Causa extrañeza a los de fuera,
creo que indignación a los de dentro y “dolor de estómago” a
los que pasan por allí.
Es la perspectiva que nos queda, si somos sensibles, para
mirar, ver y analizar lo que se denunció, días pasados, por
parte de un vecino de Ceuta, alegando que en el Hospital
Universitario de Ceuta habían tardado “ 22 horas y media” en
certificar la defunción de su tío.
Llegados a esto no sabe uno qué poder decir, a continuación.
Hasta ahora, en alguna ocasión, habíamos tenido noticias de
ciertas irregularidades, con los vivos, pero esto de ahora
clama a todos los cielos y mucho más cuando, desde el
Hospital “lamentan lo ocurrido”, pero dicen que no han
cometido ninguna ilegalidad porque “no superan las 24 horas
máximas que se establece para certificar una defunción”. No
hay por donde cogerlo, en serio.
Si no fuera porque estamos ante una situación grave y,
porque particularmente, tengo un respeto muy grande por los
que han fallecido, diría que encima se toman a broma todo lo
ocurrido, cuando argumentan que “no llegaron a las 24
horas”, lo máximo establecido. Es una falta de
responsabilidad y de respeto a los familiares del fallecido,
que no se debe admitir.
Y ya va siendo hora de que aquí, con las cosas serias se
tenga seriedad y lo mejor que puede y debe hacer esta
familia es seguir con esa denuncia, más que nada para evitar
que esto se vuelva a repetir.
La persona que había fallecido, sobre las once de la mañana,
había fallecido en una planta del Hospital. Era un lunes, no
era ni fin de semana, ni día festivo, por lo que no veo que
tenga que intervenir, simplemente, el médico de guardia y
mucho menos para no querer certificar la muerte, porque no
tenía su diagnóstico.
No sé quien va a aclarar todo esto, pero no me cabe la menor
duda de que se trata de un hecho tan lamentable como
injustificado y que cualquier tipo de aclaración o
justificación no va a tener valor si lo comparamos con el
daño moral que han causado a una familia.
Desde hace tiempo y no es el tema que más veces haya
abordado yo, desde esta columna, me he venido convenciendo
de que, con respecto al nuevo hospital, hay “un traje” que
le viene demasiado ancho a alguien.
Y es que en el poco tiempo que lleva funcionando, un
hospital que debería ser el orgullo de Ceuta, no deja de
presentar problemas a cada momento, de personal, de
atenciones, de quirófanos o de esta última “incidencia”.
No lo quiero dar otro nombre, para no liar un poco más los
problemas, que bastante lío han causado a una familia que no
ha podido acompañar a esa persona fallecida, en las últimas
horas, antes de ser sepultada.
Afortunadamente, lo que sí parece que funcionó, y bien, fue
Administración, donde estaban más sorprendidos que los
propios familiares del difunto, pero “valorando” esas
situaciones, no totalmente desconocidas, hasta ahora.
Y para más INRI, ahora que ya todo, en ese hospital, como en
otros, está informatizado.
Así son la cosas, Ceuta tiene algunas lagunas que serían
explicables en otros lugares, pero que aquí, en marzo de
2011, ni se pueden explicar ni, por supuesto, justificar de
ninguna de las maneras. Ahí es nada, 22 horas y media, tras
haber fallecido, tardaron en firmar el parte de defunción.
No hay quien lo pueda justificar.
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