Estamos cerca de la primavera, una
etapa del año algo atípica, éste año, con tantos cambios de
temperatura que parece que el tiempo está jugando con la
salud de la gente, con farol incluido.
Hoy y ahora me ha salido de la vena escribir sobre una parte
de la vida social en la que sigue rigiendo normas basadas en
las desigualdades sociales.
La socorrida celebración de actos, en este caso de las
asociaciones denominadas Casas Regionales, a los que son
invitados gente de la política y del ejército no dejan de
ser actuaciones con bastante dosis de feudalismo social
basado en leyes obsoletas y pringosas.
En mi opinión, personal e intransferible, creo que es de una
burla tremenda a los socios (que mantienen la entidad de
pie) ofrecer condecoraciones, galardones, prebendas, etc. a
gente que no tienen absolutamente nada que ver con la misma.
Los políticos… ¿qué han hecho o hacen por las asociaciones?,
realmente no suelen hacer nada más que ofrecer la
estereotipada sonrisa dentífrica ya que otra cosa no pueden
ofrecer que valga la pena.
¿Subvenciones?... pero vamos a ver. Existen leyes que
conceden subvenciones y sobre estas se basan las solicitudes
que son tramitadas por funcionarios del Ente correspondiente
y son los que en realidad las conceden. Los políticos, que
están en los respectivos cargos electos, sólo se limitan a
firmar los documentos que las aprueban, que lo son por el
cuerpo técnico de funcionarios dedicados a la labor de
acuerdo con las leyes.
Para mí tiene más mérito en recibir condecoraciones,
galardones y/o prebendas, los socios que destacan por su
labor social dentro de la entidad socio-cultural. A estos
nunca se les reconocen sus méritos. Los políticos y gente
famosa sólo serían meros rellenos de cualquier acto de cara
a la galería, pero NO hacerles reconocimiento público…, para
eso está los medios de información más que sobrados.
Si yo fuera presidente de una entidad socio-cultural, por
ejemplo de la Casa de Ceuta, no me negaría invitar a las
personalidades del momento. Pero no les ofrecería ninguna
condecoración, galardón, reconocimiento y/o prebenda. Al
revés, haría que estas personalidades ofrecieran tales cosas
a los socios que más destacaran.
Prefiero darle tal reconocimiento a alguno de los socios que
han destacado, durante el año en curso, por su dedicación a
la entidad. Como los que se dejan la piel en mantenerla
viva; los que participan en actos de manera muy activa y que
gracias a ello la entidad es conocida por el gran público…
¿Qué pintan altos cargos militares en un acto socio-cultural
en los que nunca participan activamente? Estas cosas hacen,
desde mi punto de vista personal, que estas entidades
culturales sean puros casinos militares o, en el peor de los
casos, representen a una capa social realmente obsoleta y
casposa.
Los profesionales, que cobran por hacer lo suyo, tampoco
son, necesariamente, gente a las que decorar con prebendas,
distinciones y/o condecoraciones. Ya reciben con creces la
compensación por su trabajo y con el reconocimiento de
entidades de mayor envergadura como los Gobiernos y las
Academias del ramo al que se dedica profesionalmente… ¿Qué
cuadro representan las entidades socio-culturales en esto?
El fascismo es muy dado a hacer esas cosas y, realmente, no
considero de tanta importancia seguirle el juego para
beneficio de la entidad asociativa. Además de que espanta a
los jóvenes posibles futuros socios.
Esto hace que las entidades socio-culturales, que realizan
tales actos, se vean convertidas en reliquias de un pasado
tenebroso en el que existían clases sociales totalmente
marginadas…
La Ley de la Igualdad debería ser más clara y abierta, no
seguimos en el reino del antiguo régimen donde se nombraban
a dedo condes, duques y marqueses.
|