Que razón tenía aquel que dijo
“calladito se está más guapo”. Y es que, a veces, por no
estar calladitos metemos la patita diciendo algo que no se
debería decir, y mucho menos si quien dice la frase es
persona con mando en el Gobierno.
Ayer noche, cuando estaba viendo el telediario, Matías
entrevistó a la ministra de la cosa de Asuntos Exteriores,
sin cortarse un pelo dijo que lo de Libia no era una guerra,
que era una misión para evitar que los hombres de Gadafi
matasen a ciudadanos inocentes.
Eso de evitar la muerte de inocentes, me pare algo
extraordinario y que se debería evitar en cualquier parte
del mundo, donde no se respetasen los derechos humanos.
Ahora, bien, eso de que allí no hay una guerra, que venga
Dios y lo vea.
Igual en vez de mandar misiles contra las tropas de Gadafi,
están tirando bombones y caramelos, que en la noche de los
Reyes son las lágrimas del cielo, y yo si enterarme.
Siento no estar de acuerdo con usted, pero allí por la
gloria de mí pare que diría mi amigo el gitano Juan, hay una
guerra, se mire como se quiera mirar, y se diga de ella, lo
que se quiera decir.
La misión, por lo que pude escuchar, no es tratar de matar a
Gadafi sino intentar que sus seguidores no maten a personal
inocentes que nada tienen que ver con esa guerra, porque eso
es, insisto, una guerra con todo lo que ella conlleva donde,
sin duda alguna, morirán muchos inocentes de uno u otro
bando. Los misiles, por muy inteligentes que sean, no saben
distinguir, cuando hacen blanco, entre soldados o inocentes.
Mientas todo esto ocurre y se siguen bombardeando las
posiciones de Gadafi, empiezan a aparecer voces discrepantes
sobra la actuaciones de las fuerzas aliadas, mientra
Occidente discute quién debe tomar el mando de la operación
y, Gadafi, sigue atacando a las fuerzas rebeldes.
EE. UU continúa su ofensiva diplomática para implicar a la
OTAN, aunque sin pasarle formalmente el mando para no
ofender a Francia, Turquía o Alemania. Esta última nación,
por cierto, ha ordenado la retirada de sus barcos como
protesta,
A pesar de las protesta de Alemania, ni ella, ni Francia ni
Turquía quieren la implicación activa de la Alianza en los
bombardeos. Incluso sus embajadores se salieron de la
reunión del lunes pasado, en protesta por las presiones de
Rasmussen
Con protesta o sin ellas, con quién va a ser, en definitiva,
quienes tomen el mando de las operaciones militares, lo que
nadie sabe es cuánto tiempo va a durar esta guerra, de la
que incluso un jefe militar americano ha dicho que la misma
“puede acabar en tablas”.
Y uno que de esto sabe bien poco porque dice “NO” a
cualquier guerra, ya que no hay guerras buenas o malas, sino
simples salvajadas donde siempre muren los que menos tienen,
le da por pensar, escuchando a ese alto jefe militar
americano, si va a quedar en tablas, a qué se ha ido a esa
guerra.
Una guerra absurda, como todas ellas, que puede terminar en
una terrible tragedia que no va a beneficiar, absolutamente
a nadie, y donde digan lo que quieran decir van a morir
miles de inocentes, teniendo en cuenta que para tomar un
territorio se tiene que hacer con fuerzas terrestres. “NO a
la guerra”
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