La labor del voluntariado suele
ser magnífica y he podido constatarlo también en Ceuta ,este
fin de semana cuando he comenzado a acudir a la Protectora
de Animales para percibir mi salario como letrado defensora,
materializado en convivencia con las mascotas y sus
cuidadores. Pese a lo limitado de los medios las
instalaciones son muy superiores a las de la “Triple A” de
Marbella que, aunque tiene nombre de organización terrorista
se trata de los Amigos de los Animales Abandonados y
aglutina al todo “quien es quien” de la ciudad costasoleña.
Siempre repito la evidencia de que, el nivel cultural de una
sociedad se determina, entre otros factores, por su amor por
los animales. Hay lugares en los que, para tener “auténtica
clase” hay que pertenecer a alguna asociación de defensa de
las mascotas. En Málaga capital diseñan todo tipo de objetos
y camisetas para recaudar fondos y las damas montan un
elegante tenderete en el corazón de la calle Larios. En
Madrid y Barcelona es pasión. Y en Marbella he asistido a
las cenas veraniegas de la Triple A cuya presidenta es una
princesa a la que apoya todo el abolengo aristocrático
marbellí. Cena no. Cenón, gran gala, decorados maravillosos,
subasta benéfica, un vasto operativo para enaltecer la labor
de los voluntarios, bailongo, prensa y celebrities . Muchas
elegancias pero buenos dineros para los animales abandonados
que es lo que importa. Aunque repito que la Protectora de
Ceuta, pese a la escasez, porque carecen hasta de un
vehículo digno (lo que dice muy poco de la categoría de los
empresarios y de los abolengosos ceutíes) tiene unas
instalaciones que parece que van repellando y restaurando
día a día. Todo limpio como una patena y unos voluntarios
jóvenes que parecen en conjunto alumnos de veterinaria o
titulados en amaestrar a los deseadísimos “guías caninos”.
En Marbella puede que haya más dinero, títulos nobiliarios
implicados y cenas de gala, pero aquí existe un calor humano
profundo y llegan canes y felinos en unas condiciones
calamitosas que no se suelen dar en la Península. Muchos
abandonados y maltratados. Y hay que “sacarlos adelante” y
para eso se requiere empeño y una inmensa humanidad, ese
tipo de humanidad que hace que cada pequeña acción lleve el
marchamo de “a touch of class” un toque de clase espiritual
e intelectual.
La Protectora de Ceuta me ha permitido constatar que
prácticamente todos los voluntarios que trabajan con
animales son seres especialmente sensibles y suelen tener un
buen nivel intelectual. A un tollo no te lo encuentras
utilizando sus horas de asueto para pasear a los perros,
lavarles o cuidar a los gatos, para eso hay que ser “de una
manera” y estos chicos y chicas admirables que llegan a las
instalaciones después de subir la cuesta andando si no hay
un vehículo a tiro, estos son “de esa manera”. Esa clase de
personas que enriquecen patrimonialmente cualquier ciudad,
porque el patrimonio es un todo, lo son los monumentos
histórico-artísticos, lo es el arte en cualquiera de sus
manifestaciones y lo es la calidad espiritual de sus
habitantes.
Ignoro, porque no lo he preguntado, si en esta Protectora se
acostumbra a celebrar cenas de postín, traje largo y smoking,
supongo que sí, como en todas partes. Pero cualquier
iniciativa social, de cualquier tipo, que suponga un apoyo y
un “arrimar el hombro” en la labor de ser el escaparate
ecológico ceutí del amor por los animales, todo es bien
recibido. Y los sandios que critican que las labores para
con las mascotas en dificultades se ciñen a cenorrios de
marquesonas y colgarse la medalla de ser sensible-solidaria
porque es de mucho tono, esos son unos mamarrachos y unos
asquerosos.
Este grupo de buena gente (al que pertenezco porque me han
contratado) es cualquier cosa menos criticable, pero eso no
es suficiente, creo que la sociedad ceutí tiene una deuda
moral con ellos-nosotros (yo soy su abogada y entro en el
lote) y debería reconocerse públicamente la labor
maravillosa que realizan. Algún tipo de acto sencillo y
entrañable. Cena de gran gala no, esos para los miembros de
más poderío y para el verano. Los voluntarios dan a la
sociedad ceutí el “ touch of class” y dejan a la ciudad a un
nivel espectacular. Gracias a todos…
Y como yo pertenezco porque me han fichado respondo que “de
nada” pero que necesitamos un vehículo digno con logo y
varios temillas más que ya especificaré en un escrito formal
y con apostilla de La Haya para ser doblemente formalista.
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