PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 9 DE MARZO DE 2011

 
OPINIÓN / ANALISIS POLITICO

“Ensuciar, enmierdar, y a jugarrr…!

Por Nuria de Madariaga


Iván Chaves, ¿retarnos a veinte mil peperos que llevamos en el intríngulis, osease entre las piernas, la huella genética del lacedemonio, nacido para el combate? ¡Hay que tener ganas!

La manía persecutoria es una patología psiquiátrica que entra dentro del ámbito de las neurosis y de los trastornos obsesivos. Por ello, quienes la padecen, merecen todos los respetos, una amplia consideración, una exquisita tolerancia y una especial sensibilidad a la hora de responder a sus reacciones, aun cuando rayen en la paranoia.

Ayer se acusó por parte de uno de Caballas (por ahora; nadie es quien para apropiarse por las buenas de un gentilicio que es patrimonio de la colectividad) se acusó al Partido Popular de “ensuciar” “enmierdar” y “enfangar” la precampaña electoral, extremo este absolutamente inexacto ya que, los populares, son por lo general muy delicados y muy políticamente correctos a la hora de enfrentarse a sus oponentes. Por ejemplo, nunca se meten en las vidas privadas de ninguno, ni tiran de porquerías, al revés, sus críticas son estrictamente políticas y permanecen en los límites del análisis político comparativo y la posterior síntesis. Una metodología muy científica y muy de “laboratorio de ideas”.

Analizar los hechos, recabar indicios, contrastarlos con la realidad siguiendo el modelo doctrinal de las Ciencias Jurídicas y que, de esta labor, dimanen las pruebas es algo que jamás podrá denominarse “ensuciar” y el largo etcétera que sigue a los infinitivos de los verbos que el caballero de Caballas utiliza en el lucido escaparate que le proporciona un medio de comunicación local. Medio según el opinante “también financiado por la Ciudad más que considerablemente” pero que, al menos, presenta una visión “menos sectaria” aunque, los peperos, summun de todas las maldades y bajo los auspicios de los “Protocolos de los Sabios de Sión” les “tiran de las orejas” de cuando en cuando. Es decir que Vivas se presenta con los peperoalicates y les propina un fuerte tirón de los apéndices auditivos con cierta periodicidad. ¿Y que hace el opinante ante tamaña felonía? Pues retar a Vivas y poner los cojones encima de la mesa del ordenador con la inquietante advertencia de que “Si Vivas quiere que juguemos, jugamos todos”. ¡Que bien! Nosotros nos apuntamos a cualquier actividad lúdica y festiva porque ese tipo de actividades son relajantes y a la par didácticas y nos encantan ¡A jugarrr…!.

Por cierto, me pido de compi a Paco Márquez para que me ayude a resolver los sudokus porque con algunos me lío y me entra malestar neuronal.

Pero eso tienen los trastornos de conducta y especialmente la manía persecutoria, que aunque se sucedan las más espantosas acusaciones utilizando el tiempo verbal infinitivo, luego el sujeto cambia el chip y nos quiere llevar a un parque de bolas a que disfrutemos y nos refocilemos jugando alegremente al son de alegres cancioncillas infantiles llenas de simpáticas y maliciosas alegorías y compuestas para la ocasión. De hecho, conozco una estrofa de una de las dulces cancioncillas, obra de personas “preclaras”, pero me da un no se qué exponerla, un cierto rubor por la inocencia que exhala el amable ripio, de acuerdo, lo diré porque no tiene aún copyright “El tío caballita, jugó con un pepé, lo hizo pedacitos, lo echó a la sartén, la gente que pasaba, olía a carne frita y era el que jugó con el tío caballita” Eso puede traducirse simbólicamente en que, el cachorrito de Aróstegui se encuentra tan ofuscado que nos comería a todos, porque piensa que les “perseguimos”.

Nuestra labor humana ha de centralizarse por lo tanto en que sea consciente de su error. Aquí no hay persecuciones de tipo alguno, el único que persigue es quien se cree perseguido, ya que parece dispuesto a “vetar” a cualquier español que venga a su España con eñe, es decir a Ceuta, donde nos convertimos automáticamente en “importados” y en víctimas del rechazo al extraño en una especie de parias en nuestra patria donde no somos bien recibidos por los Caballas, pero no por los caballas que responden al gentilicio de la ciudad, sino por los Caballistas que se han apropiado el gentilicio para su propio provecho hasta que un Juzgado decida lo contrario.

¿Existirá alguna especie de criterio selectivo a la hora de determinar quienes tienen o no tienen derecho a residir en Ceuta? ¿Guardará en el hipotálamo este tío que nos está echando, el eco de las opiniones de su lider, Aróstegui, allá por el 2002 cuando abominaba y lanzaba fulminaciones contra los inmigrantes marroquíes que se instalaban aquí?

Pero lo esencial y lo trascendente es no generar ansiedad al ser calificados de “importados” sobre todo en el supuesto de las féminas hispanas desembarcadas en estos lares, mayormente porque somos españolas, con eñe y venimos a nuestra España también con eñe y nos sale del coño quedarnos y esto va con doble eñe, la normal y una de repuesto.

Lo importante es el ¡A jugarrr…! Lanzado al Presidente Vivas por parte del que se siente víctima de una especie de precampaña-guerra sucia. Seguramente porque nunca ha vivido y padecido una guerra sucia “auténtica” y confunde las inocuas escaramuzas dialécticas argumentadas en base a lo más fashion de las tendencias culturetas, con una batalla en condiciones donde se tira a dar y a hacer metafórica sangre. Escaramucillas sin pasarse, pero que no nos reten, en mi caso porque cualquier alusión al PP es “mi” alusión, yo pegué carteles de Fraga y AP en Granada en las primeras generales de la democracia y así hasta el día de hoy, siempre con mi eñe de repuesto cosida en la muda que me pongo siempre limpia cuando salgo de casa por si tengo un accidente, siguiendo por supuesto, el consejo de mis antepasados celtíberos que eran muy mirados ¿Retarnos a veinte mil peperos que llevamos en el intríngulis, osease entre las piernas, la huella genética del lacedemonio, nacido para el combate? ¡Hay que tener ganas! Pero, por nuestra parte ¡A jugarrr…!.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto