Los subsaharianos que ayer se concentraron frente a la
Delegación del Gobierno en Melilla han denunciado que viven
en chabolas porque el servicio de vigilancia del Centro de
Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) no les deja pasar al
interior del recinto. Un portavoz de los inmigrantes, a
preguntas de los periodistas, ha asegurado que no pueden
acceder al CETI “para nada”, de modo que tienen que dormir,
comer y lavarse fuera de este centro, dependiente del
Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Junto al portavoz había otros inmigrantes, que han
corroborado esta versión y han denunciado que esto ocurría
incluso a pesar de que algunos de ellos estaban enfermos,
dadas las bajas temperaturas de las últimas semanas.
“Pasamos mucho frío”, ha afirmado otro de los inmigrantes,
que ha asegurado entre gritos que no puede ni dormir en esas
condiciones.
Los subsaharianos concentrados han informado de que, además
de los tres inmigrantes que murieron ayer en un incendio,
cuando se produjo el fuego, en torno a las cinco de esta
madrugada, había más inmigrantes durmiendo en la chabola,
aunque pudieron escapar y salvarse de las llamas.
Según sus compañeros, los nombres de los fallecidos son Mike,
Sony y Sonsha, pero no han podido precisar sus
nacionalidades a excepción de uno, que procedía de Ghana.
Los inmigrantes han afirmado que es la primera vez que se
produce un incendio en las chabolas, que empezaron a
proliferar el pasado mes de septiembre.
Desde entonces, la Delegación del Gobierno siempre ha
mantenido que el desmantelamiento de las chabolas
corresponde a la Ciudad Autónoma porque se encuentran en
terrenos del término municipal.
Según afirmó el mes pasado el delegado del Gobierno,
Gregorio Escobar, eso obliga a “cumplir con una serie de
requisitos judiciales cuya instancia corresponde a los
propios propietarios de los terrenos y, en última instancia,
a la Ciudad Autónoma”.
Asimismo, informó de que la Delegación del Gobierno y las
Fuerzas de Seguridad del Estado han mantenido en las últimas
semanas reuniones con la Ciudad Autónoma para erradicar los
asentamientos de chabolas por distintos puntos de la ciudad
con el “mayor espíritu de colaboración”.
Sobre el incendio de esta madrugada, la Delegación del
Gobierno aún no se ha pronunciado, si bien ha avanzado que
probablemente comparecerá hoy ante los medios de
comunicación su máximo responsable para informar de lo
sucedido.
Los fallecidos llevaban entre dos y tres años en Melilla y
uno de ellos era padre de un bebé de tres semanas.
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