Después de una intensa lucha ante lo que parecía una
inminente repatriación, los últimos 20 indios que
permanecían en la ciudad autónoma han logrado su objetivo.
Justamente ayer, tras pasar por el juzgado para obtener la
autorización pertinente, el colectivo de inmigrantes fue
trasladado por el Cuerpo Nacional de Policía hasta el puerto
donde, en el ferry de las 15:30 horas, dieron su último
adiós a esta tierra.
Tal y como dice el refrán, una mirada vale más que mil
palabras. Y con ella, con la de los 20 indios del monte, se
reflejaba el éxito de una lucha intensa, repleta de
combates, todo un ejemplo de superación que, como en los
cuentos, se ha saldado con un final feliz.
Los últimos hindúes que permanecían en al ciudad vieron ayer
su sueño cumplido cuando a las 15:30 horas el barco zarpaba
dejando atrás ese limbo jurídico del que al final lograron
escapar. Pero para ellos, para los indios queridos por
muchos ceutíes, la jornada de ayer no fue nada tranquila. De
la Comisaría de Los Rosales, a la de Colón, luego al juzgado
y de nuevo a Colón, hasta que por fin, sus maletas y bultos,
en un furgón, y ellos en otro, se desplazaban a toda prisa
para el puerto, guiados por los agentes del Cuerpo Nacional
de Policía, los únicos que lograron darles el últimos adiós.
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción
número 1 fue el encargado de dar luz verde al último trámite
de su traslado a la península, en la que fueron trasladados
en un autocar particular hasta un Centro de Internamiento de
Extranjeros (CIE) en Algeciras.
Aunque este medio de comunicación intentó hablar con ellos,
las prisas y los trámites finales lo impidieron pero antes
de cerrar el vehículo policial el gesto fue claro: un alzado
de mano que se deslizaba de izquierda a derecha, acompañado
de una amplia sonrisa, con ojos brillosos y un movimiento de
labios del que se desprendía un “hasta pronto”.
Desconectados, puesto que llevaban sus móviles apagados o
fuera de cobertura, pero felices de emprender rumbo a esa
nueva vida, esa otra oportunidad que desde hace cuatro años
soñaban, se marcharon. Ellos, los 20 indios del monte.
|