / EDITORIAL
