Ali, se fue a Caballas, que dolor que dolor que pena. Ali se
fue a caballas y ya no sabe si saldrá, si es por las
autonómicas o es por la nacional!”. Bueno, a fuer de ser
sincero, la canción se refiere a un tal Mambrú, que era un
soldado o algo más, pero que también era muy serio y
taciturno y cuando decidía hacer las cosas, solo regresaba
en Pascua o bien en la Navidad. Pero, eran otros tiempos y
otros niños quienes lo cantaban. En estos años se canta en
Ceuta, como se dice al principio del párrafo. Porque, es
verdad, que Mohamed Ali, hace tiempo que se unió al PSPC
formando ¿Caballas? Y creo que no sabe como saldrá del
entuerto en el que se ha metido.
Y a mí, que esto me recuerda a aquella fábula de la selva,
que contaba que el rey león proclamó en todo su reino que
estaba enfermo y solo, pidiendo a los demás animales que
fueran a verle para hacerle compañía. Y muchos de ellos
fueron a confortarlo. Mas, un día cuando un pequeño
cervatillo iniciaba el camino hacia el centro de la selva,
vio a otro animal que pasaba a su lado y le preguntó ¿Pero,
tú no vas a ver a nuestro rey? Y este le contestó ¡Si, yo lo
haría, pero he observado que todas las huellas que aparecen
en el suelo son pisadas de ida y no he visto ninguna de
vuelta!. Naturalmente, el pequeño cervatillo desistió de
confortar a su señor. ¿Pero es que Mohamed Ali, no se dio
cuenta de que no existen huellas de regreso de ninguno de
los que se han acercado al PSPC?. ¡Por ello, deberán estar
de acuerdo en que la canción de Mambrú se haya transformado
en: “Ali, se fue a Caballas, que dolor, que dolor que pena,
Ali fue a Caballas… y no sabe de allí ¿Cómo saldrá?”!.
Y en su candida ignorancia, Mohamed Ali, se fue a caballas,
y no fue porque sí, sino que respondiendo a determinados
intereses, pensó que era la mejor opción. Olvido, sin
embargo, la moderación que debe regir siempre en la
política, si se quiere ser consecuente con uno mismo, con
los demás y con las ideas que cada uno tiene. Y ese fue su
error, no vio que en el localismo del PSPC, solo hay peligro
y que nunca hay regreso, ya que como grupo político solo
recoge los restos considerables de viejos perjuicios que
confunden y perturban el sistema político y de gobierno de
la ciudad.
Y así Ali, el gran Ali, se fue a Caballas, y se fue
simplemente porque como partido localista carente de
verdadera ideología política, cuya sujeción a un grupo
determinado de ciudadanos le obligaba a ocuparse tan solo de
ellos, no podía seguir solo. Era, por tanto, cuestión de
tiempo, su afinidad y unión con uno u otro partido. Por
ello, creo que Ali, empujado por el inexplicable sentimiento
de considerarse víctima por la mayoría electoral que
considera dominadora, ha cometido el grave error de diluirse
en las filas de otro localismo más agresivo e incapaz de
adaptarse ideológicamente a la modernidad
Quizás, fuese la ambición de aumentar el número de papeletas
lo que confundió a Ali, engendrando en él esta revolución
extrema. Quizás, olvido en su soledad, que incapaz de unirse
a nadie, el PSPC aislándose de todos los demás grupos
nacionales y en eterna pugna con los demás, solo respira
ambición. Porque el PSPC ha demostrado buscar hasta la
saciedad en todas sus actuaciones, dividir la ciudad,
engendrando las más fieras animosidades, que son muy
difíciles de extirpar. Por eso, Ali, equivocado y
pretendiendo contar con más opiniones favorables, ha perdido
gran parte de su crédito, poniendo en duda sus realizaciones
y opiniones políticas. Consecuentemente ¡Ali, se fue a
Caballas, que dolor que dolor que pena. Ali se fue a
Caballas y no sabe si saldrá!
Y la canción, no da para más, porque solo es una forma
infantil de despedir a alguien de quien se sabe que se va y
del que se ignora si regresará. Pero, seguro…seguro… que el
regreso (o algo así), será para las elecciones autonómicas o
para las nacionales. Lo que no sabemos es como regresará.
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