Me he tenido que enfadar muy
seriamente con el clan familiar. No entienden que hay que
ahorrar energía, que el asunto del petróleo está por las
nubes. Pero ellos ni caso, di orden para que la luz se
encendiese a partir de las dos de la madrugada, que hasta
esa hora se ve perfectamente con las persianas arriba de las
ventanas. Pues algunos se saltan la orden y encienden la luz
a las dos menos cuarto de la madrugada, con el enorme gasto
energético que ello supone. No hay forma meterlos en vereda.
El peor de todos es mi sobrino, el que tiene cinco años, su
padre le ha comprado un coche teledirigido, y el niño no
para de ponerlo en marcha, rebasando los dos metros por
hora, cuando le he opuesto un letrero en el pasillo que dice
no pode circular, por el mismo, a más de medio metro por
hora. El niño se ha tomado lo del letrero, lo mismo que el
pito que le regalaron a un preso, a “pito reo”.
Y por si fuese poco, estoy que vivo sin vivir en mí porque,
en esta semana de gracia, porque la semana tiene una jartá
de gracia, no se me ocurre nada que pueda prohibir. Aunque,
la verdad sea dicha, para qué voy a prohibir nada si no se
me hace ni p…caso. Está visto que esta familia mía no tiene
solución.
Y es que los españoles somos así, unos derrochadores que
estamos tirando el dinero a manos llena y después nos
quejamos de que la cosa está muy malita. Y tan malita por
culpa de ese derroche de dineral que nos estamos gastando,
sin poner nada de nuestra parte para combatir la crisis que
estamos padeciendo.
Lo único que sabemos, todos los españoles, es criticar las
medidas adoptadas por nuestro gobierno en plan de ahorro
energético. Nos dicen que no se puede rebasar la velocidad
de 110 Km/ h, y en vez de recibir la noticia con alegría, va
la opinión publica y muestra su rechazo al plan de ahorro
energético, con el asunto de rebajar la velocidad máxima a
110 Km/h. Sólo valemos para criticar, pero nada de pedirnos
nuestra colaboración.
Y en el asunto este de la reducción de la velocidad va
Alonso, ese que es el campeón del mundo del asunto de los
coches de dar vueltas y más vueltas a un circuito, y dice
que a esa velocidad se queda uno dormido conduciendo.
Ante estas palabras de Alonso, el ministro Sebastian le ha
respondido que Hamilton nos se duerme a esa velocidad.
Hamilton, es ese conductor de los coches que dan vueltas y
más vueltas alrededor de un circuito, que mantiene una lucha
constante con Alonso para tratar de conseguir ser el mejor.
O sea que el ministro, con perdón, como se dice
popularmente, ha mentado la soga en casa del ahorcado. De
momento, Alonso, no ha contestado.
Hay que reconocer, porque es justo hacerlo, que hay medidas
que son acertadas, como la mejora de la eficiencia del
alumbrado público. Las cosa claras, nunca mejor dicho lo de
“clara”, auque algunos puedan pensar que van a ser, estas
medida, menos clara. Cada uno puede pensar lo que le venga
en ganas.
Como un amigo mío que dice que la medida de cambiar los
neumáticos, no la va a cumplir porque tiene unos neumáticos
nuevos, que le ha puesto al coche hace par de semanas y que,
además, esa medida no vale para nada.
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