No suele ser problema en ninguna
candidatura quien es el que va en cabeza de esa formación,
porque en la mente de todos y en las líneas directrices de
los grupos, el número uno ya está decidido, al llegar el
momento de conformar la candidatura.
Con todo esto, estaba claro que el grupo Caballas iría
encabezado, no podía ser de otra forma, por Mohamed Alí. Ahí
nadie se iba a meter, pero la duda estaba en donde, cómo y
con quién iba a ir Aróstegui, a quien, desde fuera, se le
veía como el indiscutible número dos.
Afortunadamente en UDCE no se trabaja para que ese esfuerzo
sirva para otros y, de momento, el número 2 será, también
para alguien que ha pertenecido, ha trabajado y sigue
perteneciendo a UDCE.
Un paso se ha dado, y el que sería definitivo ya, sería que
ni siquiera se le diera a Aróstegui el 3, con lo que saldría
ganando, en primer lugar UDCE y, muy especialmente, Ceuta
por el trabajo que se puede hacer dentro de la Asamblea, sin
que haya quien esté poniendo palos en las ruedas en
cualquiera de las cosas que se traten allí.
Y es que, tal y como está la situación, UDCE, si se hubiera
colado de rondón a Aróstegui, en los primeros puestos,
corría el riesgo muy claro de no ser votado por personas que
han trabajado, y mucho, para que ese grupo esté ahí y no
iban a tolerar que gentes ajenas, meros advenedizos,
ocuparan un puesto de privilegio.
Hasta este momento, y eso está en la calle, UDCE había
perdido terreno por las compañías que se le están acercando.
Ahora, aunque parezca raro, este paso de que no entre
Aróstegui de segundo y con dificultades en la tercera
posición, el grupo de Mohamed Alí recuperará sus propios
votantes, con lo que tendrá su propia representación, como
la lleva teniendo desde hace ya varias legislaturas, por
méritos propios.
Y si en determinadas ocasiones hemos criticado la actitud de
Mohamed Alí, cuando parecía que iba descabezando el partido,
de lo que había sido y ya no era, ahora debemos decir que lo
mejor es saber rectificar, que ha rectificado y con ello ha
dado un aire nuevo, propio, por otra parte, a su partido que
supo ir solo, que supo ganarse el prestigio y la simpatía de
muchos votantes, y que, últimamente había perdido casi todo
e iba a perder sus apoyos, en cuanto a votos se refiere.
Ahora mismo, y algo gordo tendría que suceder para que
cambiaran las cosas, ni Aróstegui será el número dos de la
candidatura, ni el PSPC tendrá ningún representante, antes
del tercer puesto o, posiblemente, antes del cuarto, con lo
que podríamos encontrarnos con que una legislatura más
Aróstegui estuviera fuera de las instituciones, como estoy
yo, con la diferencia de que él ha comparecido en todas, sin
entrar, mientras que yo he renunciado, en la anterior, por
ejemplo, a estar en uno de los dos primeros puestos, como lo
había estado ya en 1991, pongamos por caso.
No es que me guste hablar, especialmente de política, sobre
mí, pero recuerdo que mis últimas palabras con Aróstegui, se
quedan ya casi en la prehistoria, allá por 1994, con motivo
de una huelga general y cuando tuve la ocasión de decirle,
por teléfono, que pisara su terreno y no entrara donde no le
habían llamado. Así terminó la poca relación que él y yo
habíamos tenido. Entonces, él y yo éramos concejales, en
distintos ayuntamientos, pero lo éramos.
Sólo me queda felicitar a Mohamed Alí y al grupo UDCE por
haber sabido estar en el sitio justo, en el momento
oportuno. Los aventureros deben buscar otros terrenos.
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