El compromiso asumido en beneficio de la estabilidad
política por esta formación política en febrero de 2001, nos
impone compartir con los lectores de este medio de
comunicación algunas reflexiones en relación al presunto
intereses de otros líderes políticos por desestabilizar a la
sociedad ceutí con la única intención de menoscabar la
imagen del Ejecutivo local y con ello, incrementar sus
propios apoyos electorales, obviando premeditadamente el
perjuicio inflingido a todo un pueblo. Los ceutíes somos
totalmente conscientes de la profunda transformación que ha
experimentado nuestra ciudad, en todos los ámbitos, en la
última década aunque, en esta ocasión debamos centrarnos
exclusivamente en una, en la estabilidad política en la que
ha predominado la sensatez, la moderación y la lealtad
institucional.
Todos recordamos la etapa más oscura de nuestra historia
democrática, una época caracterizada por la inestabilidad
política existente entre las diferentes formaciones con
representación parlamentaria y en particular, entre aquellas
que conformaban el equipo de gobierno municipal a pesar, de
compartir un proyecto común recogido en el documento
suscrito entre los líderes del Partido Socialista Obrero
Español, el Partido Socialista del Pueble de Ceuta y el
Centro Democrático y Social. Tres años de pacto municipal
caracterizados por los insultos, las mentiras, las
acusaciones, las injurias, las calumnias y los engaños
agravados por escenificarse en sede parlamentaria.
No obstante, el protagonismo principal recaía habitualmente
en quien a través de diferentes medios difundía sus insultos
tanto, a los concejales de la oposición como, a sus socios
en el equipo municipal. Las sesiones plenarias, las
comparecencias de prensa o sus colaboraciones escritas
semanales constituían los ámbitos para difundir sus
innumerables chistes peyorativos de mal gusto, sus ataques
frontales repletos de descalificaciones y las artimañas
facinerosas que dirigía incluso contra sus socios en el
tripartido.
Un pasado oscuro que recobra protagonismo en las últimas
semanas como consecuencia directa de la formalización de una
coalición compuesta por la segunda fuerza política con
representación parlamentaria y un partido residual liderado
por quien desea recuperar el escaño parlamentario perdido
hace doce años como consecuencia de perder el apoyo popular.
PD. Los militantes de esta formación política, como
afiliados a la central sindical CCOO, exigimos las disculpas
públicas de nuestro máximo representante, Juan Luís
Aróstegui, con motivo de los insultos dirigidos contra
nosotros en su columna del jueves día 20 de enero de 2011,
posteriormente refrendados en comparecencia de prensa.
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