El presidente de Ceuta, Juan Jesús
Vivas ha defendido ante un auditorio repleto de
personalidades del mundo empresarial, político y social de
Sevilla un marco estable de apoyo de la UE para Ceuta y la
revisión del IPSI para afrontar el futuro de la Ciudad
Autónoma. Y lo ha hecho en el marco del Foro de La Razón en
una conferencia titulada: ‘Ceuta:la singularidad de la
gestión municipal en la España de las autonomías’. Vivas
puso en valor el papel jugado por los Gobiernos del PP que
desde 1996 le procuraron los elementos tributarios y de
financiación claves para su desarrollo, que ahora han de ser
revisados.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha expuesto esta
tarde en Sevilla, en el Hotel Aoba Triana, ante más de un
centenar de personalidades del ámbito empresarial, social y
político, las singularidades de la hacienda local. Ha sido
en el Foro del diario la Razón, donde el presidente ha
expuesto las singularidades de la hacienda local y ha
abogado por un marco de apoyo estable por parte de la UE y
otras medidas, como al revisión del IPSI, para corregir el
déficit de los servicios transferidos y compensar el
sobrecoste que acarrean los condicionantes estructurales.
El presidente ha iniciado su conferencia, “Ceuta: la
singularidad de la gestión municipal en la España de las
autonomías”, precisando que Ceuta es una entidad local
singular, junto con Melilla, porque son las dos únicas
entidades territoriales del conjunto de España que atienden
la doble condición de Ayuntamiento y de Autonomía. Una
dualidad, ha explicado el presidente, que sin dejar de
reconocer disfunciones susceptibles de ser resueltas,
reporta más ventajas que inconvenientes, porque permite una
aproximación mayor al objetivo de administración única.
Juan Jesús Vivas ha expuesto que los condicionantes físicos
y estructurales que concurren en Ceuta, como son la
extrapeninsularidad, la escasez de recursos naturales, la
reducida superficie y el hecho fronterizo, repercuten en el
coste y en las necesidades de los servicios.
Ser singular
Una consecuencia de estos condicionantes es, ha concretado
Juan Vivas, que en Ceuta no se puede mancomunar ningún
servicio con alguna comarca próxima ni recurrir a otro
ayuntamiento vecino en situaciones de necesidad, lo que
acarrea, como ejemplo y en el caso del servicio de Extinción
de Incendios, que la plantilla sea de 90 efectivos cuando la
media es de aproximadamente 30 funcionarios en municipios de
tamaño similar.
En cuanto a la escasez de recursos naturales, el único
recurso hídrico natural es el agua de lluvia, y debido a que
las posibilidades de embalse son limitadas, el agua que
consumimos procede de la desalinización, lo que triplica el
coste por metro cúbico de agua producida respecto de la
media española.
El presidente ha seguido desgranando los condicionantes de
Ceuta hablando de su tamaño reducido, que tiene incidencia
en otros servicios medioambientales básicos, como el
tratamiento y la eliminación de residuos y la depuración de
las aguas.
En referencia a la falta de suelo, las dificultades para la
dotación de equipamientos fundamentales y para la
construcción de viviendas son enormes, ha calificado el
presidente, quien ha recordado que dos tercios de la
superficie total son propiedades de Defensa y espacios de
reserva natural.
Vivas ha remachado la lista de ejemplos de servicios cuyo
coste y necesidades son mayores por las singularidades de la
ciudad con el de la recogida de basuras y la limpieza
viaria, que en Ceuta, donde confluyen una compleja orografía
y una alta densidad de población, incluida la flotante y el
trasiego de la frontera, cuesta dos veces más por habitante
que como media en el conjunto del país.
Con esta exposición, el presidente ha argumentado el plus de
ayuda por parte del Estado. En esta línea, ha incidido en
que los ceutíes merecen la misma calidad en los servicios
locales que el resto de españoles y sin que ello repercuta
en lo que los usuarios pagan por disfrutarlo, porque
significaría penalizar la residencia en Ceuta.
El presidente de la Ciudad ha ahondado en lo que significan
las ayudas del Estado. Básicamente, ha dicho, se concretan
en el reconocimiento, como entidad local, de una hacienda
peculiar para Ceuta, también para Melilla y, con algunos
matices, para Canarias.
Una hacienda, ha profundizado Vivas, que en esencia consiste
en la cesión a estos ayuntamientos de un impuesto indirecto
propio que sustituye, en las dos ciudades, al IVA. “Bajo el
formato de gravamen de las importaciones, esta fórmula viene
aplicándose desde hace cerca de 70 años, aunque no siempre
ha sido entendido ni atendido”, ha comentado Vivas, con
igual sensibilidad e interés por los distintos gobiernos de
la Nación.
Mirada al pasado
El presidente se ha remontado a mitad de los años ochenta y
principios de los noventa, un periodo “extraordinariamente
difícil” que derivó en un clima de “pesimismo, desánimo y
descontento” para enlazar con la “determinación e interés
por remediar la situación” que supuso la llegada del Partido
Popular al Gobierno de España.
Ha precisado dos hitos: la transformación, en 1996, de la
anterior figura en el actual IPSI, reforzando la capacidad
recaudatoria al incorporar el gravamen sobre los servicios y
los impuestos especiales del tabaco y de los hidrocarburos;
y la decisión, en 2002, de establecer un mecanismo de
garantía legal para que la hacienda local, y por tanto el
sostenimiento de los servicios, no dependan del comercio
transfronterizo.
Estas dos medidas, y al margen de las ayudas específicas
para la producción de agua, el traslado de residuos a la
península, el fomento del empleo, la lucha contra el fracaso
escolar y la promoción de viviendas públicas, ha continuado
Vivas, representan un 45% del presupuesto total de la
Ciudad.
El presidente no ha olvidado comentar que al cambio que todo
esto ha permitido ha contribuido, también, la financiación
que desde 1994 procede de la Unión Europea, y cuyo mayor
importe en términos de ayuda media anual (21,6 millones de
euros) se corresponde con el periodo 2000-2006. Un
reforzamiento de la hacienda “decisivo” para equiparar la
calidad de los servicios locales a las medias nacionales y
para, por un lado, cubrir el déficit de los servicios
autonómicos transferidos (en la actualidad se cifra en 26,5
millones de euros anuales) y, por otra parte, favorecer la
implicación de la Ciudad en las áreas de empleo, educación y
servicios sociales, a lo que la Ciudad dedica otros 26
millones de euros al año.
Para el presidente, esto es parte de la historia y del
presente de una hacienda peculiar pero justificada que ahora
afronta un futuro de retos y de proyectos: desde responder a
la crisis sin que la austeridad y contención del gasto
repercutan negativamente en la calidad de los servicios.
Llegado a este punto, Vivas ha razonado la necesidad de
mejorar los rendimientos, corregir el déficit de los
servicios transferidos y lograr que se compense el sobre
coste que provocan los condicionantes estructurales.
Apoyo estable de la UE
El reconocimiento por parte de la Unión Europea de un marco
estable de apoyo para Ceuta y Melilla, constituye una
prioridad para los próximos años, ha sentenciado Vivas,
quien también se ha referido a la “necesidad de revisar el
IPSI para convertirlo en un instrumento útil al servicio de
la mejora de la competitividad de la economía ceutí y del
comercio en particular”.
“Esta revisión, ha precisado, debe enmarcarse en el conjunto
de medidas que también han sido planteadas para potenciar la
actividad productiva y, de esta forma, generar empleo y
combatir el paro, el problema principal y más acuciante”.
Medidas, ha resumido el presidente, que se corresponden con
la conveniencia de ampliar los actuales incentivos
económicos y fiscales y con la necesidad de abaratar los
costes del transporte, entre otros objetivos.
En el campo de los incentivos económicos y en favor del
empleo, Vivas ha subrayado el establecimiento de las
bonificaciones del 40% en las cuotas empresariales a la
Seguridad Social, “medida que, ha recordado, implantó el
gobierno en el que era vicepresidente Javier Arenas”.
Por lo demás, el presidente ha apelado a la lealtad
institucional y a la colaboración entre administraciones
como máxima para afrontar los retos del futuro.
Y también ha precisado que el equilibrio territorial, el
reconocimiento de los hechos diferenciales dentro del
conjunto de la nación, y la solidaridad son “valores
fundamentales para la convivencia democrática”. |