La Guardia Civil mantiene un intenso control en el paso
fronterizo de Benzú no sólo por el repunte detectado en el
pase a nado de inmigrantes, sino también ante las
incursiones de pescadores del país vecino que se adentran en
aguas ceutíes y lo hacen con artes de palangre ilegales en
España. La presión en esta zona de la valla es, por tanto,
doble.
No sólo la inmigración irregular es objeto de vigilancia
estrecha por parte de la Guardia Civil en el paso fronterizo
de Benzú. La cercanía de la pequeña localidad marroquí de
Beliones y el reducido tamaño de su bahía hace que sus
pescadores se adentren a menudo en aguas territoriales
españolas. Según ha podido constatar este diario, el control
es intensivo sobre esta parte de la frontera, pues las
incursiones de los pescadores se unen a los repuntes en los
intentos de los inmigrantes que acampan en los montes de
Beliones por llegar a nado a la zona española.
Vecinos de la barriada han relatado a EL PUEBLO cómo, los
pescadores marroquíes llegan hasta las aguas de Ceuta con lo
que en la ciudad se llaman ‘pateras’, embarcaciones de pesca
de palangre. Algunas de estas artes llevan “más de 200
anzuelos”, afirman, para relatar que la Guardia Civil suele
aproximarse cuando detecta estos casos y las corta, pues el
máximo permitido en España es de media docena de anzuelos,
explican. Los pescadores de Marruecos capturan en esta zona
pulpos, calamares o especies como el pez limón y la sama.
También existe en este límite fronterizo de la costa norte
una peculiaridad que tiene que ver con las diferentes
nacionalidades que convergen en ella, y es el caso del
islote Perejil, al que según señalan los mismos vecinos,
tienen prohibido aproximarse tanto los pescadores marroquíes
como los españoles. Esto es así, afirman, por el “peligro”
que suponen los barcos que parten del puerto de Ksar Seghir.
En alguna ocasión, según han observado testigos presenciales,
es la Policía marroquí la que intercepta y detiene a sus
pescadores, a los que “lleva a Tánger para que paguen una
multa”.
En la bahía sur también es frecuente la presencia de barcos
de pesca marroquíes. El pasado 4 de marzo la Guardia Civil
retiró al menos una decena de ellas que faenaban a escasos
300 metros de la playa de La Ribera.
|