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ACTUALIDAD - LUNES, 21 DE MARZO DE 2011


Controles a todos los pescadores. f. r.

FRONTERA / AGUAS TERRITORIALES
 

La Guardia Civil trabaja en Benzú en el control de los pescadores marroquíes

Al igual que ocurre con los inmigrantes, se adentran en las aguas de Ceuta, y emplean artes de pesca de palangre ilegales
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Guardia Civil mantiene un intenso control en el paso fronterizo de Benzú no sólo por el repunte detectado en el pase a nado de inmigrantes, sino también ante las incursiones de pescadores del país vecino que se adentran en aguas ceutíes y lo hacen con artes de palangre ilegales en España. La presión en esta zona de la valla es, por tanto, doble.

No sólo la inmigración irregular es objeto de vigilancia estrecha por parte de la Guardia Civil en el paso fronterizo de Benzú. La cercanía de la pequeña localidad marroquí de Beliones y el reducido tamaño de su bahía hace que sus pescadores se adentren a menudo en aguas territoriales españolas. Según ha podido constatar este diario, el control es intensivo sobre esta parte de la frontera, pues las incursiones de los pescadores se unen a los repuntes en los intentos de los inmigrantes que acampan en los montes de Beliones por llegar a nado a la zona española.

Vecinos de la barriada han relatado a EL PUEBLO cómo, los pescadores marroquíes llegan hasta las aguas de Ceuta con lo que en la ciudad se llaman ‘pateras’, embarcaciones de pesca de palangre. Algunas de estas artes llevan “más de 200 anzuelos”, afirman, para relatar que la Guardia Civil suele aproximarse cuando detecta estos casos y las corta, pues el máximo permitido en España es de media docena de anzuelos, explican. Los pescadores de Marruecos capturan en esta zona pulpos, calamares o especies como el pez limón y la sama.

También existe en este límite fronterizo de la costa norte una peculiaridad que tiene que ver con las diferentes nacionalidades que convergen en ella, y es el caso del islote Perejil, al que según señalan los mismos vecinos, tienen prohibido aproximarse tanto los pescadores marroquíes como los españoles. Esto es así, afirman, por el “peligro” que suponen los barcos que parten del puerto de Ksar Seghir.

En alguna ocasión, según han observado testigos presenciales, es la Policía marroquí la que intercepta y detiene a sus pescadores, a los que “lleva a Tánger para que paguen una multa”.

En la bahía sur también es frecuente la presencia de barcos de pesca marroquíes. El pasado 4 de marzo la Guardia Civil retiró al menos una decena de ellas que faenaban a escasos 300 metros de la playa de La Ribera.
 

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