El pasado fin de semana fue el de las grandes Convenciones
de los dos grandes partidos. La reunión socialista acabó en
un plis-plás, media hora escasa para decir que “no creen en
las encuestas”, normal, cada cual se consuela como
buenamente puede y los de Zetapé deben haber contratado a
algún gurú New-Age para que les enseñe a lanzar mensajes
positivos al Universo con la dialéctica tipo “hay que tener
cuidado con lo que se desea porque, a partir de ese
instante, el Universo conspira para que lo consigas”.
Mensajes maravillosos que dan una gran esperanza.
Es decir que dan una inmensa esperanza a los millones de
españoles que conspiramos con el Universo para que, de una
vez por todas, finalice la sombría etapa del socialismo
zapaterista, esperando al tiempo que se materialicen
nuestros más íntimos deseos de la mano de una buena moción
de censura por parte de Rajoy ya que, los socialistas, ni
van a tener la decencia de proceder a un adelanto electoral
ni por supuesto se van a ir voluntariamente, aunque les
escalden con agua caliente.
Y frente al desmoronamiento de la izquierda los ímpetus
mallorquines de un Partido Popular eufórico, porque sí cree
en las encuestas. Eufórico pero no triunfalista porque el
patrimonio que van a recibir del PSOE es un país en ruinas y
con casi cinco millones de parados. Una España en la que
parece que está todo por hacer porque, lo poco que han
tramado desde el Gobierno, es un puro parcheo inconsistente.
Incluso el nuevo Código penal que entró en vigor las pasadas
Navidades es una auténtica birria y se notan las prisas con
las que se ha llevado a cabo. De hecho, cuando hablen las
urnas (pidamos a Dios que sin sangre de inocentes de por
medio) y larguemos a estos tipos que parece que no mandan ,
sino que nos han declarado la guerra a los españoles de lo
que nos aborrecen por rechazarles, en ese momento nos
encontraremos con una España por la que, en lugar de haber
pasado el socialismo, parecerá que han pasado Atila y los
hunos. Todo por hacer.
¿Lo primero? Las cuentas por parte de la Agencia Tributaria
de los dineros que han venido manejando durante los últimos
veinte años los partidos nacionalistas. Y a partir de las
cuentas claras se tendrá que dar la vuelta a las leyes en
general y a cada ley en particular, enmendar los desafueros,
desbaratar las tropelías, dar caza a los faisanes, echar
cuentas de ayudas y subvenciones, llevar a Carrillo ante La
Haya por mor de la Memoria Histórica, fumar en los apartados
de los bares, correr por las carreteras, repatriar sin
crueles dilaciones a quienes no deban estar en España,
documentar a los cuarenta hindúes ceutíes por ser tan buena
gente y porque les hemos tomado afecto, prohibir la
corrección política y lo políticamente correcto bajo
apercibimiento de multa y sanción gubernativa, que la
hipocresía quede proscrita , que se erradiquen los falsos
tabúes prefabricados y que todo lo que venga de China pague
buenos impuestos para que no le hagan competencia desleal a
los autóctonos.
Hay tanto que hacer y que rectificar que a millones de
españoles nos acometen los hados y parimos ideas y
proyectos, exudamos aspiraciones ante el fin del Estado
Policial y rezamos fuerte y escandalosamente, formando una
algarabía celestial de tres pares de cojones para que Dios,
que aunque nunca nos ha abandonado parecía estar de
vacaciones, vuelva a plantar sus reales en esta tierra de
María Santísima que es la suya y que es la nuestra. El reto
de la regeneración es un compromiso moral y ético, lanzado
desde mucho antes de la Convención y por todos asumido. ¿Y
los más “sobrados” del invento? Les daré pistas, extiendan
la piel de toro ¿Qué le falta al astado? ¿Es que, por un
casual nos ha salido un mihura eunuco? No. Miren hacia
abajo, al sur del sur, una a cada lado, enhiestas y
rotundas, las pelotas del toro, Ceuta y Melilla, sin ellas
España se queda capada y todos los de la Convención eran
plenamente conscientes de ello, de ahí los parabienes y los
arrumacos a esos Vivas e Imbroda (más al melillense porque
él ha plantado un toro de Osborne que se ve hasta en el
Sáhara ¡poderío!).
¿Vestigios de la Convención y segundas partes del evento?
Colocar a nuestro toro en el Hacho y que se vea hasta en
Mauritania, pero el nuestro más genuino por llevar bien
airosa entre los cuernos la virgulilla de la eñe de España
¡y que se empapen los melillenses! ¡Y que se jodan los
nacionalistas catalanes que ven a un toro y se ponen a
morir. Fantástica la Convención Popular del 8. Y no apunto a
la cifra al tuntún, allí se ha hablado de la unión, de la
íntima vinculación, que mañana habrá entre el pueblo y sus
gobernantes y el truco está en que, si el Pueblo Español
vale dos y el Gobierno Pepero vale otros dos, juntos no
vamos a sumar cuatro, sino ocho.
Como debe de ser. Como Dios manda.
|