Lógico que cuando suenan los ecos
de los tambores de la Semana Santa más de uno y más de dos
se pongan a hacer hipótesis comparativas utilizando el hondo
significado de los días de pasión y retrotrayéndolos a una
realidad ceutí donde, en el Instituto Ceutí de Deportes los
trabajadores parecen cautivos, no de Poncio Pilatos sino de
Comisiones Obreras, sindicato que allí postula voz y voto.
“Demasiada” voz, casi lengüetonería si nos atenemos a lo
publicado en un diario digital donde se acusa al gerente de
“querer subir de categoría a la hermana de Márquez y a Juan
Carlos Trujillo”. Los de Comisiones lamentan amargamente que
el ICD es “un descontrol”, utilizando los rifirrafes
sindicales para tratar de desgastar al Gobierno y cuando se
aclaran los hechos, se demuestra la falsedad de las
afirmaciones y se desmonta el chiringuito del presunto
“trato de favor” y demás, la respuesta sindical es un helado
silencio, nada de presentar públicas excusas ni desmentidos.
Ni duras protestas cuando la propuesta de ascenso de la
hermana interina del delegado del CSIF en el ICD, Juan
Antonio Ruiz, también subido de categoría ante la impotencia
generalizada del resto de los trabajadores, cautivos del
hermanamiento notorio entre CCOO & CSIF que parecen
guardarse mutuamente las espaldas siempre asesorados por
Campoamor, el afortunado liberado sindical. Ecos de tambores
y de trompetas y enfrentamientos soterrados que nos llevan a
la época de las catacumbas porque, visto desde el exterior
parece imposible que, en ese ICD se lleven “tan mal” ante la
aquiescencia de la que estaría llamada a “desfacer los
entuertos” pero que, lejos de “desfacer” ni poner orden en
el gallinero adopta una actitud de indiferencia difícil de
encajar. Al tiempo que siguen sin pagarle a la familia Lara,
la de la granja avícola, el pienso de los caballos.
¿Morosos y mal avenidos? Parece ser que sí, hasta el punto
de que han tenido que intervenir los de UGT que, al menos en
la Península, siempre han tenido fama de ser más serios y
más rigurosos que los de Comisiones y que encima van por la
estela de Pablo Iglesias y no tratan de hacer política
utilizando el sindicalismo, sino que diferencian
tajantemente unos intereses y los otros. Los ugetistas son
tipos de prestigio y se presiente una desbandada general de
los de CCOO a las filas contrarias porque los trabajadores
andan quemados y soliviantados por el contrato del chaval
ese amigo de Juan Antonio Ruiz. La hermana de Ruiz, el amigo
de Ruiz, ¡miren como Comisiones no protestan! ¡No son
nadie!. Y luego a lanzar bulos mintiendo más que el
almanaque zaragozano sobre África Márquez y Juan Carlos
Trujillo para tratar de “hacer sangre” al Gobierno. Sangre y
trabajadores cautivos por intereses sindicales, repito, eso
parece más una representación de la célebre Pasión de Vélez
Málaga mezclada con la famosa saeta de Motril. ¿Qué les
refresque la memoria en lo relativo a la saeta?. Dice así:
“Le coronaron de espinas, por poco le dejan tuerto/ ¡Los
hijos de la gran puta! ¿No es “pa” cagarse en sus muertos?”.
Pero saetas aparte los únicos capaces de denunciar las
irregularidades han sido los de la UGT, un punto para ellos,
si siguen así van a arrasar en las elecciones porque saben
dar dos cosas : el callo y la cara.
Y lo mismo si logran representación en el corral de gallinas
en el que parece haberse convertido el ICD, todo vuelve a la
normalidad, se acaban los compadreos, el que suba de
categoría es porque legalmente le corresponde según el
convenio, le pagan lo que le deben a Lara el de las gallinas
que es un trabajador y le han chupado la sangre como
sanguijuelas, se erradican los amiguismos y cuando se emite
un comunicado o se “filtra” una noticia a la prensa es para
vivir la experiencia excitante y novedosa de decir la
verdad.
|