Como padres de los dos jóvenes menores de edad que
recientemente han sido expulsados del equipo de fútbol en el
que venían practicando deporte y suspendidos para la
práctica del mismo durante tres años por agredir a un
árbitro el pasado 26 de febrero queremos manifestar
públicamente nuestra repulsa a su comportamiento y, sin
querer justificar de ninguna manera su proceder, lamentar
algunos hechos que han seguido al suceso.
Teniendo en cuenta el historial de ambos, en los que no
consta ningún hecho parecido, entendemos desproporcionado el
castigo infringido, que les aparta en un momento clave de su
proceso de formación de una afición sana que debe tener un
carácter formativo y educativo más que competitivo.
Reconociendo que su acción merece, sin duda, una sanción que
les haga ser conscientes de lo inaceptable de su respuesta a
los acontecimientos que sucedieron durante el terreno de
juego, no creemos que sea ni proporcionado ni educativo el
castigo impuesto, que nos parece haber sido elegido por
tratarse del camino más fácil para los responsables de
imponerlo.
Apasionados del deporte y del fútbol, creemos que hubiese
sido más apropiada una pena que les hiciese valorar el
trabajo que hacen los árbitros sobre el terreno de juego y
cualquier persona encargada de impartir Justicia en general
en el ámbito social en busca de una reflexión que les lleve
a no repetirlo más.
Igualmente lamentamos la distorsión y exageración de los
hechos ocurridos en el terreno de juego por parte de algunos
medios de comunicación, especialmente la publicación de los
nombres completos de los menores difundidos a nivel nacional
para escarnio extra de ambos y de su entorno más próximo.
La aplicación de los mandatos constitucionales en cuanto a
la proporcionalidad del castigo y la búsqueda de la
rehabilitación no se corresponden, desde nuestro punto de
vista, con los hechos registrados y con la finalidad
educativa y reformadora que estamos obligados a perseguir,
sobre todo con dos personas de 15 y 16 años que tras
equivocarse deberían tener la oportunidad de enmendar su
inaceptable proceder.
* Madre de Yussef Hossain Cubero.
* Padre de Francisco Antonio Gómez Cubero.
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