En rueda de prensa, el secretario de Organización de UPyD en
Melilla, Emilio Folgar, explicó ayer que esta situación
lleva produciéndose varios meses, algo que consideró “un
asunto muy grave” al tratarse de un servicio público que el
Estado ha adjudicado a esta empresa naviera por 43 millones
de euros en un periodo de cinco años.
En concreto, relató que muchos melillenses que desean viajar
en camarote a la Península se han encontrado últimamente con
que no había plaza en el barco en las oficinas que Acciona
tiene en la estación marítima ni tampoco en la página web de
la compañía, ni siquiera en los minutos previos a la salida
del barco.
Sin embargo, tras comprar un billete en butaca y acceder al
interior del buque, estos viajeros han observado que los
propios empleados de la compañía y la oficina de atención al
pasajero que hay dentro del barco ofrecen una acomodación en
camarote previo pago de 100 euros y sin posibilidad de
aplicar el descuento de residente.
Según Folgar, se trata de una “práctica abusiva” que la
Delegación del Gobierno debe investigar para “tomar cartas
en el asunto” y exigir a la compañía que cumpla el contrato
de servicio público que tiene adjudicado hasta este verano.
En opinión de Folgar, Acciona-Trasmediterránea “maltrata” a
los melillenses porque destina a las líneas de la ciudad
autónoma los barcos más antiguos, que son “los que no
quieren en otras rutas ni pueden hacer travesías largas
porque la normativa se lo impide”. Para demostrar su
versión, el dirigente upedista recordó que en la última
parada técnica del J.J. Sister, Acciona destinó a las líneas
de Melilla al buque Murillo, que no cabe en el puerto de
Málaga, lo que obligó a reestructurar horarios y cancelar
travesías, causando un importante perjuicio a los pasajeros
melillenses. Además, en más de una ocasión, Acciona ha
destinado a Melilla de forma provisional el buque Wisteria,
que data de 1978 y que “tiene bandera chipriota, tripulación
extranjera, está sucio y es una porquería”. Folgar consideró
probado que ningún Gobierno ha sido capaz de solucionar
definitivamente el problema del transporte marítimo de
Melilla.
a pesar de ser un servicio público carece en muchas
ocasiones de plazas disponibles, sobre todo en fechas muy
señaladas y puentes festivos.
En este punto, Folgar también denunció el “nepotismo” que,
según dijo, existe en Melilla sobre la puesta en venta de
billetes de barco. Así, afirmó que personas “con ciertos
apellidos o cargos públicos” de la Ciudad Autónoma y la
Delegación del Gobierno acceden sin problemas a billetes de
barco incluso cuando no hay disponibilidad para el público
en general en las ventanillas de la compañía.
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