“Es necesario que la gente sepa que hay personas que están
sufriendo esta enfermedad en su fase peor, la diálisis, que
pueden estar durante años enganchados a una máquina”. Con
estas palabras, el nefrólogo del Hospital Universitario de
Ceuta, Francisco García Sierra, justificaba la celebración,
ayer, del Día Mundial del Riñon. Además, añadía que si los
ciudadanos son conscientes del problema, es más fácil que
“llegado el caso, puedan donar”.
El médico explicó en una entrevista a EL PUEBLO la necesidad
de vigilar los riñones, ya que los problemas renales están
causados en su mayoría “por la diabetes y la hipertensión,
que no tienen síntomas”. Por ello, añadió que la única forma
de detectarlo “es la prevención con el médico de cabecera,
ya que hay mucha gente hipertensa que no lo sabe”, y que,
sin embargo, ese problema “está dañando el cerebro, los
pulmones y, por supuesto, el riñón”. “Este tipo de
pacientes, enfermos renales con problemas de hipertensión o
diabetes, aunque no lo sepan, suponen una proporción muy
alta de la población”, agregó.
Mientras, los enfermos que están en diálisis, por razones
obvias, son más conscientes de su enfermedad, “ya que la
calidad de vida disminuye mucho, y no sólo por estar
conectado a una máquina, aunque cada enfermo tiene que ser
consecuente con la enfermedad que tiene, y acostumbrarse a
ella”.
García también anotó la influencia de los hábitos de vida:
“Es lo que se conoce como el síndorme metabólico, que es la
persona sedentaria, con colesterol u obesidad, que no hace
ejercicio, predispuesta a la diabetes...”. Añadió que el
estrés también influye y que es necesario beber “medio litro
de agua más de lo que se orine”.
Insuficiencia en el INGESA
Además, el médico analizó la dotación en el Ingesa: “Hay un
solo nefrólogo para toda la población de Ceuta. Creo que es
bastante insuficiente. No tenemos medios en el hospital. A
pesar de ser grande, no hay una unidad de diálisis, hay que
sacarlos a un centro periférico, que está muy bien, es
nuevo, pero que está fuera y eso es un riesgo. En este
hospital estaba previsto tener un centro de diálisis pero
hasta la fecha no está abierto, yo llevo cinco años pidiendo
que se habilite un espacio aunque sea para críticos y no hay
nada. El paciente lo tiene que llevar mal, ya no
psicológicamente, sino porque hay situaciones en las que no
están bien y se forma una parafernalia...”.
Respecto a las posibilidades de recibir un riñón, el médico
expuso las dificultades: “Tú estudias a una persona y lo
incluyes en lista de espera. Eso equivale a que yo le doy un
boleto para que le toque la lotería, pero la lotería toca
cuando toca. Hay gente que lleva bastantes años y otros que
en uno o dos años lo encuentran, pero necesitan encontrar a
alguien con unas características similares”.
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