En el argot boxístico se llama
“sonado” a aquel boxeador que ha perdido su capacidad mental
y hace cosas sin sentido, lo que conocemos vulgarmente como
“chiflado”. El ejemplo mas significativo de ello es el del
famoso boxeador Josseph Louis Barrows (Joe Louis), gran
ídolo de masas y quizás el púgil mas emblemático de la
historia del boxeo a nivel mundial. El “Bombardero de
Detroit”, que así se le denominaba, fue el campeón mundial
de los grandes pesos desde 1936 a 1949, llegando a
intervenir en 71 combates con 68 victorias (54 por K. O.) y
3 derrotas, la última de su vida deportiva contra Ricky
Marciano.
Pues bien, tan arrolladores éxitos deportivos no se vieron
luego recompensados con un retiro cómodo, en lo que
económicamente se refiere, ni saludable, sino que,
desgraciadamente, tuvo que ser ingresado en un hospital
psiquiátrico de Denver donde sus días terminaron “sonado”,
aun cuando le fueran reconocido todos sus méritos
deportivos, desde el presidente de los Estados Unidos hasta
su último contrincante, ante el que perdió por “fuera de
combate” el alemán Max Schmeling, quien corrió con los
gastos de su entierro.
Salvando las distancias y sin que queramos con ellos
establecer un parangón con nuestro presidente José Luis
Rodríguez Zapatero, ¿podemos hacer una comparación de hechos
que nos lleven a la conclusión de que el Señor ZP se
encuentra en situación de “sonado”?. Y nos explicamos: de
simple “aficionado”, sin más experiencia política que su
pertenencia al Congreso como diputado se encontró como
aspirante al cetro español de los “pesos pesados”, eso si,
en una sesión “primaria” contra un experto púgil (José
Bono), al que venció por escaso margen de puntos (9 votos).
Posteriormente consiguió, arropado por una ingente cantidad
de correligionarios pertenecientes a su misma afinidad
política o simplemente simpatizantes, una victoria, también
a los puntos, contra un avezado púgil (Mariano Rajoy) con la
que aupó a la Jefatura del Gobierno español, situación en la
que se ha mantenido durante dos legislaturas y que, al
parecer, proyecta concurrir a la próxima convocatoria
electoral para optar de nuevo al centro nacional de los
pesos pesados. Es de hacer notar, no obstante, el duro
camino recorrido y el aun mas difícil que le queda por
recorrer y púgiles a los que enfrentarse: cuatro millones y
medio de parados, alta inflación, disminución de afiliados a
la Seguridad Social, rebaja de la calificación de la deuda
española, rebaja del rating de solvencia económica, la trama
de los hasta ahora 146 casos irregulares del ERE de
Andalucía, la amenaza de huelga del personal de Aena, por
una parte y, de la otra, sus confrontaciones contra Javier
Arenas (campeón de Andalucía), Paco Camps (de Levante),
Valcárcel (Murcia), Cospedal (Castilla La Mancha), sin
olvidarnos del peso mosca (por lo que a dimensiones y
población de su Ciudad se refiere) Juan Vivas, el Alcalde
Presidente mas valorado de España, quienes le ofrecerán
severa resistencia.
¿Todo ello y las constantes derivas y bandazos dados, sin
una dirección o propósito fijo sin que hayan aparecido los
brotes verdes tan deseados por él y por su equipo nos pueden
dar a entender, como antes hemos referido, que José Luis
Rodríguez Zapatero se encuentra “sonado”?.
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