Desgarradora” la carta-respuesta del PSPC al Partido Popular
y entrecomillo el “desgarro” porque la misiva es
peculiarmente insulsa y bastante victimista. Amén de nada
objetiva y sí obtusamente irreal con sus alusiones a los
“tintes dantescos” que adquieren los “ataques” del PP contra
la formación de Aróstegui y de su menguada cuadrilla.
¡Sabrán ellos lo que son tintes dantescos! ¿Se referirán tal
vez a las macabras y apasionadas descripciones del infierno
de Dante?. ¿No asociarán como tantos los “tintes dantescos”
con las gamas de malvas, grises y violetas, extrañamente
melancólicas de las pinturas de El Greco? No. Opino que nada
asocian sino que escriben a base, no de simples tópicos,
sino de “topicazos” y a fuerza de frases hechas, lo que
viene a resultar muy tedioso y muy déjà vu.
En el “Recordando que es gerundio” del Partido Popular ni se
insulta, ni se arremete verbalmente contra nadie, sino que
se tira de hemerotecas y ya dijo el filósofo que, en el
político “el pasado siempre es presente”. Nunca, jamás he
leído ningún insulto y menos aún faltar a la memoria de un
ausente como lo es José Luis Chaves. La ética de los
populares y su manual de estilo no permiten cierto tipo de
comportamientos y menos aún calumniar la memoria de los
difuntos. Pero recordar los hechos concretos de la
trayectoria de cualquier político que en la vida pública ha
sido, desde Carrero Blanco al Mariscal de Gaulle, desde
Tierno Galván a la Pasionaria, nada tiene de ofensivo porque
pertenece al conocimiento de la colectividad, se encuentra
en las hemerotecas, no se trata de publicitar hechos o
acciones que, en su día, hubieren sido objeto de querellas y
posteriormente rectificadas por ley. No se difama cuando se
rememora. No se atenta contra la integridad moral de nadie
cuando se traen a colación publicaciones que en su día
fueron admitidas. En la historia de una ciudad no hay
ofensas ni agravios sino hechos. Y la realidad es una.
Si se comenta, con publicaciones en mano, hechos pasados de
los que forma parte un político no se ofende al político y
si alguien opina que el difunto sr. Chaves Torcal merece un
reconocimiento por su labor creo que muchos se apuntarían a
la iniciativa de un homenaje, porque aquellos años de
revoltijos democráticos cuando íbamos encajando buena o
malamente, fueron tiempos difíciles para todos y borrascosos
para los políticos así que cualquier hombre político de
entonces, con sus errores y sus aciertos, merece gratitud. Y
nada tiene que ver con los delirios persecutorios del PSPC y
con su obsesión por amoldar la verdad a sus intereses y
convertir lo blanco en negro. Si alguien ha insultado a los
ceutíes han sido ellos y sus representantes, desde Aróstegui
llamando “fanáticos y racistas” a veintidós mil ceutíes a la
Bernet que nos tildaba de “ignorantes”, Iván Chaves con sus
arremetidas contra “los importados” y “los mercenarios”,
todos contra este diario al que acusaban de “panfleto”
poniendo de chúpate dómine a sus trabajadores… Y a los
trabajadores de Correos y a los de la Televisión Pública y
ahora a los de Urbaser. Normal. Cuando no se tienen ideas y
se carece de ideología recurriendo si acaso al “somos de
izquierdas”, el programa más socorrido es centrarse en la
crítica a la acción ajena. Todo es malo y todo se hace mal.
Lógico que esa negatividad se traduzca en un rechazo
ciudadano visceral, rechazo que viene sucediéndose desde
1999, por mucho que aleguen que no se disuelven porque
prestan un “servicio público”, refiriéndose seguramente al
libro publicado por Aróstegui en 2002 donde no se mostraba
especialmente amable con esa comunidad musulmana cuyos votos
quiere utilizar ahora para conseguir presencia política.
Así que “más” recordando y “más” gerundio. No se puede
penalizar el recuerdo ni prohibir lo que consta como
publicado, ello no merece los apelativos “alusiones,
insultos e invenciones”. No es “alusión” sino publicación
directa, no son “insultos” porque ninguno se ha formulado y
no son “invenciones” puestos que lo escrito, escrito está y
no son “ataques diarios” sino respuestas ante ataques
diarios. Si el PSPC opta por la vía de la amabilidad y del
buen tono y realiza sus menesteres proponiendo sus fórmulas
y no atacando y vilipendiando las fórmulas de los demás,
ante esa postura elegante jamás se produciría una respuesta.
¿En virtud de qué se iba a responder?. Cada cual a lo suyo,
con sus propuestas, sus hechos y sus realidades, sin tener
que “existir” no en virtud de sus propios logros sino en
virtud de criticar las supuestas “maldades” ajenas.
En cuanto a llamar a los periodistas “escribientes a sueldo”
siempre hemos preferido cobrar por trabajar antes que ser
liberados sindicales, cuestión de estilo. Sin “tintes
dantescos” y sin demasiado “pánico” de hecho la última vez
que invitaron a los cerebros del PSPC a dar una conferencia
en el Fondo Monetario Internacional y luego a disertar en el
exclusivo Foro de La Razón, no sentimos pánico sino contento
al constatar la amplia proyección internacional de un
proyecto político local de cuyo modelo se comenta en la UE
que pudiere ser aplicable para el futuro democrático libio.
Eso nos alegra y nos llena de satisfacción.
Pero ante ataque, respuesta. Ante la postura de cada cual
dedicarse a sus asuntos, ofrecer opciones ilusionantes y dar
lecciones de positivismo, nunca habrá ninguna respuesta.
Pero, si atacan, “Más” recordando y mucho “más” gerundio.
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