LUNES. 14
Recibo una llamada del coronel Luis Zurera para
decirme que Jesús Palop, coronel presidente de la
Hermandad de Regulares de Ceuta, será recibido por SM el
Rey. Bueno, me dice mi estimado Luis, el Rey va a recibir a
una Representación de los Grupos Regulares número 54 (Ceuta)
y número 52 de Melilla, constituida por unas veinte
personas. Dicha comisión de servicio estará formada por
presidentes de la Hermandad de Veteranos de Regulares,
Coroneles Jefes de los Grupos, oficiales, suboficiales y
tropa. El recibimiento será el miércoles a partir de las
doce horas. Le agradezco a Luis la información y le digo
que, cuando hable con Jesús, le dé mi abrazo
correspondiente. Con Luis y Jesús, por motivos que no vienen
al caso explicar, he ido manteniendo unas relaciones que han
ido a más. Las que les permiten a ellos contarme sus cosas y
a mí recibirlas siempre con el ánimo de hacerlas públicas.
MARTES. 15
Llego al Hotel Tryp y reclaman mi presencia los empleados de
la recepción. Y lo hacen para entregarme dos sobres que
contienen notas relacionadas con José Aureliano Martín
Segura. Los sobres llevan el membrete del
establecimiento. Y las notas están escritas con letras
mayúsculas y carecen de firma. Lo cual, en principio, me
desagrada. Ya que a mí me producen náuseas que las denuncias
no estén firmadas. Aun así, no tengo el menor inconveniente
en prestarles toda la atención debida. Y saco conclusiones:
en ellas se dicen cosas graves. Y, como es lógico, comienzo
a indagar y compruebo comportamientos que son indeseables
por parte de quien se manifiesta todos los días como persona
que se cree legitimada para darnos lecciones de moral. José
Aureliano Martín debería ser más precavido a la hora de
escribir. De no ser así, mucho me temo que a partir de ahora
comience a saber que para poner a los demás como chupa de
dómine hay que estar libre de pecados. Y, desgraciadamente,
no es su caso. Por lo tanto, bien haría en cuidarse mucho de
escribir contra personas que tienen un historial tan limpio
y blanco como la patena.
MIÉRCOLES. 16
Comida en El Velero con Andoni Goikoetxea, Juan
José Carretero, Luis Parrilla y Mohamed Chaib. El mismo
día en que había salido publicada una entrevista en la que
el titular era el siguiente: La Asociación Deportiva Ceuta
va de mal en peor. Los técnicos del primer equipo de la
ciudad llegaron a la cita sin que se les notara un ápice de
cabreo por la columna que les había dedicado a su labor. Lo
cual evidencia un grado de profesionalidad extraordinario.
Goikoetxea y Carretero son técnicos preparados, cultos y que
están siempre en condiciones de debatir situaciones
futbolísticas. Ambos están siempre dispuestos a oír las
opiniones de quienes les hablan de un fútbol que existe. Y
los dos suelen defenderse aportando datos sobre la situación
actual del conjunto que entrenan. Una vez más hemos elegido
El Velero para comer. Un restaurante formidable y merecedor,
por tanto, de hacerle el artículo. Si usted aún no ha ido a
El Velero, procure visitarlo cuanto antes. Y quedará tan
satisfecho que acabará repitiendo y hasta lo recomendará.
Así como suena.
JUEVES. 17
Tenía previsto enclaustrarme en mi casa cuatro o cinco días
a partir de hoy. Pero me veo obligado a presentarme en el
despacho del gerente de este periódico: Ángel Muñoz.
El motivo es bien sencillo; nos toca repasar las cartas que
he recibido y en las que José Aurealiano Martín Segura
no sale muy bien librado. El hecho nos permite estar un
tiempo hablando del asunto. Y, cuando analizamos las
misivas, nos ponemos a conversar de otras cosas. La primera
de ellas acerca de la dimisión de Julio Peguero:
director técnico de la Asociación Deportiva Ceuta. A quien
le deseo suerte. Aunque si sigue actuando tal y como lo ha
hecho en Ceuta, bien haría en encomendarse a todos sus
santos predilectos si quiere que su trabajo sea reconocido
en otros clubes. A las tres de la tarde, y en Hotel Tryp,
soy testigo de cómo toda la familia Muñoz celebra los
sesenta años que ha cumplido José Antonio, Los suyos
dieron, una vez más, muestras de quererlo como mandan los
cánones. El señor Muñoz es un hombre con suerte. Eso sí,
siempre le quedará la siguiente respuesta: algo habré puesto
yo de mi parte para merecerla. Quizá, José Antonio, es que
habrás sido cuidadoso con los detalles.
VIERNES. 18
Ayer leí la información sobre los premios otorgados por
‘Mujeres Vecinales’ en el Hotel Ulises. Y en la fotografía
que ilustra la página veo a José Fernández Chacón
disfrutando del momento como uno de los galardonados.
Conociendo a Fernández Chacón no tengo la menor duda de que
se lo pasó bomba rodeado por mujeres que, indudablemente, le
mostraron todo su afecto. Pepe es un tipo amable y en las
distancias cortas resulta un personaje entrañable. A mí me
hubiera gustado participar en ese acto. Pero uno nunca va a
donde no le invitan. A Pepe, si nos dejamos llevar por las
encuestas, le queda poco tiempo en Ceuta. No obstante, lo
mejor que se puede decir de él es que está dando muestras
inequívocas de ser uno de los mejores delegados del Gobierno
que ha pasado por esta ciudad. Si no el mejor. Día llegará,
y a lo mejor tendré el placer de escribirlo, que el buen
talante de José Fernández Chacón será echado de menos. A
Pepe, porque así me gusta nominarlo, lo único que le deseo
siempre es que procure fumar menos. Pues su fumeque le causa
problemas de salud que habrá de evitar. Y también para que
sus amigos no tengamos que sufrir las consecuencias de su
mayor vicio: el humo; que es peor que la mala uva que
destila el innombrable. Es decir, el secretario general de
CCOO.
SÁBADO. 19
Aprovecho el espacio de este día en el cual permanezco en mi
casa esperando pasar una tarde muy entretenida viendo en la
televisión tres partidos de tres deportes diferentes y casi
de sesión continua, baloncesto, tenis y fútbol, para
recordar que el jueves tuve una grata sobremesa con los
hijos de Francisco Sánchez Paris. Lo que voy a decir es algo
que creo haber dicho ya en otra ocasión: a pesar de que con
Sánchez Paris no me llevo ni bien ni mal, sino que no me
llevo, con sus hijos me lo paso la mar de bien cuando la
casualidad nos reúne. Los dos chavales son amables, educados
y, sin apenas levantar la voz, son capaces de dejar un
regusto de buenos contertulios en la mesa. Con ellos volví a
hablar de todo cuanto se terció. Y me encontré con
respuestas magníficas y, sobre todo, repletas de serenidad y
discreción. A los dos les encanta charlar de fútbol. Y en
ese terreno, lógicamente, quien escribe les da juego
suficiente para que no se aburran.
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