Si la matemática es exacta, cuando
lo del 23-F, yo tenía 13 años, aquella tarde, yo escuchaba
la música de los ochenta, tenía un pedazo de equipo de esos
que eran por módulos, unos altavoces descomunales y la
música de los Pecos, daba para cantiñear pasiones, de amores
que te imaginabas con las niñas de clase.
De repente, mi madre que viene despavorida de la Plaza de
los Reyes, esas tardes plácidas de cuchichear las marias,
mientras los peques hacían sus revoltosos juegos. Mi madre
se tiró como el Casillas como un paradón enviando a corner,
pero con el dedo indice al encendido del televisor, esa es
la imagen mas impactante que tengo, porque en ese momento
con la musica a tope, yo no me enteraba de nada... Aquel
desconcierto extraño, no sabíamos de nada y esperamos a que
viniese mi padre del trabajo, para mientras cenamos nos
ponía al tanto de como era lo que ocurría en un momento
crucial para España.
Ya mi padre nos advertía a nosotros sus hijos, niños
quedaros con ese nombre, Antonio Tejero Molina, con el
Tricornio y la pistola en mano, pasará a los anales de la
historia. Mi padre pese a no ser originaro de España, era un
hombre totalmente integrado en la vida local y nacional, no
digamos internacional, y sabía todo lo habido y por haber en
la vida española, y al venir de la India, sabía como se
cocían, las cosas de Independencia, lucha de clases, castas
y ocupaciones territoriales...
Al escuchar en las noticias, que en Valencia los carros y
tanques salieron por la calle, mi padre nos advertía que
aquello se iba a extender que se iban a unir otras ciudades,
y que lo peor para un país , es que los militares tomaran el
control, señal que el Gobierno tenía debilidad y la cosa se
la había ido de las manos.
Al final respiramos tranquilos, cuando S.M. EL REY DON JUAN
CARLOS, vestido de Jefe Supremo de las FAS, condenaba el
Golpe.
En señal de tranquilidad y normalidad, fuimos al colegio al
dia siguiente, nos impresionó a mi y a mis hermanos, ver al
doctor pediatra, Nuñez Arjona, vestido de militar por la
calle y el chofer del autobús, puso la radio y recordamos
los niños y profesores, al borde de la rendición que Tejero
está esperando algo...
Pasados treinta años, he leido todos los libros, del Rey, de
periodistas, de políticos de la Transición, y todos se
preguntan, ¡QUIEN ERA EL ELEFANTE BLANCO!... Y nadie se
preocupó por la biografía del Teniente Coronel Tejero, lo
leído por mi es un personaje idóneo para las Guerras
Coloniales del Protectorado de Marruecos, en la lucha contra
las harkas rifeñas, de la Batalla del Ebro, de la Toma de
Belchite, pero fuera de lugar para los años ochenta.
Y luego el error del General Alfonso Armada, en comentar
siempre “el Rey ha dicho, el Rey comenta, el Rey me ha
contado” y se pensó con derecho a mangonear el cotarro desde
el Palacio de la Zarzuela, NI ESTA NI SE LE ESPERA, dijo al
telefono SABINO FERNANDEZ CAMPO, que si llega a cruzar la
verja el General Armada, habría cambiado el curso de la
historia.
Frase graciosa que me quedo para el resto de los días,
cuando firmamos un papel en lo alto de un coche, le digo a
mi interlocutor, ESTAMOS FIRMANDO EL PACTO DEL CAPO...
A lo que el me interpone, ya he encontrado el cable DEL
IPHONE, señal de que España pasó con la nueva generación a
tiempos mejores.
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