Un grupo de inmigrantes, en su mayoría subsaharianos, se se
concentraron durante el transcurso de la jornada de ayer
lunes en Melilla para pedir la regularización de su
situación tras varios años de estancia en España y tras la
muerte el pasado sábado de tres de sus compañeros en el
incendio de la chabola en la que vivían. A este respecto hay
que destacar que decenas de inmigrantes se han trasladado a
pie al centro de la ciudad y se han concentrado frente a las
Torres V Centenario, sede de oficinas de la Administración
central, entre ellas la de los tribunales de Justicia.
La concentración ha sido inicialmente silenciosa, en
recuerdo a Michael, Deny y James, los tres fallecidos en la
madrugada del pasado sábado, aunque finalmente se ha
convertido en una protesta en la que se han oído gritos como
“Libertad, libertad” o “Somos chicos buenos”.
Además de las pancartas, los inmigrantes portaban
fotografías de los fallecidos, entre ellos el padre de un
bebé nacido hace pocas semanas.
Según ha explicado a los periodistas un portavoz de los
inmigrantes, la situación en la que viven ya es insostenible
tras varios años de estancia en Melilla, por lo que quieren
que se regularice su situación para poder viajar a la
península y conseguir un trabajo.
Se quejan de la situación en el Centro de Estancia Temporal
(CETI), donde, aseguran, llegan a vivir hasta ocho personas
en una habitación y donde la comida no se adapta a sus
costumbres.
Es por este motivo, según narran, por lo que deciden
abandonar el CETI para instalarse en una de las
infraviviendas construidas junto a la carretera de
circunvalación, donde pueden vivir, estiman, alrededor de
120 personas.
Según dicen, en sus chabolas tienen libertad para dormir,
comer o hacer lo que quieran, cosa que no sucede en el
centro.
La concentración de inmigrantes, que se ha desarrollado
durante dos horas, ha estado custodiada por la Policía
Nacional.
La Delegación del Gobierno ha desmentido la denuncia
realizada por el grupo de subsaharianos y asegura que todos
tienen sitio si cumplen las normas de convivencia.
En rueda de prensa, el delegado del Gobierno en Melilla,
Gregorio Escobar, ha informado de que en estos momentos hay
unas 50 chabolas en las inmediaciones del CETI, si bien no
ha precisado cuántos inmigrantes viven en ellas porque es un
dato que “fluctúa” cada día. De hecho, ha apuntado que no
todas son utilizadas de forma permanente por los
inmigrantes, ya que algunas permanecen vacías durante un
tiempo y otras se utilizan como lugar de reunión o encuentro
por los ‘sin papeles’.
No obstante, ha insistido en que si los inmigrantes viven en
estas infraviviendas se debe a una “decisión propia” tomada
de forma “voluntaria”, ya que “todas las personas que están
en situación administrativa irregular en Melilla tienen un
puesto en el CETI” en cuanto a alojamiento, manutención,
cobertura de higiene personal y sanitaria y actividades.
Según Escobar, el hecho de que haya inmigrantes que decidan
no hacer uso de estos servicios básicos en el CETI se debe a
que no están dispuestas a cumplir con las “normas de
convivencia” establecidas en este centro, entre ellas los
horarios de entrada y salida, no cocinar en las habitaciones
o no consumir ni introducir alcohol en el recinto.
Asimismo, ha puntualizado que la ocupación actual del CETI,
que ronda las 600 personas, se encuentra dentro de la
capacidad modular del centro y, por lo tanto, todos los
inmigrantes acogidos pueden recibir una atención que
garantiza la cobertura de sus necesidades básicas.
Frontera
Unos treinta inmigrantes de origen subsahariano intentaron
ayer cruzar a Melilla a través de la valla perimetral,
propósito que no han conseguido por la intervención de las
fuerzas de seguridad de Marruecos.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en una nota,
el intento de entrada, que se ha quedado en una
aproximación, se ha producido en torno a las 07.00 horas por
la zona norte de la ciudad autónoma.
A esa misma hora, una patrulla de la Guardia Civil de
servicio en Aguadú ha detectado que tres inmigrantes se
lanzaban al mar desde la playa marroquí cercana y alcanzaban
las costas españolas.
Los inmigrantes, de origen subsahariano, han sido auxiliados
por la Guardia Civil y posteriormente puestos a disposición
de la Policía Nacional para iniciar el expediente marcado en
la Ley de Extranjería.
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