El representante del Ministerio Fiscal sentó ayer en el
banquillo de los acusados a un mujer a la que relaciona con
un delito de resistencia y una falta de malos tratos, por
los que pide 9 meses de prisión y una multa de 300 euros. La
defensa, por su parte, solicitó la absolución entendiendo
que su clienta, además, había “padecido” una detención
“ilegal”.
Nueve meses de prisión, por el delito de resistencia que le
imputan, y 300 euros de multa, por una falta de malos
tratos, fueron las penas solicitadas por el representante
del Ministerio Fiscal en la ciudad para una mujer que negó
haber agredido a un policía que cumplía sus funciones en la
frontera del Tarajal, que la acusaba de haber alterado el
orden público. Por su parte, la defensa pidió la absolución
de su cliente en base no sólo a contradecir la acusación
formulada por la Fiscalía sino, además, entendiendo que la
detención de la procesada podía considerarse “ilegal”.
Los hechos denunciados tuvieron lugar el 23 de diciembre de
2010, sobre las 20:30 horas, en los aledaños del perímetro
fronterizo cuando, al parecer, el marido de la acusada la
llamó porque no le permitían la entrada a la ciudad
autónoma. “Me contó que le habían quitado el permiso
transfronterizo que poseía y le sellaron dos veces el
pasaporte para anular su acceso por lo que cogí un taxi y me
fui a la frontera”, añadió la imputada.
Instantes después, la mujer comenzó a preguntar a los
agentes del Cuerpo Nacional de Policía por qué habrían
tomado dichas medidas, dando paso al relato policial de la
denuncia según el cual esta alteraría el orden público con
frases como “la Policía es racista y el problema de esta
frontera se solucionaría como en Melilla”, según declararon
los dos policías que acudieron al juicio en calidad de
testigos. Sin embargo, la encausada negó solo la parte del
conflicto melillense. “Es cierto que cada vez que está este
policía, mi marido siempre tiene problemas. Mi habló
despectivamente, y me dijo morita, como racista”, relató la
procesada. La segunda parte de los hechos hizo coincidir a
la defensa y a ala acusación ya que, `posteriormente, se
detuvo a la mujer y la trasladaron al hospital. Según esta,
“porque me redujeron y me hicieron daño en las muñecas
cuando les intenté quitar el pasaporte”. Aunque según los
policías, la tuvieron que denunciar porque “además de
calentar a todos los transeúntes, se abalanzó sobre mí. En
el mismo hospital, incluso, comenzó a lesionarse ella sola
las muñecas”, concluyeron.
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