La esperanza de vida al nacer se ha situado en Ceuta a lo
largo de la última década siempre por debajo de la media
nacional, según los datos recogidos por el INE. Según los
estudios desarollados por varios médicos, los estilos de
vida, como una mala alimentación o la falta de ejercicio,
influyen directamente en las tasas de mortalidad, las
cuales, a su vez, son también inferiores en Ceuta con
respecto a la media nacional. Estos datos se relacionan con
la esperanza de vida, puesto que son consecuencia de que la
pirámide de población de nuestra ciudad sea mayoritariamente
joven, es decir, con una base ancha.
La esperanza de vida en Ceuta es una vez más, según
demuestran los datos recogidos por el Instituto Nacional de
Estadística (INE), inferior a la media nacional. Los últimos
datos, que apuntan las cifras de 2009, señalan que la
esperanza de vida al nacer en Ceuta estuvo en 2009 en 78,56
años para ambos sexos, mientras que a nivel nacional la
cifra se situó en 81,57. Estos datos apuntan la misma
tendencia de la última década. Hace diez años, en 2001, la
cifra ceutí de edad era de 78,52, mientras que la esperanza
de vida nacional en el mismo año estaba en 79,68.
“Como puede verse en los datos estadísticos, la esperanza de
vida en Ceuta es siempre inferior“, explica el doctor Julián
Domínguez, que ha desarrollado varios estudios sobre estos
temas en nuestra población. El médico analiza cómo estos
datos están condicionados por la pirámide poblacional de
Ceuta, la cual refleja a la sociedad ceutí como una oblación
mayoritariamente joven, y en consecuencia, con unos datos de
mortalidad bruta también inferiores a la media nacional.
Esta tasa, que refleja una media de 7,57 defunciones por
cada mil habitantes en los datos de Ceuta durante 2009,
mientras que a nivel nacional son de 8,34 fallecimientos. En
la última década, estas cifras siempre han sido inferiores
en Ceuta con respecto a la media nacional, aunque no
necesariamente han ido en descenso, puesto que hace diez
años, la tasa bruta de mortalidad nacional era superior a la
actual, ya que se situaba en 8,78 muertes.
“Al dibujarse en Ceuta una pirámide poblacional joven, ancha
por su base, se produce el efecto de que al ser más joven la
población muere menos proporcionalmente, por lo que aparenta
ser inferior”, explica Domínguez, que lo compara con los
ejemplos de mortalidad de Suecia y de Panamá, “en la que la
inferior es Panamá, sólo por la razón de que la población es
más joven, sin embargo la longevidad es mucho más alta en
Suecia”.
Por otro lado, “determinantes sociales y desigualdades en
salud” se apuntan como causas de disminución de la
longevidad, según diferentes estudios como los recogidos en
el Informe ‘SESPAS 2010’, elaborado por Carme Borrell, del
área de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y por
Davide Malmusi, de la ‘Agéncia de Salut Pública’ de
Barcelona, y que señalan aspectos como “las cualificaciones
educativas o la calidad de la vivienda” entre otros
aspectos.
Estilos de vida
En este sentido, Domínguez recomienda un estudio,
dependiente de la Consejería de Sanidad de la Ciudad
Autónoma, dentro del Plan de Salud, sobre los determinantes
sociales y las desigualdades en salud en Ceuta, al ser las
principales causas que puedan justificar los datos expuestos
por el INE. En definitiva, aspectos como “el consumo de
tabaco y alcohol, una nutrición inadecuada (sea por exceso o
por defecto), falta de actividad física, mal control de la
diabetes mellitus y de la hipertensión arterial, etcétera”,
es decir, “los estilos de vida”, son los factores
principales señalados para incrementar las tasas de
defunción.
De este modo, Domínguez remarca que los estilos de vida
influyen en “más de 90% de las muertes, ya sean desde
provocadas por accidentes de tráfico hasta por enfermedades.
|