Pobre diagnóstico puedo dar de Ceuta, mi ciudad de acogida,
si no determino antes el grado de concienciación y de
sensibilidad ecológica, así que para contactar con los
responsables de la Protectora de Animales utilicé
abracadabras y referencias, confirmando que son un grupo de
gente maravillosa a quienes hoy cuento entre mis nuevos
amiguísimos y eso me ha enriquecido extraordinariamente. Así
que ayer fui a visitar las instalaciones, parque temático
del esfuerzo, el empeño y casi del bricolaje porque allí se
recicla hasta el aire que se respira. Y me sentí satisfecha.
Es un lugar donde voy a pasar mucho de mi tiempo de ocio
ceutí así que examiné con atención la escuela gatuna donde
todos los felinos tienen nombre, saludé a los perros que
están en una guardería de lujo, me pasé por el quirófano
donde trabaja la linda veterinaria Gabriela y comenté con
ella que, los gatos debían haber robado una gallina para
darse un festín porque vi plumas por el suelo.
¡Zafarrancho de combate! Los jóvenes y marchosos voluntarios
que briegan con los animales y les dan cariño y mimos y esas
cosas que necesitan las mascotas, corriendo escandalizados
para el reducto de los mininos en medio de protestas tipo
“¡Nuestros gatos no son ladrones y no roban!” y “Los gatos
no necesitan gallinas porque comen un pienso que es gloria
bendita” y una rubita con moño alto que acababa de lavar a
un perro se dolía “¡Eso es acusar por acusar!” Llegamos al
país de Micifuz y en efecto en el patio posterior había
plumas y noté un movimiento plumoso y oí un batir de alas en
una esquina, los voluntarios suspiraron aliviados “¡Ah! Son
los más pequeños del voluntariado que como andan echando las
alas pierden los plumones” Me miraron acusadores “¿Quién
puede confundir a querubines amantes de los gatos con
gallinas?” Vale, me avergoncé, yo ignoraba que, los fines de
semana los ángeles de Dios se pasan por la Protectora para
echar una mano, quiero decir que lo de las plumas no lo dije
por maldad sino porque yo pensaba “de verdad” que algún
felino callejero con malas artes había birlado un pollo y se
lo habían almorzado en comandita. Aunque también he de
decir, para mi descargo, que la cohorte angelical revuelve
mucho, le hace muchas zalamerías a los mininos, sueltan
plumones por doquier, pero verles coger un cubo y una
fregona no les ví. Y no miento.
Entre medias tratamos el tema de mi contrato de servicios,
examinaron mi espectacular currículo que nunca me ha servido
para nada y me han contratado como abogado de la Protectora,
por mi parte me comprometo a llevar sus asuntos, defender
sus intereses, apoyarles incondicionalmente con mis mañas de
letrado con treinta y un años de derecho penal “duro” en las
costillas y neutralizar con dureza cualquier acometida del
“torrentismo” local. Se ha fijado mi contraprestación en la
adopción de dos mascotas para que me ayuden dándome apoyo
moral y psicológico y también en el derecho de acudir los
fines de semana y pasear a los perros. Yo me fío de las
cláusulas contractuales porque Juan José Tusset, Gabriela y
los otros niños y niñas son mis amigos y me parecen personas
extraordinariamente honestas y con una vocación innegable.
Cuando nos encontramos “los nuestros” en cualquier punto del
planeta nos identificamos automáticamente, no hace falta
mucho parloteo y además no somos y no soy gente de mucho
hablar, me gusta más la acción, actuar y hacerlo
encomendándome a mis ángeles custodios porque yo soy persona
piadosa y eso lo saben todas mis amistades.
¿Mi primera actuación ilusionante? No sé… Bueno, como hemos
(me incluyo ya en la Protectora porque estoy contratada)
recibido críticas maliciosas del “torrentismo” lo primero
que haré será adquirir por mis medios una impresora
recargable con papel higiénico para imprimir las
difamaciones y ese tipo de bajunerío y luego poder
reutilizar el papel. Y luego ¿Qué haremos? Vale, como me han
contratado con testigos y soy de la peña prometo responder
de la manera encantadora y llena de estilo que me es
habitual a todos y cada uno de los ataques de los
mangurrinos, caso de producirse ¿Qué? ¿Qué quien actuó de
testigo en la firma del contrato con Juan José Tusset? Pues
allí firmó un gato que dijo ir “de buena fe” y que al
parecer era un felino de buena familia y de excelente
reputación, pero como no soy de Ceuta a mi me lo presentaron
en el momento y tampoco era cosa de enchufarle al gato un
polígrafo, honrado me pareció y con mucha educación, de
hecho a él le hicieron el encargo para que fuera a la
imprenta a que me impriman las tarjetas con mi puesto de
letrado en la Protectora, así que se ve que era un colega de
confianza.
Sociedad Protectora de animales ceutí, un pequeño milagro
para quien crea en los milagros ( yo creo y pienso como Mose
Dayan que quien no cree en los milagros es que no es
realista), un lujo para la ciudad, un lugar cargado de
energía de los ángeles, un batiburrillo de buenas personas y
de querubines y un regalo del Universo para mi persona
¡Estoy más contenta!.
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